La ‘Guerra Fría’ nunca terminó: China ha estado luchando en secreto durante casi tres décadas

Por Hong Wei
08 de diciembre de 2019 10:37 PM Actualizado: 08 de diciembre de 2019 10:37 PM

Comentario

La gente en el mundo occidental aplaudió y celebró cuando el comunismo colapsó en Europa Oriental entre 1989 y 1990, y luego en la Unión Soviética en 1991. La Guerra Fría había terminado y la amenaza de una verdadera guerra se disipó. Parecía que la paz y la prosperidad que todos anhelaban habían llegado finalmente.

Sin embargo, con la actual guerra comercial entre Estados Unidos y China que aumentó en 2018 y se intensificó en 2019, mucha gente cree que estamos comenzando a presenciar una nueva Guerra Fría. En realidad, Estados Unidos no quiere iniciar un nuevo capítulo de la Guerra Fría.

La verdad es que Washington finalmente se dio cuenta de que la Guerra Fría nunca terminó, ya que el Partido Comunista Chino (PCCh) ha estado librando una guerra todos estos años.

En pocas palabras, Occidente pensó que había ganado una verdadera victoria sobre sus oponentes hace 28 años, pero no fue una victoria completa. Desde entonces, el PCCh ha continuado la Guerra Fría en secreto, de una manera muy diferente a la de la ex Unión Soviética. No fue hasta 2018 cuando Estados Unidos se dio cuenta y aceptó el desafío, y es eso a la que nos referiremos como la nueva Guerra Fría.

Mal evaluado por Occidente

La Guerra Fría fue casi medio siglo de confrontación entre Estados Unidos y la Unión Soviética y sus aliados, después de la Segunda Guerra Mundial. En general, se considera que la Guerra Fría comenzó en 1947 y terminó en 1991.

Durante la Guerra Fría, todos los presidentes de Estados Unidos adoptaron una estrategia importante: dividir el campo socialista. Por lo general, separarían el régimen comunista chino del resto del ámbito comunista.

Después de que el régimen comunista chino tomó el poder en 1949, su política exterior favoreció solo a la Unión Soviética. Además, incitado por Stalin, el PCCh participó en la Guerra de Corea para luchar contra los estadounidenses.

Sin embargo, China y la Unión Soviética no se llevarían bien por mucho tiempo. El ex líder chino Mao Zedong intentó competir con la Unión Soviética por el dominio en el campo socialista. Como resultado, las dos naciones se volvieron hostiles entre sí a finales de la década de 1950. En 1964, el conflicto se intensificó cuando China y la Unión Soviética se separaron al tratar de resolver disputas fronterizas, seguidas de numerosos enfrentamientos militares a lo largo de la frontera en 1969. China desplegó 810,000 soldados y la Unión Soviética 1,180,000 soldados que estuvieron preparándose para ir a la guerra. Los principales líderes chinos evacuaron Beijing porque temían que la Unión Soviética iniciara una guerra nuclear contra China en cualquier momento.

Estados Unidos se alegró al descubrir que el concepto de «comunismo monolítico» había sido un malentendido y decidió dar una mano a China. El gobierno de Nixon amenazó con llevar a cabo una guerra nuclear contra la Unión Soviética y así ayudó al PCCh a evitar una gran crisis.

En 1972, cuando el ex presidente Nixon visitó China, el PCCh lo consideró una valiosa oportunidad para establecer vínculos con Occidente a fin de contrarrestar a la Unión Soviética. En otras palabras, el PCCh tomó la iniciativa de separarse del campo socialista. En los años siguientes, el PCCh pareció desempeñar un papel neutral en medio de la Guerra Fría, dando así la impresión de ser muy diferente de los demás países socialistas.

Después de la desintegración de la Unión Soviética en 1991, Occidente creyó que la Guerra Fría había terminado. Aunque algunas personas señalaron que China todavía seguía siendo un país que abrazaba la ideología socialista, el gigante asiático continuó cometiendo graves violaciones de los derechos humanos y nunca intentó enmendar sus errores cometidos durante la masacre de la plaza de Tiananmen, y la mayoría de los países occidentales no vieron la enorme amenaza que representaba el PCCh, ni se dieron cuenta en los años posteriores de que el PCCh estaba llevando a cabo una nueva forma de Guerra Fría durante todo este tiempo.

La ‘Guerra Fría’ secreta del PCCh

Los Estados Unidos y sus aliados occidentales ya no estaban atentos a la amenaza comunista tras el colapso de la Unión Soviética. Además, ayudaron a la China comunista a unirse a la Organización Mundial del Comercio(OMC), y le ofrecieron grandes cantidades de recursos y proporcionaron tecnología avanzada, creyendo que un día el PCCh reformaría su sistema político y mejoraría los derechos humanos. El PCCh aprovechó al máximo sacando ventaja de todos estos esfuerzos realizados de buena voluntad.

Muchos funcionarios comunistas chinos se convirtieron rápidamente en millonarios a través de la corrupción. Aprendieron a vestirse con trajes caros, enviaron a sus hijos a escuelas privadas en el extranjero y transfirieron sus bienes al extranjero.

Con la llegada a China de un gran número de empresas financiadas con fondos extranjeros, millones de trabajadores chinos mal pagos no solo trabajaron para empresarios extranjeros, sino que también ayudaron a acumular de manera continua reservas de divisas para el PCCh. El PCCh descubrió que  atraer inversiones extranjeras era un mejor método para explotar al pueblo chino, porque ahora podían explotar a los trabajadores chinos de manera más eficiente y a mayor escala.

Inicialmente, los principales líderes chinos se asustaron por el colapso de la Unión Soviética. Debido a que era uno de los pocos países comunistas que quedaban en pie, pensaban que China sería el objetivo de todo el mundo occidental. Pero cuando las naciones occidentales bajaron la guardia y le dieron a China el regalo de la «modernización», los líderes chinos se llenaron de alegría.

El ex jefe del Partido Comunista, Deng Xiaoping, propuso entonces una estrategia de «mantener un bajo perfil y aumentar nuestra fuerza en secreto», y que siempre fue venerada como una de las directrices más importantes por los sucesores de Deng. Simplemente significaba que mientras China continuaba librando la Guerra Fría, el PCCh mantendría oculta su motivación real, para darse tiempo suficiente para acumular más reservas de divisas, robar más tecnología e infiltrarse todavía más en Occidente. El plan era y es desafiar la hegemonía de Estados Unidos.

Los Estados Unidos también permitieron al PCCh dominar la tecnología de Internet. A nivel nacional, el PCCh estableció el gran cortafuegos de internet «Escudo Dorado» para bloquear el flujo de información al público chino. A nivel internacional, el PCCh no solo contrató a un gran número de expertos en internet como parte de su equipo de propaganda en el extranjero, sino que también entrenó a innumerables hackers para que robaran información o dañaran sitios clasificados de alto nivel en los países occidentales.

Se trata de una nueva forma de Guerra Fría, muy diferente de la anterior, ya que es unilateral y se libró en secreto porque no hubo una confrontación política frontal, y se aprovechó plenamente de la globalización económica. Estados Unidos y sus aliados occidentales fueron engañados durante mucho tiempo.

El PCCh saca a la luz su «Guerra Fría»

El PCCh ha estado librando una Guerra Fría encubierta para destruir secretamente a los países democráticos occidentales libres, pero pretende que su relación con Occidente es de cooperación amistosa. No fue hasta los últimos años cuando el PCCh sacó gradualmente a la luz su Guerra Fría.

Diplomáticamente, el PCCh se ha vuelto cada vez más antagónico con Occidente, compitiendo por votos dentro de las Naciones Unidas e incluso convirtiéndose en miembro del Consejo de Derechos Humanos. También lucha por el liderazgo en otras organizaciones internacionales. Los portavoces del Ministerio de Asuntos Exteriores de China hablan ahora en un tono mucho más arrogante y duro.

Además, el PCCh controla y manipula a países rebeldes como Corea del Norte, Irán y Cuba, países que cometen actos de maldad abiertamente, y China los apoya e instruye en secreto.

El PCCh también ha estado cortejando a países del tercer mundo y a naciones menos influyentes con su iniciativa de «La Franja y la Ruta» (OBOR, por sus siglas en inglés), que equivale casi a establecer un nuevo ámbito multinacional dirigido por el régimen chino, y a una preparación estratégica para que el PCCh despliegue sus fuerzas militares a nivel mundial.

Para construir su ejército, el PCCh aprovecha todas las oportunidades para robar tecnología militar de alto nivel de los países desarrollados, invierte enormes cantidades de dinero en la modernización militar, realiza frecuentemente ejercicios militares de alto perfil y está construyendo islas artificiales en el Mar de China Meridional como bases militares, provocando la ira de los países vecinos. Lo peor de todo es que los misiles de mediano y largo alcance del PCCh apuntan principalmente al territorio estadounidense.

Al mismo tiempo, vale la pena señalar que el PCCh se jacta de su fortaleza nacional al fabricar sus datos económicos. Por ejemplo, Beijing afirma que, siendo la segunda economía más grande del mundo, China mantiene una alta tasa de crecimiento del PIB. Sin embargo, los datos económicos de China están muy inflados y un gran porcentaje de su población sigue viviendo en la pobreza.

De manera similar, cuando el PCCh proclama que ha desarrollado una tecnología líder, generalmente significa que todavía se encuentra en la etapa de saqueo y replicación, y que los investigadores chinos tienen mucho que aprender y experimentar para entenderla plenamente.

Con el rápido desarrollo de la economía de exportación de China, la ambición del PCCh ha crecido exponencialmente. Intenta obtener el control de la economía mundial, vigilar los datos de la red mundial y desempeñar un papel de liderazgo en la comunidad internacional. Hace uso de su creciente poder financiero para imponer un severo control a nivel nacional, persiguiendo a gran escala a disidentes políticos, a Falun Dafa, tibetanos, musulmanes de Xinjiang y cristianos, al tiempo que erosiona las libertades de Hong Kong y se infiltra en Taiwán para socavar su sistema democrático.

En otras palabras, el PCCh ha pasado gradualmente de su vieja estrategia de «bajo perfil» a una guerra abierta con Occidente.

Sin embargo, la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2016 produjo un gran cambio en Estados Unidos. Durante la campaña electoral, Trump enfatizó que el enorme déficit comercial con China y el robo de propiedad intelectual debían ser resueltos, lo que le ayudó a obtener un fuerte apoyo de muchos electores estadounidenses.

Tras la asunción, Trump comenzó a abordar el desequilibrio comercial con China e imponer aranceles. Esto ayudó a los estadounidenses y a otros países occidentales a darse cuenta de que el PCCh había estado librando la Guerra Fría todo el tiempo. La gente en Occidente ha perdido la esperanza de que el PCCh se mejore a sí mismo. Más importante aún, los países occidentales están empezando a reestructurar sus propias estrategias para lidiar con la Guerra Fría del PCCh.

EE.UU. responde al desafío de la ‘Guerra Fría’ del PCCh

El presidente Trump ya alcanzó su objetivo de primera etapa de la guerra comercial al imponer aranceles a los productos chinos. Es decir, el PCCh ha perdido el elemento clave para su crecimiento económico. Con la escasez de divisas y el deterioro de la economía, se reveló la verdadera situación de la fuerza nacional de China. El PCCh tuvo que frenar su maliciosa expansión mundial y se vio obligado a ceder terreno.

Actualmente, también está en marcha una guerra tecnológica entre Estados Unidos y China. Washington ha estado apuntando e imponiendo sanciones a Huawei, ZTE y varias otras compañías chinas de alta tecnología que han violado las reglas y normas internacionales. Además, el FBI está investigando a los participantes del «Programa de los Mil Talentos» de China, un programa diseñado específicamente para facilitar el robo de propiedad intelectual y la transferencia ilícita de tecnología.

Al mismo tiempo, los expertos financieros de Estados Unidos ya están discutiendo sobre la próxima batalla: la «guerra financiera».

Después de que el director general del equipo de baloncesto estadounidense Houston Rockets, Daryl Morey, publicara un tuit en apoyo de los manifestantes prodemocracia de Hong Kong, la Asociación China de Baloncesto suspendió su relación con los Rockets de Houston, y el Consulado de China emitió una declaración pública de gran insatisfacción. Este incidente muestra a Estados Unidos que el PCCh no solo se aferra obstinadamente a su ideología, sino que también trata de influir en el pueblo estadounidense a través de su guerra ideológica.

Cuando la violencia policial aumentó en Hong Kong, el Senado de Estados Unidos aceleró su votación sobre el proyecto de ley de derechos humanos de Hong Kong y lo aprobó por unanimidad el 19 de noviembre. Posteriormente, Trump no perdió tiempo en firmar la ley. Todas estas son manifestaciones claras de la actitud del pueblo estadounidense en la lucha contra la nueva Guerra Fría.

El plan de Trump para reconstruir las fuerzas armadas estadounidenses y sus estrategias en la región del Indo-Pacífico apuntan directamente a contener al PCCh. En muchos de sus discursos públicos, Trump ha hablado de la reorganización militar, lo que demuestra su determinación de hacer retroceder la expansión militar de China mediante el fortalecimiento de las fuerzas armadas de Estados Unidos.

Recientemente, la CIA y la «Alianza de los Cinco Ojos» (FVEY, por sus siglas en inglés) han tomado medidas para contrarrestar a los agentes especiales chinos. La deserción del espía chino Wang Liqiang en Australia, y el hecho de que haya revelado gran parte de los secretos del PCCh, seguramente llevará a más deserciones. Como consecuencia, se revelarán muchas historias, cada una de las cuales expondrá un episodio interesante sobre las actividades de espionaje y la infiltración del PCCh en Occidente.

Mientras luchaba en medio de la guerra comercial, el PCCh pudo haberse dado cuenta de que había cometido un error al abandonar la estrategia de «bajo perfil». Ahora le preocupa que la economía de China se desacople de la de Estados Unidos y teme que Occidente retome la Guerra Fría contra China. Sin embargo, el PCCh no puede volver a esconderse de nuevo, porque la mayoría de la gente ya ha visto a través de la Guerra Fría que China ha estado luchando en secreto. La verdadera naturaleza del PCCh se ha revelado plenamente a través del manejo de las protestas de Hong Kong por parte de Beijing y su gran mentira de respetar la política de «un país, dos sistemas».

La nueva Guerra Fría ha comenzado en todos los sentidos. Ya no es un monólogo interpretado por el PCCh. Los Estados Unidos y sus aliados lo están tomando más en serio. Esta Guerra Fría no durará décadas como la anterior porque el ámbito democrático libre de Occidente supera sustancialmente a China en todos los aspectos.

El PCCh podría colapsar pronto, como la ex Unión Soviética, su ex «hermano mayor». Este es también el destino trágico de estar condenado al fracaso del PCCh, un régimen malvado que decide obstinadamente de seguir todavía luchando.

Los puntos de vista expresados en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de The Epoch Times.

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