La inflación es ahora el indicador más importante para los mercados financieros.
¿Hay fundamentos para la actual situación inflacionaria? Sí, pero no tienen sentido. ¿En medio de esto hay ganancias? Importantes, pero no son indicativos del futuro. ¿Podríamos crecer? Bueno, eso también depende de la inflación.
Los mercados financieros ahora parecen estar singularmente impulsados por la trayectoria anticipada de la inflación. En otras palabras, las lecturas de la inflación proporcionarían una indicación de si la Reserva Federal de EE.UU. ha hecho lo suficiente para combatir la inflación elevando las tasas de interés. Por lo tanto, es una predicción de cuánto y por cuánto tiempo la Fed continuaría aumentando las tasas de interés de referencia.
Los estrategas de inversión que normalmente tienen cosas interesantes que decir, de repente tiraron su libro de jugadas y ahora miran hacia la Fed (y hacía los otros bancos centrales). Si los inversionistas creen que la inflación está llegando a su punto máximo y que la Fed puede desacelerar o revertir sus aumentos de tasas de interés en un futuro cercano, se volverían optimistas con respecto a las acciones. Si los inversores creen que la inflación todavía tiene mucho camino por recorrer, entonces venderían y se mantendrían alejados del mercado.
En otras palabras, las opiniones sobre el mercado se han vuelto bastante binarias y dependen de las opiniones sobre las expectativas de inflación.
El último informe del IPC, publicado el 13 de octubre, fue otro recordatorio de que la inflación elevada está lejos de enfriarse. Los precios de septiembre subieron un 8.2 por ciento interanual y un 0.4 por ciento mensual, ambas lecturas superaron las expectativas de los analistas. Eso ha provocado que los analistas del Bank of America declaren en una nota que la inflación podría permanecer alta en los próximos años, ya que históricamente una vez que supera el 5 por ciento, la inflación generalmente tarda diez años en volver al rango del 2 por ciento (que es el objetivo de la Fed) para las economías desarrolladas.
David Einhorn, el fundador del fondo de cobertura Greenlight Capital, considera este problema como un hecho. “¿Cuándo fue la última vez que se creó una fábrica de cemento en este país y cuándo fue la última vez que creamos una refinería de petróleo”, se preguntó durante una entrevista del 11 de octubre con Bloomberg TV. Durante las últimas dos décadas, nuestro país (y su base de inversores) ha estado obsesionado con construir empresas de tecnología con dinero prestado.
Una pregunta clave es si la Fed está en el camino correcto para solucionar el problema. Einhorn cree que la Reserva Federal puede estar apuntándole al árbol equivocado.
“La mitad del problema de la inflación es causado por medidas fiscales. Y no se discute en absoluto sobre la adopción de medidas fiscales para aumentar la oferta, lo que en realidad sería algo bueno porque a medida que aumenta la oferta aumenta la riqueza”, agregó. “En cambio, lo que estamos tratando de hacer es disminuir la demanda, lo que significa bajar el nivel de vida de todos para tratar de combatir la inflación”.
En esencia, la inflación es causada por un desequilibrio entre la oferta y la demanda. En pocas palabras, cuando la demanda supera la oferta, los precios tienden a subir. Y para curar el desequilibrio, es necesario aumentar la oferta o reducir la demanda.
Ya sea que crea que la inflación actual es causada por una mala política (pérdida de crédito, inversión insuficiente en ciertos sectores) o mala suerte (problemas de la cadena de suministro relacionados con el COVID, la guerra entre Rusia y Ucrania), en última instancia es una inflación impulsada por muy poca oferta, argumentó el economista Nouriel Roubini, profesor emérito de economía de la NYU y presidente de Roubini Macro Associates.
“Esto es importante porque la inflación impulsada por la oferta es estanflacionaria y, por lo tanto, aumenta el riesgo de un aterrizaje forzoso (aumento del desempleo y posible recesión) cuando se endurece la política monetaria”, escribió Roubini en un artículo de opinión de la revista TIME.
La tesis de Roubini es que un aterrizaje económico forzoso es inevitable y dada la cantidad de deuda en el sistema financiero junto con las altas tasas de interés, el crecimiento será bajo en el futuro previsible. “Hoy enfrentamos shocks de oferta en un contexto de niveles de deuda mucho más altos, lo que implica que nos dirigimos a una combinación de estanflación al estilo de la década de 1970 y crisis de deuda al estilo de 2008, es decir, una crisis de deuda estanflacionaria”.
La lucha contra la inflación [mediante la destrucción de la demanda, forzando el desempleo y destruyendo la riqueza de los hogares] podría preparar al país para un bajo crecimiento en los próximos años.
Roubini es acertadamente apodado “Dr. Doom”, ya que ha estado haciendo sonar la alarma sobre la inflación durante años, incluso cuando la deflación era la principal preocupación. Pero hoy su tesis se ha acercado mucho más a la realidad.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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