El economista jefe de Moody’s Analytics, Mark Zandi, ha calculado que el típico hogar estadounidense gasta la enorme cantidad de 709 dólares más al mes que hace dos años, debido a la elevada inflación.
Los cálculos del Sr. Zandi aparecieron en un posteo en X, antes conocido como Twitter, en el que comentaba los últimos datos del gobierno sobre la inflación, el Índice de Precios al Consumidor (IPC).
La inflación, medida por el IPC, se situó en julio en el 3.2% en términos interanuales, por encima del 3% de junio y el primer aumento del ritmo anualizado de la inflación en aproximadamente un año.
Aunque ha disminuido desde el máximo del 9.1% alcanzado en junio de 2022, muchos consumidores siguen sufriendo las persistentes y elevadas presiones sobre los precios de los últimos años.
«La elevada inflación de los últimos más de dos años ha causado mucho daño económico. Debido a la elevada inflación, el hogar típico gastó en julio 202 dólares más que hace un año para comprar los mismos bienes y servicios. Y gastaron 709 dólares más que hace dos años», escribió el Sr. Zandi en su posteo.
Aunque el Sr. Zandi calificó de «estupendas» las cifras de inflación de julio, los republicanos consideraron sus cálculos como una prueba más de que las políticas económicas del presidente Joe Biden han estado avivando las llamas de la inflación.
«¡Bidenomics está costando a la familia promedio más de 700 dólares más al mes!», posteó el Partido Republicano de Wisconsin en las redes sociales.
¿»Tenían razón»?
Los republicanos han criticado varios proyectos de ley de gastos importantes promovidos por el presidente Biden, incluida la llamada Ley de Reducción de la Inflación, que, según ellos, haría lo contrario de la promesa de reducir los precios que implica su nombre.
Los demócratas, por el contrario, han argumentado que la legislación reduciría la presión sobre los precios.
El Penn Wharton Budget Model concluyó que el impacto de la ley sobre la inflación es «estadísticamente indistinguible de cero», mientras que el análisis de la Tax Foundation concluyó que «al reducir el crecimiento económico a largo plazo, la ley empeora la inflación al limitar la capacidad productiva de la economía».
El presidente Biden declaró recientemente que lamenta haber llama el proyecto de ley Ley de Reducción de la Inflación, porque se trataba más de gastar en iniciativas medioambientales que de aliviar la subida de los precios.
«La Ley de Reducción de la Inflación: ojalá no la hubiera llamado así, porque tiene menos que ver con reducir la inflación que con ocuparse de proporcionar alternativas que generen crecimiento económico», dijo el presidente el 10 de agosto en una aparición en Park City, Utah.
Algunos republicanos vieron en sus declaraciones la confirmación de sus argumentos anteriores de que la Ley de Reducción de la Inflación tendría el efecto contrario al que promete su nombre.
«Los republicanos tenían razón desde el principio», dijo el representante Andy Biggs (R-Ariz.) en un posteo en X en respuesta al comentario del presidente Biden.
Mientras que la inflación general del IPC se situó en el 3.2% interanual, la llamada inflación subyacente —que excluye del cálculo los alimentos y la energía— se situó en el 4.7%.
La lectura de la inflación subyacente, en lugar de las cifras principales, es lo que la Reserva Federal examina más detenidamente al evaluar los avances en el intento de reducir la inflación a su objetivo de alrededor del 2 por ciento.
«El descenso de la inflación subyacente respecto a los niveles de hace un año ha sido mucho menos pronunciado y, con un 4.7 por ciento, sigue estando muy por encima del objetivo del 2 por ciento», declaró a The Epoch Times Greg McBride, analista financiero jefe de Bankrate, en un comunicado enviado por correo electrónico. «Incluso después de un patrón de contención de un mes para empezar el año, las lecturas de la inflación subyacente sólo muestran un modesto progreso en la dirección correcta».
En su esfuerzo por sofocar la inflación, la Fed ha subido las tasas desde marzo de 2022 a su ritmo más agresivo desde la década de 1980.
Los hogares siguen sintiéndose presionados
Aunque el ritmo de la inflación se ha ralentizado significativamente desde el máximo del 9.1 por ciento alcanzado en junio de 2022, varias encuestas recientes indican que los estadounidenses siguen siendo afectados por los altos precios.
Según una encuesta de Bankrate realizada en julio, el 72% de los estadounidenses no se sienten económicamente seguros. Entre ellos, el 63% afirma que la elevada inflación les dificulta sentirse cómodos económicamente.
Otra encuesta realizada por Bankrate en junio reveló que el 68% de los estadounidenses ahorran menos para situaciones imprevistas debido a la inflación.
La alta inflación hizo que los beneficiarios de la Seguridad Social recibieran un ajuste por costo de vida (COLA) del 8.7% en 2023, el mayor aumento de este tipo en unos 40 años.
Otra encuesta de la Liga de Ciudadanos Mayores, organización no partidista, mostró que cerca de dos tercios de los jubilados que participaron en la encuesta afirmaron que los altos precios les han obligado a posponer la atención dental, incluidos los trabajos importantes como dentaduras postizas, puentes e implantes.
«Los elevados costes han afectado significativamente a la capacidad de los estadounidenses mayores para acceder a la asistencia médica», afirmó el grupo de defensa en un comunicado.
Casi un tercio de los encuestados afirmaron que habían pospuesto surtir recetas o recibir atención médica, mientras que 8 de cada 10 dijeron que productos esenciales como la comida y la vivienda les cuestan más hoy que hace un año.
Los últimos datos del IPC muestran que el coste de la vivienda ha subido un 7.7% en el último año, mientras que el alquiler ha subido un 8%.
Algunos analistas prevén que el ritmo de inflación de la vivienda se ralentizará significativamente en el futuro, porque hay un desfase en los costes de alquiler que se reflejan en las cifras de inflación del gobierno.
«La desinflación de la vivienda cobrará impulso en los próximos meses», declaró a Reuters Lydia Boussour, economista principal de EY-Parthenon en Nueva York.
También los consumidores parecen esperar una mayor relajación de las presiones sobre los precios en el futuro, según la última encuesta sobre expectativas de inflación del Banco de la Reserva Federal de Nueva York.
Las expectativas de crecimiento de los precios de los alimentos, la atención médica y el alquiler para el año siguiente retrocedieron a sus niveles más bajos desde principios de 2021, según la Reserva Federal.
La mediana de las expectativas de variación de los precios de los alimentos para el año siguiente bajó 0.1 puntos porcentuales, hasta el 5.2%; las de la asistencia médica cayeron 0.9 puntos porcentuales, hasta el 8.4%; y las del alquiler bajaron 0.4 puntos porcentuales, hasta el 9%. Aunque suponen un descenso con respecto a hace un mes, las cifras siguen siendo elevadas en términos históricos.
En general, la mediana de las expectativas de inflación para el año siguiente cayó del 3.8 al 3.5 por ciento, la más baja desde abril de 2021.
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