La protección que experimentan las personas después de recuperarse de COVID-19, conocida ampliamente como inmunidad natural, dura al menos 18 meses, según un estudio publicado recientemente.
Investigadores en Italia analizaron el nivel de anticuerpos en 36 pacientes que contrajeron COVID-19 en marzo de 2020. Aproximadamente la mitad de los pacientes se vacunaron contra el COVID-19, pero el resto permaneció sin vacunarse. Las muestras de todos, menos de dos, se analizaron a intervalos de tiempo, hasta septiembre de 2021, utilizando ensayos que recibieron la autorización de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.
“A los 18 meses, el 97 por ciento de los participantes dieron positivo para anti-NCP, lo que sugiere la persistencia de la inmunidad inducida por la infección incluso para las personas vacunadas”, escribieron los investigadores en el artículo preliminar, que se publicó en el sitio web medrxiv.
NCP significa nucleocápside, una parte del virus del PCCh (Partido Comunista Chino). El virus del PCCh causa el COVID-19. Se considera que los anticuerpos protegen a las personas contra la infección por el virus del PCCh.
“Los anticuerpos contra la nucleocápsida estarán presentes solo en individuos recuperados y no en los vacunados”, le dijo a The Epoch Times en un correo electrónico la Dra. Asiya Zaidi, investigadora de la Associazione Naso Sano y una de las autoras.
Eso significa que incluso las personas que se vacunaron recibieron protección de la inmunidad natural.
Los investigadores encontraron que la vacunación con las vacunas anti-COVID de Pfizer-BioNTech les dio a las personas con infección previa un impulso significativo, pero que el aumento en la protección disminuyó relativamente rápido.
“Los hallazgos de nuestro estudio demuestran que, si bien la vacunación de dosis doble aumentó 161 veces los títulos de IgG en individuos recuperados, este “impulso” fue relativamente breve. Los individuos recuperados no vacunados, por el contrario, continuaron mostrando una disminución constante, pero niveles de anticuerpos detectables. Creemos que se requieren más estudios para reevaluar el momento y el régimen de dosis de las vacunas para lograr una respuesta inmunitaria adecuada en las personas recuperadas”, dijo Zaidi.
Las limitaciones del estudio observacional longitudinal incluyen el pequeño número de pacientes.
Los investigadores, que financian su propia investigación, dijeron que el tamaño limitado de la muestra se debió a la falta de fondos porque las pruebas de serología repetidas para cada paciente durante 18 meses eran costosas y porque era difícil hacer un seguimiento a todos los pacientes y recordarles las pruebas.
Entre sus puntos fuertes se encuentra la notable duración del estudio.
“Esta es la observación más larga (marzo de 2020-septiembre de 2021) de la presencia de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 en individuos recuperados junto con el impacto de la vacunación con 2 dosis de BNT162b2 en los títulos”, escribieron los investigadores.
SARS-CoV-2 es otro nombre para el virus del PCCh, mientras que BNT162b2 es el nombre comercial de la vacuna de Pfizer.
Estudios anteriores han demostrado el poderoso efecto de la inmunidad natural contra el virus, incluido un estudio publicado en Nature a mediados de enero que encontró que la respuesta de las células B de memoria, un marcador de protección contra el COVID-19 grave, evolucionó en los meses posteriores a la infección “de una manera que es consistente con la persistencia del antígeno”.
En los estudios de 2021 se observó que otros marcadores de protección duraban al menos más de 7 meses, al menos 8 meses, al menos 10 meses, al menos 11 meses, al menos 13 meses y al menos 14 meses. Los estudios se completaron antes de la aparición de la variante ómicron, que, según los primeros datos, evade mejor tanto la inmunidad natural como la protección derivada de la vacuna.
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