El representante Jim Banks (R-Ind.) criticó la Ley COMPITE de los demócratas por no contrarrestar a China, a pesar de que los demócratas la presentan como un medio para aumentar la competitividad de Estados Unidos frente a la superpotencia.
«Su falso proyecto de ley sobre China no solo no contrarresta a este país, sino que en realidad ayuda a China al eliminar los límites de visado para los ciudadanos extranjeros altamente cualificados, al no proteger la investigación del espionaje chino y al no aplicar los requisitos de la Sección 117», continuó Banks. «Cuando [el líder chino Xi Jinping] leyó el proyecto de ley, respiró aliviado».
En varias declaraciones, Banks ha bromeado diciendo que la Ley COMPITE debería llamarse «Ley CEDER».
El 18 de marzo, Banks presentó la ley Salvaguardar nuestras universidades de la influencia extranjera, que describió como «una legislación para reforzar los requisitos de divulgación y cumplimiento para los regalos y contratos extranjeros en las universidades estadounidenses».
Banks presentó la legislación en respuesta a las disposiciones de la Ley COMPITE que, según él, permitirían a los actores extranjeros chinos seguir ejerciendo una gran influencia sobre las universidades estadounidenses.
«La Ley CEDER de la presidenta Pelosi utiliza una clásica estrategia de juegos malabares para evitar enfrentarse a China», explicó Banks, refiriéndose a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.). «Propone una ‘revisión’ de los regalos de ciudadanos chinos, pero si son ilícitos, en realidad no hace nada para detenerlos».
«Los demócratas están tratando de engañar a los estadounidenses para que mantengan otra década de relaciones amigables con el Partido Comunista», alegó Banks. «Su falso proyecto de ley sobre China no hace nada para enfrentarse a China. Es un fraude legislativo».
«Mi proyecto de ley ofrece una solución sencilla a la influencia extranjera hostil en las universidades», añadió Banks. «A diferencia del proyecto de ley de los demócratas, mi proyecto de ley reconoce que los ciudadanos estadounidenses también pueden actuar en nombre de gobiernos extranjeros hostiles y revisa todos los regalos procedentes de posibles malos actores, en lugar de seleccionar a los extranjeros».
Los demócratas aprobaron el proyecto de ley en la Cámara de Representantes a principios de febrero, pero todavía se están resolviendo las diferencias entre las versiones de la Cámara y del Senado.
Durante una rueda de prensa el jueves, Pelosi defendió la Ley COMPITE no solo por aumentar la competitividad de Estados Unidos frente a China, sino también por su efecto sobre los precios internos en medio de una inflación galopante.
El proyecto de ley, según sus defensores, aumentaría la fabricación en Estados Unidos y reduciría así los costes para el consumidor.
«Aumentar la oferta para reducir los costes», resumió Pelosi.
En un resumen de 20 páginas del proyecto de ley, los demócratas afirmaron que la legislación es «un paquete legislativo audaz que realiza nuevas inversiones transformadoras en investigación, innovación y fabricación estadounidense que garantizarán que Estados Unidos pueda superar a cualquier nación del mundo, ahora y en las próximas décadas».
«El paquete acelerará la producción estadounidense de chips semiconductores críticos, reforzará la cadena de suministro para fabricar más bienes en Estados Unidos, impulsará nuestra capacidad de investigación para liderar las tecnologías del futuro y hará avanzar nuestra competitividad global, al mismo tiempo que apoyará unas normas laborales y unos derechos humanos sólidos, entre otras disposiciones clave», reza el resumen.
Sin embargo, a pesar de que existe un amplio consenso bipartidista sobre la importancia de aumentar la producción y la competitividad de Estados Unidos, algunas secciones de la legislación están mucho menos consensuadas.
Por ejemplo, la Ley COMPITE invertiría «en la lucha contra el cambio climático» apoyando «la investigación para avanzar en la próxima generación de tecnologías de almacenamiento de energía, solar, hidrógeno, materiales críticos, energía de fusión, fabricación, eliminación de carbono y bioenergía, entre otras muchas áreas».
Históricamente, la financiación de la investigación y la tecnología en Estados Unidos se ha dirigido a sectores o proyectos específicos. Generalmente, éstos son llevados a cabo por agencias ya existentes, como la NASA o los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, o a través de terceros contratados por el gobierno.
La legislación propuesta por los demócratas, en cambio, «reforzaría y ampliaría la fuerza de trabajo CTIM [Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas] de nuestra nación para representar mejor la diversidad de nuestro país».
Para cumplir con el objetivo de «invertir en la lucha contra el cambio climático», la legislación prepararía «la próxima generación de investigadores, científicos y profesionales diversos de la energía limpia».
La Ley COMPITE también impulsaría el aumento de la «diversidad» entre los profesores de CTIM.
Banks considera desde hace tiempo que China es una amenaza clave para los intereses de seguridad de Estados Unidos, y gran parte de su trabajo anterior en la Cámara se ha centrado en contrarrestar a China.
Las críticas de Banks al proyecto de ley se producen después de que un estudio de la Universidad de San Diego, California, demostrara que los demócratas mencionaban a China en sus tuits con mucha menos frecuencia que los republicanos.
Según los datos que recogieron, el 90% de los republicanos mencionaron a China durante el 116º Congreso, frente a solo el 70% de los demócratas. Al mismo tiempo, los demócratas enviaron muchos más tuits, con un promedio de un 60% más de posteos en Twitter que los republicanos en la plataforma.
Banks, que mencionó a China en 585 tuits —más que cualquier otro miembro del Congreso— dijo en una declaración el jueves que la información indica que los demócratas son menos serios para contrarrestar la amenaza china de lo que se presentan.
«Los demócratas tienen miedo de enfrentarse a China en Twitter, así que no es de extrañar que no tengan las agallas de enfrentarse a China en la Cámara», dijo Banks.
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