Un poco de polvo de cometa, algunas estrellas fugaces y bolas de fuego que caen desde las alturas. Los meteoros otoñales ya están aquí —han estado regresando cada estación durante millones de años. Es impresionante imaginar cómo esos infinitos fragmentos plateados caen del espacio como si siguieran un calendario cósmico. Un grupo de meteoros en particular regresa fielmente cada año sin perderse estas fechas.
Las Oriónidas
Cada mediado o fin de octubre, nos cruzamos con un grupo de meteoros llamado Oriónidas. Todos los años parecen emanar del mismo punto de nuestro mapa estelar, justo al lado del garrote de la constelación de Orión el Cazador, de ahí el nombre de Oriónidas. Pero los meteoros no proceden en realidad de esa constelación, sino de un cometa que viaja a lo largo de un vasto bucle alrededor de nuestro Sol, el cometa Halley.
Dicho cometa orbita una vez cada 75-76 años, viajando en una órbita retrógrada, es decir, en sentido contrario al de los planetas, dejando a su paso un vasto complejo de polvo y escombros esparcidos por el espacio exterior. La Tierra choca con este enorme bucle de polvo tanto a la ida como a la vuelta de su viaje.
Cuando nuestro planeta atraviesa ese campo de escombros en su tramo entrante, estos llueven sobre nosotros y se queman en nuestra atmósfera, provocando la lluvia de meteoros, la lluvia de estrellas Oriónidas —por esta razón la tenemos todos los años. La Tierra también pasa por el tramo de salida del rastro del cometa Halley, provocando la lluvia de meteoritos Eta Acuáridas, en el mes de mayo.
Temporada alta de Oriónidas
Los meteoros Oriónidas pueden verse desde el 26 de septiembre y este año duran hasta el 22 de noviembre, sin embargo, su máximo general se producirá entre el 20 y el 25 de octubre, según Almanac. Alcanzarán su cantidad máxima a las 0:05 a. m., hora local, en la mañana del 22 de octubre, aunque la mañana del 21 de octubre también presentará cantidades de meteoritos similares. Faltan menos de dos semanas para que alcancen su punto máximo.
Las condiciones de la Luna serán óptimas para su visualización, ya que el 21 de octubre el cuarto de luna creciente se pondrá alrededor de las 11:30 p.m., dejando los cielos oscuros a partir de entonces. Es recomendable buscar un lugar de buena visión, en el campo o donde no haya luces artificiales, porque estas interfieran con el espectáculo. Las Oriónidas tienden a no ser demasiado brillantes y salen disparadas a gran velocidad, hasta 41 millas por segundo, según EarthSky.
Los observadores de estrellas pueden esperar entre 10 y 30 meteoros por hora y alrededor de 25 por hora durante el momento de máxima cantidad de meteoros, aunque los meteoros son muy impredecibles por naturaleza. La falta de brillo de las Oriónidas se compensa con los largos rayos de luz que muy a menudo dejan estelas persistentes. Estas trazas vistas como estelas son causadas por el gas ionizado que queda cuando las partículas se queman en la atmósfera de la Tierra, debido a la fricción. A veces, los meteoros pueden incluso romperse en varios pedazos o explotar en espectaculares bolas de fuego.
Origen de las Oriónidas: el radiante, la constelación y el cometa
Durante la temporada alta de Oriónidas, uno puede encontrar la constelación de Orión el Cazador ascendiendo hacia el este alrededor de la medianoche. En el noreste de la constelación, cerca del garrote de Orión, las Oriónidas parecen irradiar desde un punto entre la brillante estrella rojiza y de color óxido, Betelgeuse, y la estrella Gamma Geminorum (o Alhena). Ese punto se llama radiante de las Oriónidas, pero en realidad no emanan de entre esas dos estrellas, es simplemente un efecto óptico, una ilusión, similar a cómo las vías del tren parecen converger en el horizonte, pero en realidad nunca se encuentran.
Al intentar detectar los meteoros de Orión, no se debe mirar al punto radiante en sí. Más bien, hay que intentar contemplar todo el cielo. Estos meteoros brotarán del punto radiante, pero pueden aparecer en cualquier lugar sobre el horizonte. En realidad, las Oriónidas no provienen de la propia constelación de Orión. Provienen del lejano viajero celestial llamado cometa Halley.
¿Qué son los cometas? Básicamente, son trozos de gas congelado y polvo cósmico, que a menudo viajan a lo largo de órbitas colosales alrededor del Sol. El centro sólido y compacto de un cometa se llama núcleo. La última vez que el núcleo de Halley fue visto desde la Tierra a simple vista fue en 1986. Como orbita una vez cada 75-76 años, no regresará hasta el año 2061.
La mayoría de los cometas llevan el nombre de sus descubridores. Pero no ocurre así en Halley. En cambio, fue bautizado en honor al astrónomo que, en 1705, predijo con precisión por primera vez su regreso. Ese hombre era Edmund Halley.
El cometa, padre de las Oriónidas, se extiende mucho más allá de su núcleo, e incluye un vasto complejo de escombros esparcidos a lo largo de millones de kilómetros por todo el sistema solar. Los cometas arrojan constantemente su materia (polvo espacial, gas congelado y escombros) a medida que se mueven por el universo. Ese desprendimiento se intensifica a medida que se acercan al Sol, lo que incluso hace que brillen con un tono verdoso brillante a medida que sus superficies heladas se subliman.
En cuanto a si los meteoros siguen algún calendario cósmico, se podría decir que sí. Ellos realmente lo hacen. La Tierra y el cometa Halley han planeado su encuentro anual hace mucho tiempo.
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