A la luz de la Luna llena de otoño, los cazadores preparaban sus fusiles para la caza en previsión de la llegada del invierno. Esta antigua tradición dio lugar al acontecimiento conocido como la Luna del Cazador, que tiene lugar cada otoño por estas fechas.
He aquí algunos datos sobre la luna —y el folclore— que te ayudarán a disfrutar al máximo de este espectáculo otoñal.
Cómo recibe su nombre la Luna del Cazador
En el pasado, la Luna del Cazador, iluminaba a los pueblos de diversas culturas tradicionales, permitiéndoles avistar animales como ciervos o alces que venían a alimentarse de los restos de la cosecha en los campos. Los zorros o coyotes también llegaban para alimentarse de estos animales. Con esta conveniente luz de luna, y la abundancia, los hombres salían de cacería para complementar sus provisiones de carne antes de la llegada del invierno; de ahí el nombre de Luna del Cazador.
El uso del nombre Luna del Cazador depende de ciertos factores, tanto calendáricos como astronómicos. Normalmente, la Luna del Cazador es en octubre —como este año— pero a veces es en noviembre. Entender por qué es así puede resultar complicado. Nosotros se lo explicamos.
La mayoría de las lunas llenas durante el año reciben nombres prescritos según el mes calendario en el que caen. Sin embargo, tanto la Luna del Cazador como la Luna de la Cosecha son excepciones. No se asignan a ningún mes calendario sino por su asociación con un evento astronómico, el equinoccio de otoño.
El equinoccio marca el inicio del otoño. Es cuando el eje de la Tierra comienza a inclinarse alejándose del Sol y cuando el plano orbital de la Tierra cruza al sur del ecuador celeste. Esto explica por qué tenemos estaciones y por qué cuando termina el verano y comienza el otoño, las temperaturas se vuelven cada vez más frías.
Como regla general, la Luna de la Cosecha es la luna llena más cercana al equinoccio de otoño. Posteriormente, la Luna del Cazador se prescribe al mes que sigue a la Luna de la Cosecha. El equinoccio de otoño siempre ocurre a finales de septiembre, pero a veces es más cercana la Luna llena de octubre. Esto solo ocurre una vez cada tres o cuatro años. Como resultado, la Luna de octubre recibe el título de Luna de Cosecha, mientras que la de noviembre es asignada como Luna del Cazador. Veremos un próximo caso así en 2025.
La Luna del Cazador de este año seguirá la norma. Alcanzará su punto máximo la noche del 28 de octubre.
Iluminación máxima, astronomía e ilusión lunar
El mejor momento para ver la Luna del Cazador de este año será durante el máximo de iluminación, el sábado 28 de octubre. Sin embargo, las noches de ambas fechas contiguas —del 27 y 29 de octubre— también se verán bastante bien, ya que la Luna no habrá cambiado mucho.
Visto desde América del Norte, la Luna llena alcanza su cenit a las 16:24, hora EDT, cuando está debajo del horizonte. Así que tendrá que esperar hasta el atardecer para que salga. Las lunas llenas solo ocurren cuando el Sol y la Luna están directamente en lados opuestos de la Tierra, razón por la cual cuando el primero sale, la otra siempre se está poniendo.
Este año en particular, la Luna del Cazador tendrá un planeta como compañía. El planeta más grande de nuestro sistema solar, Júpiter, aparecerá brillando intensamente justo debajo de ella. Sin embargo, su aparente proximidad es una mera ilusión. En realidad, Júpiter está 1500 veces más lejos que nuestra luna.
La Luna del Cazador parecerá estar dentro de la constelación de Aries, lo que supone una ruptura con la norma. Por lo general, se ve en Piscis o, a veces, en Cetus, la ballena.
Algunos dicen que tanto la Luna del Cazador como la Luna de la Cosecha parecen más grandes que otras lunas llenas. Esto puede deberse a la «ilusión de la Luna». Alrededor de la época del equinoccio, la órbita de la Luna se mantiene muy cercana al plano orbital de la Tierra, lo que mantiene a nuestro satélite lunar cerca del horizonte cuando se ve desde la Tierra. Por lo tanto, los objetos terrestres, como edificios o árboles, se dibujan en un marcado contraste con la Luna, haciéndola parecer relativamente más grande. Se trata de un mero efecto óptico provocado por la proximidad de la luna al horizonte.
La Luna del Cazador también puede parecer extrañamente anaranjada en comparación con otras lunas —¡cuán apropiado para la temporada de otoño! La contaminación o el humo en el aire pueden provocar este efecto cuando la Luna está cerca del horizonte. La luz que se dispersa a través de una mayor parte de la atmósfera de la Tierra también podría contribuir a ese brillo de la fiesta de la calabaza.
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