Casi dos tercios de los votantes que apoyaron al presidente Joe Biden en las elecciones de 2020 afirman ser cristianos, pero no se lo toman muy en serio, según el célebre investigador sobre religión George Barna.
Barna, que es director de investigación del Centro de Investigación Cultural de la Universidad Cristiana de Arizona, encuestó a 1000 adultos inmediatamente después de las elecciones de noviembre de 2020.
Barna descubrió que, entre los votantes de Biden, el 65% se autodenominaba cristiano, pero solo el 15% afirmaba ser un cristiano «nacido de nuevo», la descripción que se suele asociar a los evangélicos.
«Solo tres de cada 10 (30 por ciento) creen que la Biblia es la palabra real o inspirada de Dios y no contiene errores», escribió Barna en el informe de la encuesta hecho público el martes.
«Eso ayuda a explicar por qué tres cuartas partes de los partidarios de Biden no identifican la Biblia como su fuente más fiable de orientación moral. Sus fuentes dominantes de orientación moral son sus sentimientos, experiencias, amigos y familia», continuó Barna.
«En consonancia con ese rechazo generalizado de la Biblia, tres cuartas partes de los seguidores de Biden (el 75%) también creen que no existe una verdad moral absoluta; a sus ojos, ‘la identificación de la verdad moral depende de cada individuo, no hay absolutos morales que se apliquen a todo el mundo, todo el tiempo'».
Otros hallazgos incluyen el hecho de que solo un tercio (31%) de los votantes de Biden dijeron ser activos en una congregación de la iglesia local. Los votantes protestantes dieron a Trump un 47 por ciento, frente al 33 por ciento de Biden, mientras que los católicos dieron a Biden un estrecho margen de 44 por ciento a 40 por ciento sobre Trump. Entre las personas que afirman tener una fe no cristiana, el 53% votó por Biden.
Barna también descubrió que «las opiniones religiosas de los votantes de Biden se traducen directamente en sus preferencias políticas». Por ejemplo, el 60 por ciento de su base, que es mayoritariamente proaborto, sostiene que ‘la Biblia es ambigua en la cuestión del aborto; es posible hacer argumentos bíblicos convincentes a favor o en contra del aborto'».
«Del mismo modo, su base está abrumadoramente a favor de la ampliación de los derechos LGBTQ, lo que se ajusta al hallazgo de que seis de cada 10 (58%) de sus votantes rechazan la noción de que ‘el matrimonio de un hombre con una mujer es el único plan aceptable de Dios para la humanidad, aplicable a todas las culturas de la tierra'».
Barna dijo que las opiniones de los partidarios de Biden expresadas en su encuesta sugieren que los partidarios del presidente son más propensos a apoyar las propuestas a las que se oponen muchos cristianos, incluyendo:
- Permitir que se restrinjan las iglesias y todas las formas de culto debido al COVID-19.
- Eliminar las exenciones fiscales para las iglesias.
- Promover religiones alternativas en las aulas y planes de estudio de las escuelas públicas.
- Un mayor apoyo al aborto.
- Trato más favorable a las naciones y regímenes musulmanes.
- Que los valores, la moral y el comportamiento público sean determinados por el gobierno.
- Más derechos y protecciones para las personas LGBTQ y
- Penas más indulgentes para los condenados por delitos.
- Alejamiento del estado de derecho y de la aplicación equitativa de las leyes.
«Lamentablemente, si nuestro gobierno niega los principios fundamentales sobre los que se fundó —que se derivaron originalmente de la Biblia— en favor de las preferencias filosóficas modernas, el final será el caos, las disputas constantes y la insatisfacción generalizada», dijo Barna.
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