Arraigada en muchas tradiciones religiosas antiguas que se remontan a miles de años, la meditación se ha utilizado cada vez más en nuestro mundo moderno para reducir el estrés y mejorar nuestra calidad de vida.
Además de reducir el estrés, la meditación nos aporta muchos beneficios increíbles de formas inimaginables. Pero, ¿cómo meditamos? ¿Cuál es la duración óptima y las mejores posturas? ¿En qué se debe pensar durante la meditación? Estas preguntas serán respondidas por expertos médicos occidentales y orientales en nuestra serie de artículos.
La enfermera psiquiátrica Deborah Collins-Perrica compartió recientemente una historia con The Epoch Times sobre los milagrosos beneficios de la meditación observados en su consulta.
A su antiguo paciente, piloto de combate de las Fuerzas Aéreas estadounidenses, le diagnosticaron esclerosis múltiple. En sus consultas previas con múltiples neurólogos, le dijeron que su enfermedad progresiva acabaría paralizándole.
Collins-Perrica decidió enseñarle a meditar, concretamente utilizando el ejercicio sentado de Falun Dafa (también conocido como Falun Gong). Empezó con la postura más fácil, aumentando poco a poco su capacidad de sentarse durante un periodo de tiempo mucho más largo. Con el tiempo, su práctica de meditación llegó a durar una hora entera sentado en la posición de loto.
Han pasado varios años y ahora está lleno de energía, feliz y trabajando a tiempo completo. Sus neurólogos se han sorprendido de sus progresos y le han dicho: «No tenemos una explicación científica para lo que te pasa». Según Collins-Perrica, «Esa práctica lo cambió todo por completo para él».
La meditación tiene el potencial de curar o mejorar los síntomas de enfermedades crónicas, incluidas las relacionadas con el cáncer, las enfermedades autoinmunes, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes. Incluso puede ayudar a los pacientes a vivir más tiempo con una mejor calidad de vida.
Cómo afecta la meditación a las enfermedades crónicas
Alarga los telómeros de nuestro ADN
Los telómeros son los segmentos de ADN en forma de capuchón que se encuentran al final de nuestros cromosomas y que mantienen la integridad de los cromosomas y controlan el ciclo de división celular. Cada vez que una célula se divide, los telómeros se acortan ligeramente y ya no pueden multiplicarse ni reparar los tejidos corporales. Cuando alcanzan un umbral específico, las células inician la apoptosis, o muerte celular programada.
La longitud de los telómeros se acorta a medida que envejecemos, y este proceso de acortamiento se ha relacionado con el riesgo de padecer enfermedades crónicas como el cáncer.
Los estudios han demostrado que las personas con telómeros más largos pueden tener una vida más larga y saludable.
Un estudio canadiense publicado en la revista Cancer, descubrió que la meditación puede alargar los telómeros y posiblemente prolongar la vida al reducir el estrés y proporcionar apoyo emocional.
Reducción del estrés
La doctora Sunjya Schweig, experta en enfermedades crónicas complejas, declaró a The Epoch Times: «Muchas personas con enfermedades crónicas tienen un importante estrés añadido debido a su enfermedad y (en un círculo vicioso) el estrés puede empeorar su enfermedad».
En un estudio, 90 pacientes con diversos tipos de cáncer fueron asignados a un grupo de meditación o a un grupo en lista de espera. El grupo de meditación se sometió a una sesión semanal de meditación de una hora y media durante siete semanas y practicó la meditación en casa. En comparación con el grupo de la lista de espera, el grupo de meditación experimentó una reducción del estrés, la depresión, la ansiedad, la ira y la confusión, y experimentó menos síntomas en general. El grupo informó de una reducción del 65 por ciento en los trastornos del estado de ánimo y del 31 por ciento en los síntomas relacionados con el estrés.
Refuerzo de la inmunidad
Los pacientes que sufren enfermedades crónicas suelen tener un sistema inmunitario debilitado. Se ha demostrado que la meditación aumenta la inmunidad mediante la producción de anticuerpos y otras células inmunitarias.
Las investigaciones demuestran que la meditación puede mejorar la actividad de la telomerasa, reducir significativamente la inflamación y aumentar el número de células CD4, que son las células auxiliares del sistema inmunitario responsables de enviar señales a otras células inmunitarias para eliminar las infecciones.
Un estudio de la India descubrió que la meditación puede reducir la interleucina 6 (un tipo de citoquina que desempeña un papel clave en la respuesta inflamatoria), la proteína C reactiva (una proteína que produce el hígado en respuesta a la inflamación) y el factor de necrosis tumoral alfa (una proteína que desempeña un papel clave en la respuesta inmunitaria del organismo a las infecciones y la inflamación).
Mejora de la circulación
Naiwen Hu, médico de medicina tradicional china de renombre internacional, afirmó que cuando meditamos en la posición de loto completo, nuestras piernas estarán dobladas y cruzadas, por lo que la circulación periférica de nuestros pies no es buena. Sin embargo, después de meditar, una vez que las piernas dejan de estar cruzadas, la sangre fluye instantáneamente por las venas, lo que puede ayudar a abrir los bloqueos de la parte inferior del cuerpo.
Al poner en marcha el flujo sanguíneo, el oxígeno puede fluir libremente a las células y órganos como el corazón y el cerebro, mejorando los síntomas asociados con las enfermedades crónicas.
Mejora de los síntomas de las enfermedades crónicas
Numerosos estudios han descubierto que la meditación puede mejorar los síntomas de numerosas enfermedades crónicas, como el cáncer, las enfermedades autoinmunes y el COVID largo.
Puede prolongar la esperanza de vida de los pacientes con cáncer
Aunque no existen pruebas clínicas que demuestren que la meditación puede curar realmente el cáncer, sus innumerables beneficios, como la reducción del estrés y el aumento de energía, pueden mejorar y prolongar la vida de un paciente con cáncer.
En el estudio canadiense mencionado anteriormente, 88 supervivientes de cáncer de mama fueron asignadas aleatoriamente a tres grupos: un grupo de meditación, un grupo de terapia de apoyo y un grupo que no participó en la meditación ni en la terapia de apoyo. Los participantes del grupo de meditación asistieron a ocho sesiones semanales de meditación de 90 minutos, mientras que los participantes del grupo de terapia se reunieron durante 12 semanas, 90 minutos por semana.
Los investigadores del estudio descubrieron posteriormente que la longitud de los telómeros de los participantes en los grupos de meditación y terapia de apoyo se había mantenido, mientras que la longitud de los telómeros del tercer grupo, los que no participaron en la meditación ni en la terapia de apoyo, se había acortado.
Dado que la longitud de los telómeros se ha asociado a la esperanza de vida, es posible que los supervivientes de cáncer que participaron en la meditación y la terapia de apoyo hayan prolongado su esperanza de vida.
Mejora los síntomas de las enfermedades autoinmunes
Mientras que la Dra. Collins-Perrica presentó pruebas anecdóticas de cómo la meditación ayudó a su paciente a recuperarse de la esclerosis múltiple, numerosos estudios de investigación han demostrado los efectos de la meditación en la mejora de los síntomas de diversas enfermedades autoinmunes.
Un estudio de 37 pacientes con psoriasis de moderada a grave se sometieron a fototerapia o fotoquimioterapia, que consistía en una terapia con luz ultravioleta para tratar su psoriasis. Algunos de los pacientes también participaron en la meditación mientras recibían la terapia de luz ultravioleta, mientras que otros no lo hicieron.
Los investigadores descubrieron que la meditación aumentaba significativamente la resolución de las lesiones psoriásicas en los pacientes que la realizaban. Los pacientes del grupo de meditación alcanzaron el punto de desaparición de la psoriasis a los 35 días, es decir, 16 días antes que los que no meditaron.
Un estudio piloto de ocho semanas de duración descubrió que un programa de reducción del estrés basado en la atención plena (MBSR, por sus siglas en inglés) mejoraba la actividad de la enfermedad y reducía las necesidades de medicación de los pacientes con hepatitis autoinmune durante un año, con una reducción media del nivel de alanina aminotransferasa sérica (ALT) en el 35% de los pacientes. La ALT es una enzima del hígado que se libera al torrente sanguíneo cuando se dañan las células hepáticas. Además, en el 71% de los participantes se redujeron considerablemente las dosis de inmunosupresores.
Otra enfermedad autoinmune, el lupus eritematoso sistémico (LES), el tipo más común de lupus, puede afectar a múltiples órganos. En un estudio de 2021, se asignó aleatoriamente a 26 pacientes con LES a un grupo de MBSR o a un grupo sin meditación. Tras completar el curso de MBSR, este grupo mostró mayores mejoras en su calidad de vida y en los síntomas del LES, en comparación con el grupo sin meditación.
Los investigadores concluyeron que la meditación tenía un «potencial terapéutico significativo» para los pacientes con LES.
Además, en una revisión de 21 estudios sobre los efectos de la meditación en enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide y el LES, los investigadores hallaron una correlación entre el funcionamiento psicológico afectado por la meditación y los cambios en los biomarcadores. Afirmaron que las intervenciones basadas en la atención plena pueden tener un impacto positivo en los resultados de los pacientes y podrían utilizarse en combinación con la farmacoterapia en el tratamiento de las enfermedades autoinmunes.
Reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares
Utilizando datos de la Encuesta Nacional de Salud, un estudio de 2020 descubrió que la meditación se asocia con una menor prevalencia de factores de riesgo cardiovascular y enfermedades.
En otro estudio, 201 participantes negros de ambos sexos con enfermedad coronaria fueron asignados aleatoriamente a un grupo de meditación o a un grupo de educación sanitaria. Los participantes del primer grupo añadieron la meditación a su tratamiento habitual.
Durante 5.4 años de seguimiento, en comparación con el segundo grupo, los participantes del grupo de meditación tuvieron una reducción del 48 por ciento en ataques al corazón, derrames cerebrales y mortalidad por todas las causas. También redujeron en un 24 por ciento el riesgo de muerte cardiovascular y hospitalización.
Una de las principales enfermedades cardiovasculares, la enfermedad coronaria, está causada por la acumulación de placa en las arterias coronarias.
En un estudio realizado en la India y publicado en el International Journal of Yoga, se asignó aleatoriamente a 60 participantes con enfermedad coronaria a un grupo de meditación y a otro de no meditación. Al cabo de seis meses, los investigadores observaron un descenso significativo de los niveles de azúcar en sangre del grupo de meditación, mientras que el grupo de no meditación presentaba un aumento significativo de los niveles de insulina sérica en ayunas en comparación con sus respectivos niveles seis meses antes.
Las elevaciones de azúcar en sangre se han asociado a un mayor riesgo de enfermedad coronaria. Ciertos tipos de meditación, como la MBSR, pueden reducir significativamente la presión arterial sistólica y diastólica.
Basándose en las investigaciones actuales, la Asociación Americana del Corazón considera que la meditación es beneficiosa para la salud del corazón y la recomienda como complemento de la reducción del riesgo cardiovascular indicada por las directrices.
Mejora los síntomas de COVID de larga duración
La meditación también se ha utilizado para tratar los síntomas del COVID durante la pandemia y ha demostrado ser eficaz para mejorar el COVID prolongado.
En un estudio publicado recientemente, 34 pacientes que sufrían COVID prolongado fueron asignados aleatoriamente a un grupo de meditación y a un grupo de no meditación. El grupo de meditación participó en 10 sesiones de meditación de 30 minutos a lo largo de cinco semanas.
Tras la finalización del programa de meditación, los participantes del grupo de meditación mostraron mejoras en la fatiga física y mental, el dolor muscular, la depresión y los trastornos del estado de ánimo. Los investigadores concluyeron que la meditación podría ser útil para combatir estos síntomas en pacientes con COVID prolongada.
Además, una revisión descubrió que la meditación puede aportar muchos beneficios para la salud de los pacientes con COVID prolongado, incluida la disminución de los síntomas de fatiga, insomnio, dolor, deterioro cognitivo y problemas de rendimiento motor. Los autores concluyeron que la meditación puede haber logrado esto manteniendo la homeostasis inmunológica y modulando el sistema nervioso simpático.
Mejora los síntomas de la diabetes
Las autoridades médicas recomiendan la meditación para mejorar los síntomas de la diabetes y reducir la medicación.
Una revisión y un metaanálisis publicados recientemente concluyeron que las prácticas de mente y cuerpo, como la meditación, podrían mejorar el control glucémico entre los pacientes con diabetes de tipo 2, con una reducción clínicamente significativa de la hemoglobina glucosilada y la glucemia en ayunas. Las prácticas cuerpo-mente resultaron ser casi tan eficaces como los fármacos para la diabetes, y los autores concluyeron que podrían utilizarse como métodos complementarios de tratamiento no farmacológico de la diabetes, aunque no deberían sustituir a los medicamentos para la diabetes.
Según otra revisión sistemática en la que participaron pacientes diabéticos, las prácticas de meditación se han asociado a mejoras significativas de la presión arterial sistólica y diastólica, los niveles de azúcar en sangre, el peso corporal, el perímetro de cintura y las lipoproteínas de alta densidad.
En un estudio surcoreano, 48 pacientes con diabetes de tipo 2 y/o hipertensión fueron asignados aleatoriamente a un grupo de meditación y a un grupo de educación sanitaria. Tras ocho semanas, en comparación con el grupo de educación sanitaria, los niveles de colesterol «malo» de lipoproteínas de baja densidad del grupo de meditación se habían reducido significativamente.
Los investigadores sugirieron que la meditación podría utilizarse como método de tratamiento complementario a largo plazo para la diabetes.
Ayuda a controlar el dolor crónico
En un estudio publicado en The Journal of Neuroscience, 15 voluntarios que participaron en cuatro días de meditación en presencia de estimulación nociva informaron de una reducción del 57 por ciento de su malestar por el dolor y del 40 por ciento de la intensidad del dolor.
En otro estudio, 48 participantes con lumbalgia crónica, todos ellos mujeres, fueron asignados aleatoriamente a un grupo de MBSR y a otro de no meditación, mientras que ambos grupos continuaron con su atención médica habitual. Tras someterse a ocho sesiones de meditación, el grupo asignado a la meditación informó de un dolor considerablemente menor que el grupo de control.
También se ha descubierto que la meditación es un tratamiento eficaz para los trastornos de dolor crónico, como la fibromialgia.
Beneficia a otras enfermedades crónicas
Los pacientes con problemas intestinales crónicos, como el síndrome del intestino irritable, o con enfermedades mentales también pueden utilizar la meditación para ayudar a tratar sus dolencias.
Al crear un entorno más saludable, abrimos mayores vías de curación, como la protección de la longitud de los telómeros, la reducción de los eventos cardíacos y la disminución del dolor crónico. El estrés sólo exacerba nuestros síntomas para todas las enfermedades, y cuando eso sucede, nuestra salud se deteriorará más rápidamente. La meditación es un poderoso mecanismo para prevenir o mejorar todas las enfermedades crónicas.
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