Imagine untar abundante miel en una herida abierta. Puede sonar extraño, pero hasta la llegada de la penicilina, fue un remedio bien considerado y utilizado ampliamente. Hoy, esta práctica está experimentando un suave regreso a los hospitales.
La miel es especialmente útil para heridas que tardan en sanar o propensas a infecciones. Para los pacientes con cáncer que sufren de «llagas de cama», lesiones en la piel causadas por el tratamiento de radiación y heridas quirúrgicas, la miel puede hacer una gran diferencia en cómo se sienten y qué tan rápido se curan.
Según Patrice Dillow, enfermera registrada en Centros de Tratamientos de Cáncer de América, en Zion, Illinois, la miel ha presentado «un cambio de juego» en el tratamiento oncológico moderno.
“Algunas veces los antibióticos no hacen lo suficiente y no llega un buen suministro de sangre hasta la base de la herida”, comentó. “Si las arterias están dañadas y la herida recibe un suministro de sangre muy deficiente, puedo darles a los pacientes todos los antibióticos que quiera, pero no se curarán. Por lo que debemos tener algo tópico además de aplicar algo sistémico”.
Durante casi 20 años, Dillow se ha especializado en el cuidado de heridas. Ella señala que la miel es su elección principal para aplicación tópica.
“Nunca he tenido una herida en la que hubiese evitado el uso de la miel”, agrega.
La miel puede ser útil en la sanación de una herida a muchos niveles. El alto contenido de azúcar mueve fluidos estancados y elimina la inflamación. La miel ablanda el tejido duro, muerto, extrae los restos viejos y mantiene el sitio húmedo, proporcionando condiciones ideales para la reparación de tejidos. Sus propiedades antibióticas previenen la infección y su química alcalina ayuda a reducir la inflamación.
“La miel disminuye el pH de una herida y cuando esto ocurre, tenemos una mejor curación”, explica Dillow. “Esto hace que el paciente se sienta más cómodo porque usualmente cuando el pH es más alto, el paciente generalmente siente más dolor”.
Medihoney
La miel ha sido usada como medicamento por lo menos desde el 2000 a. C., pero fue olvidada después del crecimiento de las drogas antibióticas en el siglo XX. Sin embargo, en los últimos 20 años, los investigadores han puesto una nueva luz sobre las antiguas virtudes medicinales de la miel, y los hospitales la están volviendo a aplicar en su protocolo de curación de heridas.
En 2007, la Administración de Alimentos y Drogas de EE.UU. (FDA) autorizó el uso del primer producto médico a base de miel en dicho país. El producto llamado Medihoney, tiene diferencias distintivas con la miel común. Es una miel preparada pensando en la salud.
Los apicultores de antaño descubrieron que la restricción de sus colmenas a fuentes de néctar de una sola planta, no solo producía un sabor único sino también características medicinales deseables.
La miel de diente de león, por ejemplo, se utiliza para beneficiar al hígado. Los griegos están orgullosos de su miel de tomillo, que es excepcionalmente alta en antioxidantes.
La miel más estudiada de estas mono-flores, es la de manuka, una hierba nativa de Nueva Zelanda relacionada con el árbol del té. Investigaciones hallaron que la miel de manuka puede reprimir cerca de 60 diferentes especies de bacterias, entre ellas las del tipo resistente a las drogas, como la SARM (Staphylococcus aureus resistente a la meticilina).
Para la mayoría de la gente, cualquier miel de buena calidad puede ser útil para curar heridas. Pero para curar a los que están muy enfermos, los expertos recomiendan que la miel pase por un proceso adicional.
Medihoney es miel de manuka tratada con radiación gamma. Este proceso es importante debido a una característica potencialmente fatal de la miel, la que es destruida con rayos gamma: las esporas. A medida que las abejas recogen el néctar, también recogen esporas de botulismo latentes, que se encuentran en el suelo y las llevan de vuelta a la colmena. Para la mayoría de nosotros estas partículas son inofensivas, pero para las personas inmunocomprometidas, incluyendo bebés y quienes tienen VIH, SIDA o cáncer, las esporas pueden generar enfermedades graves o incluso la muerte.
Cremas, pastas y hojas
Medihoney viene en varias formas diferentes, diseñadas para tratar varios tipos de heridas. La pasta se parece a algo para untar sobre una tostada. Las unidades de quemados utilizan hojas Medihoney para cubrir grandes áreas.
El producto también está disponible en un gel combinado con algas para una mejor absorción. Para ciertas heridas, a Dillow le gusta usar un parche adhesivo de miel y una crema de miel para la hidratación. Las formas y texturas pueden cambiar dependiendo de la herida, pero todas servirán para la misma función básica.
«Utilizamos miel para mantener baja la carga bacteriana», señaló Dillow. «Muchas veces, las heridas no están infectadas, pero tienen un nivel de bacterias más alto de lo deseado para sanar, por lo que la miel es el medio perfecto para poner allí”.
La miel ya está siendo ampliamente utilizada en hospitales, pero Dillow quiere asegurarse aún más que la comunidad al cuidado de salud vea su valor. Su equipo está llevando a cabo un estudio aleatorio y de doble ensayo ciego, para medir Medihoney contrastado con otros tres productos en el mercado de la radiación.
Evidencias más sólida puede convencer a más compañías de seguros para que cubran el tratamiento con miel. Dillow destaca que los pacientes ya están convencidos de que funciona.
«Estamos tan impresionados con la forma en que los pacientes de radiación han respondido», destacó.
Hechos sobre la miel
Además de en la cicatrización de heridas, la miel se utiliza en muchos otros tipos de problemas de salud. Los estudios han demostrado que la miel puede beneficiar problemas respiratorios, migrañas y gastrointestinales.
La miel también ha demostrado ser prometedora en efectos antitumorales, en estudios con animales. En un estudio, la miel Tualang (de néctar de tualang, un árbol de Malasia) tenía «actividad anticancerígena significativa contra las células de cáncer de mama», comparables con el medicamento de quimioterapia Tamoxifeno, sin los efectos secundarios.
La miel dura mucho tiempo, tal vez más que cualquier otro alimento. Almacenada en un recipiente hermético, la miel podría mantenerse para siempre. Se ha utilizado durante siglos como un conservante para productos perecederos y como un medio de embalsamamiento.
Incluso después de 4.000 años de uso, nunca se ha informado de ninguna resistencia microbiana a la miel. Sin embargo, los compuestos antibacterianos varían enormemente de un tipo de miel a otra. Las mieles medicinales a menudo son estandarizadas para obtener resultados confiables.
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