La Estación Espacial Internacional (ISS) se encuentra en descenso.
Los líderes de NASA y SpaceX anunciaron el 17 de julio su plan para retirar la EEI de manera segura mientras mantienen una presencia humana ininterrumpida en la órbita terrestre baja.
Utilizando el contrato de 843 millones de dólares que ganó en junio, SpaceX creará una variante única de la nave espacial Dragon Cargo que dirigirá la ISS hacia un reingreso controlado sobre una zona del océano aún por decidir para 2030.
Sarah Walker, directora de gestión de la misión Dragon de SpaceX, dijo que el vehículo tendrá un módulo de servicio o «maletero» ampliado que contendrá seis veces más propulsante —más de 35 mil libras— y cuatro veces más potencia que la actual nave espacial Dragon.
SpaceX y la NASA compartieron imágenes conceptuales del vehículo en órbita estadounidense, en la plataforma de medios sociales X durante los preparativos de la conferencia de prensa.
Dana Weigel, directora del Programa de la Estación Espacial Internacional de la NASA, dijo que el vehículo de órbita se lanzará «alrededor de un año o año y medio antes de la última maniobra de reingreso».
Una vez acoplada, la ISS «descenderá» a 220 kilómetros (136 millas) sobre la superficie de la Tierra durante el año siguiente.
Una vez en posición, el vehículo encenderá sus 30 motores Draco para realizar una serie de quemados y prepararse para el reingreso final cuatro días más tarde.
El vehículo de órbita se encargará de encender sus motores para mantener la estación en curso y de alimentarla cuando entre en contacto con las capas cada vez más gruesas de la atmósfera superior durante su descenso.
La NASA planea utilizar plenamente la estación con una tripulación humana durante el mayor tiempo posible, cuyo objetivo es mantener la ocupación durante un máximo de seis meses antes del reingreso.
Tres empresas privadas desarrollan actualmente sus propias estaciones espaciales de vuelo libre.
Una de ellas, Axiom, prevé conectar sus primeros módulos a la ISS en sus primeras fases de desarrollo.
La NASA pretende solapar las operaciones en la ISS y las estaciones espaciales privadas antes de la reentrada, garantizando así la continuidad de su racha de presencia humana en el espacio.
Se necesitan más de mil millones de dólares para el monumental proyecto, y los responsables de la NASA dijeron a los periodistas que cada agencia espacial conectada a la ISS —incluidas JAXA, la ESA y la agencia espacial rusa Roscosmos— contribuiría en función de su porcentaje de la masa total de la estación.
Todos los socios de la ISS ya fueron informados y están de acuerdo con el plan general.
La empresa espacial privada de Elon Musk sólo diseñará el vehículo en órbita, mientras que la NASA se encargará del vehículo de lanzamiento.
La Sra. Weigel dijo que se añadió al contrato un requisito de «permanencia en almacenamiento», que exige que SpaceX entregue la nave espacial a tiempo, permitiendo a la NASA tenerla a la mano, incluso si tienen que retrasar el vuelo.
Al modificar naves espaciales en vuelo activo, SpaceX está incorporando hardware que previamente fue certificado por la NASA y probado en vuelo.
Sin embargo, a pesar de la familiaridad, la Sra. Weigel dijo que el tiempo típico para desarrollar una nueva nave espacial es de entre cinco y ocho años, por lo que vieron la necesidad de iniciar este proyecto.
Por lo general, se tarda tres años en conseguir el cohete capaz de poner el vehículo en órbita.
La Estación Espacial Internacional tiene casi 30 años y lleva ocupada ininterrumpidamente desde noviembre de 2000.
Recibió la visita de 280 personas de más de 20 países, entre ellas más de 160 de Estados Unidos.
El exastronauta y tripulante de la estación espacial Ken Bowersox, actual administrador asociado de la Dirección de Misiones de Operaciones Espaciales de la NASA, dijo que le «entusiasma» hablar del vehículo de órbita.
«Se trata del futuro», dijo Bowersox. «Se trata de lo que vamos a hacer en la próxima década. Y se trata de prepararnos para ese futuro, prepararnos para lo que vamos a hacer con la ISS».
«Y así podemos olvidarnos de lo que hacemos al final de la ISS y concentrarnos en sacarle todo el partido posible».
Pero él y la Sra. Weigel también dijeron que este lanzamiento hacia el futuro probablemente no conservará mucho del pasado.
«Hay algunas pequeñas cosas en la ISS que creo que probablemente querremos llevar a casa en el último dragón de carga que baje», dijo el Sr. Bowersox, mencionando cuadernos de bitácora, parches de misión y algunos paneles.
«No veo que podamos permitirnos costear ninguna misión dedicada en este momento».
No descartó la posibilidad de una misión de salvamento en el lugar del accidente o de misiones y solicitudes de financiación de países asociados y museos como el Smithsonian para conseguir artefactos de una época pasada de los viajes espaciales, pero no hay nada planeado.
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