«¿Por qué no podemos tener un debate sano en la comunidad negra sin que las opiniones disidentes sean denunciadas como provenientes de un Tío Tom?»
Esta es la pregunta planteada por el nuevo documental «Tío Tom», según nos dijo el presentador de radio y televisión Larry Elder en una entrevista con el programa «American Thought Leaders» de The Epoch Times.
Dirigido por Justin Malone y producido por Elder, «Tío Tom» presenta entrevistas con más de una docena de prominentes conservadores negros cuyos testimonios se entrelazan con la historia de Chad Jackson, un empresario negro y cristiano que fue denigrado por amigos y familiares después de convertirse en republicano.
«¿Por qué se denunciaría una opinión bien pensada a causa de su raza, como reflejo de un vendido, de alguien que es un Tío Tom, que desea que le sucedan cosas malas a los compañeros de su propia raza?», preguntó Elder.
Como resultado de este fenómeno, «no estamos teniendo debates en la comunidad negra que, en mi opinión, sean saludables y puedan conducir a un mejor resultado», dijo Elder.
¿Es real el racismo sistémico en la policía?
El asesinato de George Floyd, un hombre negro, a manos de un policía blanco de Minneapolis, ha encendido el debate y las protestas a nivel nacional contra lo que muchos ven como brutalidad policial y racismo sistémico, especialmente en el uso de la fuerza mortal.
«La mayoría de ellos estaban allí con las mejores intenciones», pero «simplemente están equivocados», dijo Elder.
El economista negro de Harvard Roland Fryer no encontró pruebas de que la policía utilizara desproporcionadamente la fuerza mortal contra los negros. «Es el resultado más sorprendente de mi carrera», dijo Fryer al New York Times.
Fryer descubrió que los policías eran en realidad menos propensos a disparar si el sospechoso era negro, «presumiblemente porque tenían miedo de ser acusados de ser racistas», dijo Elder.
Un estudio de 2019 publicado por una revista de la Academia Nacional de Ciencias tampoco encontró evidencia de disparidades raciales en el uso de fuerza mortal por parte de la policía.
«La razón por la que los negros tienen dos veces y media más probabilidades de ser asesinados por un policía que los blancos es la tasa de criminalidad, que es sustancialmente más alta en la comunidad negra que en la blanca», dijo Elder.
En 2017, los negros tenían ocho veces más probabilidades de ser víctimas de homicidio que los blancos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Los CDC también encontraron que los asesinatos policiales de negros disminuyeron casi un 80 por ciento desde finales de la década de los 60 hasta la de 2010.
Ahora, dejando de lado la fuerza letal, ¿qué hay del contacto policial en general?
Los estudios han demostrado que los hombres negros tienen más probabilidades de ser detenidos por la policía que los hombres blancos y de ser sometidos a la fuerza verbal o física. Fryer, por ejemplo, encontró que los agentes de policía eran más propensos a usar fuerza no letal sobre los negros, como esposarlos o empujarlos contra la pared o el suelo.
Pero en muchos casos, esas disparidades pueden explicarse por los diferentes índices de delincuencia, argumentó Elder.
Un estudio realizado en 2013 por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos y el Instituto Nacional de Justicia encontró que los conductores negros violaban las leyes de velocidad y otras reglas de tráfico en mayor proporción que los blancos. Y también encontró que tres de cada cuatro conductores negros dijeron que la policía tenía una razón legítima para detenerlos.
A principios de la década del 2000, los funcionarios de Nueva Jersey lanzaron un estudio sobre los hábitos de conducción de los conductores negros frente a los de los blancos. Utilizaron un radar para medir la velocidad de los conductores en la autopista y una cámara para fotografiarlos a ellos y a su matrícula.
Descubrieron que en la sección sur de la autopista, donde el límite de velocidad era de 65 m.p.h., los negros tenían casi el doble de probabilidades de conducir con exceso de velocidad (2.7 por ciento) en comparación con los blancos (1.4 por ciento). Para los conductores que superaban los 90 m.p.h., la disparidad racial era aún mayor. Pero en los segmentos con límites de velocidad más bajos no había una diferencia significativa entre los conductores negros y blancos.
Tal y como escribió David Kocieniewski en el New York Times en 2002, «esos resultados sorprendieron a los funcionarios de la oficina del fiscal general del estado, que habían asumido que el estudio de radar reforzaría su argumento de que la elaboración de perfiles era generalizada».
La narración del racismo policial sistémico tiene consecuencias peligrosas, dijo Elder. «Causa que los jóvenes negros, cuando son detenidos por la policía, se vuelvan mucho más conflictivos de lo que serían de otra manera. Después de todo, ¿por qué no ser conflictivos? Si crees que el hombre que te detiene te va a hacer daño, ¿por qué cooperar?»
«También hace que los policías se retiren y sean menos proactivos, porque tienen miedo de que los llamen racistas. Entonces, ¿qué sucede? El crimen aumenta», dijo Elder.
Problemas eclipsados
«Estamos perjudicando a nuestros hijos al vender esta noción de que eres una víctima» del racismo sistémico o institucional, dijo Elder, «porque entonces está quitando tiempo y energía a las cosas que deberíamos estar haciendo».
Por ejemplo, el tiempo que los estudiantes de secundaria asiáticos pasan realizando sus deberes es aproximadamente el triple del tiempo que los estudiantes negros pasan haciendo sus deberes, según la Institución Brookings. «Ahora, ¿qué tiene que ver esto con el racismo institucional?», dijo Elder.
«Conseguimos la conexión entre el trabajo duro y los deportes. Parece que no entendemos la conexión entre el trabajo duro y el éxito en la vida. Este es el tipo de cosas sobre las que espero que la película cree un diálogo saludable», dijo Elder.
«El problema número uno en la comunidad negra no es el racismo. No son los malos policías», aunque ambos existen, dijo Elder. «El problema número uno es el gran número de negros que fueron criados sin padres».
Aproximadamente el 70 por ciento de los negros nacen fuera del matrimonio. Y el 67 por ciento de los niños negros viven en un hogar monoparental, según los datos de la Oficina del Censo de 2011 que fueron compilados por el Centro de Datos de Conteo de Niños de la Fundación Annie E. Casey.
En un discurso pronunciado en 2008 con motivo del Día del Padre, Barack Obama dijo que «los niños que crecen sin padre tienen cinco veces más probabilidades de vivir en la pobreza y de cometer delitos; nueve veces más probabilidades de abandonar la escuela y veinte veces más probabilidades de terminar en la cárcel».
«Si se observa la proliferación de niños nacidos fuera del matrimonio, es paralela al aumento del gasto social en la llamada Guerra contra la Pobreza que se inició a mediados de los años 60. Lyndon Johnson la lanzó con las mejores intenciones», dijo Elder. Pero tuvo resultados perversos, «incentivando a las mujeres a casarse con el gobierno y permitiendo a los hombres abandonar su responsabilidad financiera y moral».
En opinión de Elder, muchas políticas de izquierda son en última instancia contraproducentes.
«Tome el salario mínimo. Estudio tras estudio ha demostrado que lo que consigue es hacer que los empleadores posterguen las decisiones de contratación, que reduzcan las horas de los trabajos de la gente o que aumenten los precios a las mismas personas que van a comprar cosas en el centro de la ciudad que no tienen mucho dinero», dijo Elder.
La inmigración ilegal perjudica a los negros porque los extranjeros no cualificados «compiten por trabajos que de otra manera estarían en manos de estadounidenses negros y morenos no cualificados, y ejerce una presión a la baja en sus salarios», dijo Elder, citando el trabajo del economista de Harvard George Borjas.
«Cuando me llaman Tío Tom, queda patente que no tienen argumentos y [al final] no realizamos el debate que [se supone que] promueve lo mejor para los intereses de la gente que dicen defender», dijo Elder.
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