Opinión de salud
Una nueva variante del virus COVID-19, denominada HV.1, superó a la EG.5 (Eris) como la principal variante diagnosticada en Estados Unidos, según el último informe del 28 de octubre de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
La HV.1 pasó de ser el 1.1% a principios de agosto, al 25.2% de los casos de COVID. Mientras tanto, la EG.5 descendió del 24.3% el 30 de septiembre a su cuota actual del 21.9 %, en el plazo de un mes.
La VH.1 se propaga más rápidamente
La HV.1 apareció después de la EG.5, como nieta del XBB.1.5, o el virus Kraken. Debido a su rápida velocidad de transmisión y a su mayor capacidad para evadir la inmunidad gracias a su mutación F456L, la prevalencia del EG.5 aumentó a nivel mundial, lo que llevó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a clasificarla como «variante preocupante» (VOC) a principios de agosto.
La HV.1 comparte casi todas las mutaciones de la proteína de espiga que están en la EG.5, incluida la F456L. Sin embargo, la HV.1 tiene una sorprendente mutación adicional, la L452R. La mutación L452R, que aumenta la infectividad, es una de las mutaciones clave de la variante delta de principios de 2022, pero que quedó ausente en la variante ómicron.
¿Cómo pudo pasar esto? La imprevisibilidad de estas variantes del virus COVID debería impulsarnos a recordar el principio de incertidumbre de la física cuántica de Heisenberg. Los físicos no pueden determinar la posición o la velocidad de una partícula en el ámbito microscópico. Del mismo modo, los virólogos tampoco pueden determinar los sitios de mutación ni la velocidad a la que las variantes de COVID mutan en el ámbito viral.
Se cree que la variante HV.1 tiene una transmisibilidad ligeramente mejor que la cepa dominante anterior EG.5, ya que su afinidad de unión al receptor ACE2 es modestamente mejor que en la EG.5, según un análisis reciente realizado por el profesor asistente de la Universidad de Beijing, Yunlong Cao, y su equipo. Dos cepas más del tipo preocupantes son la subvariante ómicron HK.3 (FLip) y BA.2.86 (Pirola), las cuales presentan afinidades de unión mucho más bajas.
HV.1 evade más fácilmente las vacunas
La variante HV.1 puede hacer que las vacunas actuales contra COVID-19 sean aún más ineficaces, ya que es incluso más capaz de escapar de la inmunidad inducida por la vacuna que la EG.5. Esto significa que ninguna de las vacunas contra COVID actuales puede inducir anticuerpos eficaces para unirse a la HV.1.
Esto es el resultado de las mutaciones clave de la variante F456L, L452R, F157L y Q52H. Estas últimas mutaciones indican que las nuevas variantes de ómicron han desarrollado estrategias astutas para evadir nuestras vacunas artificiales al atacar explícitamente sitios específicos. Al hacerlo, es posible que puedan escapar parcial o totalmente de los efectos protectores de la vacunación, lo que podría provocar infecciones recurrentes entre los vacunados.
La transmisibilidad más rápida del virus y su mayor capacidad de evasión ayudan a explicar la curva ascendente que observamos en el informe de los CDC.
No es sorprendente que la HV.1 haya mostrado una respuesta neutralizadora de los anticuerpos aún más reducida, lo que aumenta las posibilidades de reinfección o infecciones inter recurrentes, según los datos experimentales del Sr. Cao.
El virus cambia rápidamente
Desde 2022, los sublinajes de la variante ómicron han encontrado nuevas formas de evadir nuestras respuestas inmunitarias, mejorar la transmisibilidad y lograr más reinfecciones.
Se considera que la capacidad del virus SARS-CoV-2 para mutar es mucho más rápida que la de muchos otros virus endémicos. Esta variante muta siete veces más rápido que otros coronavirus y 2.5 veces más rápido que el virus de la influenza, un virus bien reconocido, con una mutación rápida de antígenos.
¿Por qué? Un virus es un organismo inteligente que siempre se esfuerza por sobrevivir. Para lograr su objetivo, no tiene otra opción que evolucionar y superar el desarrollo de nuevas vacunas por parte de la humanidad.
Una opinión ampliamente adoptada es que la rápida y masiva campaña de vacunación (contra COVID) impuso una presión de selección sin precedentes sobre el virus SARS-CoV-2. Esto también se conoce como presión de inmunidad poblacional.
A partir de finales de 2022, varias variantes nuevas del linaje de ómicron, XBB.1.5, XBB.1.16, EG.5 y la HV.1, han subido al escenario, una tras otra. Estas se transmiten de forma más rápida y eficiente y pueden evadir cada vez más las vacunas contra COVID actuales.
¿La HV.1 causará síntomas más graves?
Según los datos actuales, la HV.1 probablemente causará los mismos síntomas asociados con una infección por ómicron, como:
Tos.
Fatiga.
Congestión.
Rinorrea.
El que la HV.1 cause síntomas más graves probablemente variará entre los individuos.
El virus es una condición externa, mientras que nuestro sistema inmunológico es interno, así que nuestra inmunidad innata es un factor más fundamental que determinará el resultado de la batalla.
Nosotros no podemos controlar el virus ni cómo va a mutar. Sin embargo, podemos controlar nuestro estilo de vida: lo que comemos, nuestra hora de dormir, si damos un paseo diario al aire libre e incluso nuestra perspectiva de la vida. Todas estas cosas importan.
Tomar Vitamina D, Vitamina C y oligoelementos, mantener una actitud pacífica y optimista y evitar el estrés, la ansiedad y la depresión beneficiarán nuestra inmunidad.
Ante la exposición de un mismo virus, el resultado para aquellos con inmunidad antiviral más fuerte será diferente al de aquellos con inmunidad más débil. Para ganar la batalla contra el virus, debemos elegir la estrategia ya probada, de larga data, de fomentar nuestra inmunidad.
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