Millones de personas en una amplia franja del oeste de Estados Unidos están soportando una ola de calor inusualmente temprana y duradera, con temperaturas que en algunos lugares rompen o igualan récords históricos.
Phoenix empató un récord por segundo día consecutivo con 115 grados. Según el Servicio Meteorológico Nacional, se espera que la ciudad alcance los 117 grados en los próximos dos días. Palm Springs alcanzó una máxima de 120 grados el martes.
Se espera que el calor dure al menos hasta el domingo. Se cree que la alta presión atmosférica está contribuyendo al clima abrasador.
En California, el operador de la red eléctrica del estado pidió a los residentes que ahorraran voluntariamente energía durante unas horas el jueves por la noche para aliviar la tensión de la red. Su CEO, Elliot Mainzer, dijo que la red era estable y que no se esperaban cortes de energía rotativos, pero que eso podría cambiar si las temperaturas se disparan en los próximos días.
La ola de calor también afectó a la normalmente templada zona de la bahía de San Francisco. Se pronosticó un calor de tres dígitos en Denver, donde se registró un récord de 101 grados el martes. El servicio meteorológico emitió una advertencia de calor excesivo para partes del oeste de Colorado, la mayor parte del cual está experimentando condiciones de sequía extrema.
En Nevada, Las Vegas alcanzó los 116 grados, superando el récord de 114 grados para la fecha establecido el 16 de junio de 1940.
Se espera que la región permanezca con 113 grados o más hasta el domingo, dijo el meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional John Salmen, y aún podría superar el máximo local de todos los tiempos de 117 grados, establecido el 20 de junio de 2017.
«Esto es bastante impresionante. Estamos viendo caer récords de todos los tiempos», dijo Salmen.
Nuevo México también experimentó más máximas que rompen récords. Pero se vislumbraba un posible respiro con chubascos y tormentas eléctricas que se esperaban en algunas partes del estado.
En Montana, las temperaturas superiores a los 100 grados han dificultado la lucha contra los incendios forestales que han aumentado de tamaño, provocando evacuaciones y destruyendo un número indeterminado de viviendas. Los furiosos vientos han avivado las llamas y han forzado el aterrizaje forzoso de un helicóptero de extinción de incendios.
Desde el martes se han registrado al menos 14 nuevos incendios en Montana y Wyoming.
El tiempo seco también se dejó sentir en Idaho, donde las autoridades se están preparando para una posible temporada de incendios forestales.
Casi el 80 por ciento de Idaho está en sequía y el resto probablemente la experimentará en los próximos meses, dijo esta semana Nick Nauslar, meteorólogo del Centro Nacional Interagencial de Incendios, a las autoridades estatales. Idaho tuvo su segunda primavera más seca en los últimos 126 años, añadió Nauslar.
Con información de Associated Press.
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