FILADELFIA —Llámese «la ola blanca». Una avalancha de sobres blancos con papeletas de voto por correo llevó a los candidatos demócratas a la victoria en varias elecciones clave del 8 de noviembre.
Un ejemplo: El demócrata John Fetterman ocupará el codiciado escaño de Pensilvania en el Senado en lugar del republicano Dr. Mehmet Oz.
En esa elección —y en varias otras— los votos por correo actuaron como un freno a la «ola roja» de victorias que los líderes republicanos esperaban que se extendiera por toda la nación en un momento en que el Congreso y la Casa Blanca están controlados por los demócratas.
Las cifras desiguales de la elección Fetterman-Oz revelan claramente la importancia que ha adquirido el segmento del electorado que vota por correo, a pesar del énfasis que ponen los republicanos en el voto presencial.
Según los recuentos no oficiales disponibles hasta el 9 de noviembre, Oz atrajo a 500,000 votantes más a las urnas el día de las elecciones que Fetterman. Pero ese margen no fue suficiente.
El total de votantes por correo de Fetterman superó los 868,000, el cuádruple del total de Oz en esa columna. El resultado: una diferencia de 655,000 votos a favor de Fetterman.
Pros y contras del voto por correo
Jacob Neiheisel, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Búfalo, dijo a The Epoch Times en una entrevista el 9 de noviembre que parece un error táctico fomentar un método de voto y desalentar otros.
«Quieres que tus partidarios utilicen todo lo que puedan», dijo. «Es decir, el voto del día de las elecciones, el voto anticipado, el voto en ausencia… cualquier herramienta que sea más efectiva para ti».
Cree que eso podría ayudar a conseguir más victorias republicanas y a contrarrestar el eficaz uso que hacen los demócratas de las campañas de voto por correo.
Sin embargo, Neiheisel alberga dudas sobre los métodos de voto anticipado, como el envío de papeletas por correo o el voto en persona semanas antes del día de las elecciones.
Aunque le parece estupendo facilitar a los ciudadanos el ejercicio de su derecho al voto, a Neiheisel le preocupan los inconvenientes.
«¿Qué pasa si el candidato muere antes del día de las elecciones? ¿Qué pasa si llega nueva información que podría hacer cambiar de opinión?», preguntó.
Fetterman, por ejemplo, puede haberse beneficiado de los votos que se enviaron por correo antes de que los votantes pudieran ver su debate del 25 de octubre con Oz. Las normas de Pensilvania varían según el condado, pero algunos lugares permiten a los votantes enviar sus votos en ausencia y por correo hasta 50 días antes de las elecciones.
Eso significa que muchos votos se emitieron mucho antes de que Fetterman tartamudeara en el enfrentamiento, dejando al descubierto los efectos aparentes del derrame cerebral que sufrió en mayo y planteando preguntas sobre si su salud podría soportar los rigores de un trabajo en el Senado de EE. UU.
Sin embargo, los primeros votantes «tienden a estar muy comprometidos» y son muy partidistas, dijo Neiheisel, por lo que es probable que pocos de ellos deseen cambiar sus elecciones ya hechas.
Muchas razones para las victorias y las derrotas
Aunque los votos por correo fueron sin duda un factor importante en la derrota de Oz, Neiheisel dijo que los éxitos y fracasos de la campaña son siempre multifacéticos. Señaló que Fetterman pareció utilizar las redes sociales con más eficacia que Oz.
Fetterman utilizó Twitter y otras plataformas para neutralizar los ataques de Oz, y también «pintó a Oz como un forastero desde el principio», dijo Neiheisel, molestando a los votantes que resentían la idea de enviar a «un tipo de Nueva Jersey» para representar al Estado de Keystone en el Senado de Estados Unidos.
Fetterman hay sido ciudadano de Pensilvania toda su vida y exalcalde de una pequeña ciudad antes de asumir su actual cargo de vicegobernador. Creó sentimientos de conexión con los votantes utilizando una jerga que podría llamarse «Pittsburghese».
En su Twitter, Fetterman se refirió repetidamente a sus partidarios como «yinz», una versión de Pittsburgh de la expresión sureña «y’all».
Charles Bullock, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Georgia, dijo a The Epoch Times que incluso antes de que el expresidente Donald Trump y otros líderes del GOP expresaran su desconfianza en la seguridad del voto por correo, los votantes republicanos parecen haber preferido el voto en persona.
Cree que parte del énfasis republicano en hacer que los votantes se presenten en las urnas el día de las elecciones refleja su reconocimiento de una realidad de larga data: «Los republicanos saben que generalmente no les va tan bien» con el voto ausente y por correo, dijo Bullock.
«Por la razón que sea, los votantes republicanos no confían en nada que no sea presentarse en persona».
Queda por ver si los líderes del GOP tratarán de cambiar eso.
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