La OTAN debería coordinar mejor su poder económico contra Rusia y China

Los aranceles, los topes de precios, los controles de exportación y los embargos pueden promover la democracia de manera efectiva a nivel mundial

Por Anders Corr
15 de junio de 2022 3:56 PM Actualizado: 15 de junio de 2022 3:56 PM

Opinión

Las democracias finalmente se están dando cuenta de que necesitan usar su carta de triunfo, la economía, para defenderse.

Estados Unidos y Europa juntos tienen el doble del poder económico de China y Rusia combinados, y podrían usarlo de manera más efectiva y proactiva para presionar a Moscú y Beijing a través de aranceles, sanciones, embargos, controles de exportación y límites de precios. La presión económica podría poner fin a la agresión territorial de Rusia y China o incluso democratizar estas dos dictaduras recalcitrantes.

La propuesta de una versión económica de la OTAN, la alianza de seguridad occidental, está siendo impulsada por antiguos líderes de la OTAN. Las administraciones actuales de Estados Unidos, Canadá, Italia y Ucrania apoyan la coordinación económica relacionada.

Si China impusiera sanciones económicas a Australia o Lituania, por ejemplo, una nueva alianza centrada en aprovechar el poder de mercado de las democracias podría devolver el golpe como grupo con sus propios embargos, sanciones, aranceles y límites de precios.

La acción económica conjunta protegería a las democracias más pequeñas con las más grandes. Los económicamente más débiles en los bordes de la manada serían así menos vulnerables a ser atacados o influenciados.

El exjefe de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, está «pidiendo la creación de una versión económica del compromiso de defensa mutua del Artículo 5 que define la alianza militar transatlántica para frustrar la coerción comercial de los estados autoritarios», según un artículo publicado el 9 de junio en el Financial Times.

Rasmussen propuso que todas las democracias deberían detener de inmediato las importaciones de petróleo y gas rusos.

Funcionarios y personal militar en la sede de la OTAN, en Bruselas, el 25 de mayo de 2017. (Emmanuel Dunand/AFP vía Getty Images)

Esto serviría como primer paso hacia una mejor coordinación económica contra los peores dictadores del mundo. Sin embargo, podría requerir sanciones secundarias a los países que deciden obtener beneficios a corto plazo violando los acuerdos.

India, por ejemplo, ha aprovechado las sanciones impuestas a Rusia, que redujeron los precios rusos de la energía en relación con el precio del mercado mundial, para negociar un descuento de aproximadamente el 35 por ciento en el petróleo. Esta argucia debilita gravemente el poder de las sanciones democráticas contra Moscú.

Un enfoque alternativo es que todas las democracias impongan un arancel del 35 por ciento a las exportaciones rusas, lo que mantendría el flujo de petróleo, pero castigaría a Moscú y lo privaría de fondos para su ejército.

Sea cual sea la estrategia, se necesita un enfoque más coordinado, según Rasmussen. Y tiene toda la razón.

Un cártel de compradores democráticos

Estados Unidos, Canadá y Ucrania propusieron en mayo un cártel de compradores democráticos que impondría un tope de precio o arancel sobre el petróleo y el gas rusos.

El primer ministro italiano, Mario Draghi, propuso medidas similares y dijo que “podrían aplicarse al petróleo a nivel mundial”. Draghi es el expresidente del Banco Central Europeo.

“La idea es crear un cartel de compradores, o persuadir a los grandes productores, y a la OPEP en particular, para que aumenten la producción, que es quizás el camino preferido”, dijo Draghi al Times. “En ambos caminos, hay mucho trabajo por hacer”.

Un cartel de compradores democráticos también reduce la inflación energética en los países que participan, ya sea obligando a Rusia a vender su energía más barata o reinvirtiendo los ingresos de las tarifas en infraestructura energética, energía renovable o extracción de hidrocarburos subsidiada, por ejemplo.

También podría ejercer presión sobre otras dictaduras no liberales, en China, Irán y Venezuela, por ejemplo, para liberalizar sus economías y sistemas políticos. Serviría como contrapeso a la OPEP, que es un cartel de exportadores de petróleo.

El logotipo de la organización de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en su sede en Viena (Austria). EFE/EPA/CHRISTIAN BRUNA /Archivo
El logotipo de la organización de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en su sede en Viena, Austria. (EFE/EPA/CHRISTIAN BRUNA /Archivo)

“Los europeos actuarían de forma concertada para fijar un precio más bajo del que están pagando actualmente por la energía rusa”, según The Washington Post.

“El cálculo es que, si Europa se mueve al unísono, Rusia se vería obligada a aceptar el precio más bajo o sufriría un colapso en los ingresos del petróleo. Algunos expertos han sugerido que se podrían considerar sanciones ‘secundarias’ para otras naciones, como India, que intenten reducir el precio máximo pagando precios más altos”.

El mismo cártel de compradores también podría negociar precios de exportación de China más bajos para disuadir su agresión territorial y su abuso a los derechos humanos.

Una OTAN económica

La propuesta económica de la OTAN “está inspirada en el Artículo 5 de la OTAN, que establece que un ataque militar contra un aliado se considera un ataque contra todos”, escribieron en un informe Rasmussen e Ivo Daalder, exembajador de Estados Unidos ante la OTAN, según el Times.

“El objetivo es producir la misma disuasión y solidaridad en el ámbito económico entre las democracias que protege la OTAN en el ámbito de la seguridad. Es hora de decirles a los matones que, si nos pinchan en el ojo a uno de nosotros, todos le devolveremos el golpe”.

“Rasmussen y Daalder proponen que se podría implementar un compromiso económico del Artículo 5 a través de estructuras existentes como el G7”, según el Times. Pero Rasmussen y Daalder «dijeron que otras democracias tendrían que estar ‘involucradas’ y que se tendría que establecer una organización independiente para administrar la nueva garantía».

Rusia ha convertido en armas sus exportaciones de energía a Europa en un intento -que hasta ahora ha fracasado- de disuadir a la OTAN de participar en la defensa de Ucrania. Si Rusia deniega las exportaciones de petróleo y gas a Europa este invierno, podría provocar no sólo una mayor inflación de los precios de la energía, sino extensos cortes de electricidad. Muchas centrales eléctricas europeas y británicas dependen de las importaciones de gas, gran parte del cual procede de Rusia.

Daalder le dijo al Times que las sanciones, los aranceles y las sanciones secundarias ayudarían a concentrar las cadenas de suministro en las democracias.

Eso aliviaría los riesgos futuros de la cadena de suministro para las redes eléctricas europeas.

«Hay intereses geoestratégicos», dijo Daalder, «que pueden atacarse con los intereses económicos de una manera que probablemente no fue posible en los últimos 30 años, pero que tiene que serlo en los próximos».

Controles de exportación más fuertes

Además de una OTAN económica y un cartel de compradores democráticos, las democracias deberían coordinar controles más estrictos sobre las exportaciones estratégicas de productos básicos y tecnología a China y Rusia.

El Comité estadounidense sobre la Inversión Extranjera en Estados Unidos (CFIUS) y el Comité Coordinador de Controles Multilaterales de Exportación (CoCom), que estuvo activo durante la Guerra Fría, pueden servir como modelos.

El Acuerdo de Wassenaar sobre Controles de Exportación de Armas Convencionales y Bienes y Tecnologías de Doble Uso, que reemplazó al CoCom en 1996, ha sido menos efectivo.

Si Washington ampliara el CFIUS para incluir a todas las democracias, significaría que Beijing no podría ir a Taiwán, por ejemplo, si Estados Unidos y Europa le negaran la tecnología de semiconductores a China.

Empleados fabrican chips en una fábrica de Jiejie Semiconductor Company, en Nantong, en la provincia oriental china de Jiangsu, el 17 de marzo de 2021. (STR/AFP vía Getty Images)

Un renacimiento, fortalecimiento y ampliación de los conceptos CoCom y CFIUS podría detener la exportación de tecnología sensible y materiales estratégicos, incluida la energía y otros productos básicos importantes, a China y Rusia. Esto ayudaría a impedirles construir las economías masivas y los ejércitos necesarios para su expansión territorial.

Un liderazgo estadounidense más fuerte

Alemania, como de costumbre, está dando largas a cualquier medida económica contra Moscú, y la administración Biden está esencialmente aplazando sanciones mientras vende suavemente la idea de una mayor coordinación.

El mundo ha probado la coordinación ligera contra los dictadores, que no funcionó muy bien. La Agencia Internacional de Energía (AIE), por ejemplo, fue fundada en 1974 para contrarrestar el poder de la OPEP. Pero fue ineficaz incluso en la coordinación leve, por ejemplo, de liberaciones de reservas estratégicas de petróleo.

Las democracias del mundo necesitarán más liderazgo de Washington para coordinar el nivel de precios máximos, aranceles, embargos y sanciones.

Estos podrían y deberían adoptarse en las próximas cumbres de la OTAN y del G7 en España y Alemania, respectivamente. Pero Washington tendrá que hacer algo más que vender las ideas. Países como Alemania e India, que se resisten a las medidas económicas contra Moscú, pueden tener que pagar un precio a corto plazo para seguir sus intereses a largo plazo.

Washington debe tomar la iniciativa, antes de que sea demasiado tarde. Eso requerirá un liderazgo real y estrategias más contundentes.


Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí


Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando

¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.