La pandemia está causando una «catástrofe generacional» en la educación, dice secretario de la ONU

Por Tom Ozimek
05 de agosto de 2020 11:19 AM Actualizado: 05 de agosto de 2020 11:19 AM

La máxima autoridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dijo el martes que el COVID-19 convirtió la existente crisis mundial de aprendizaje en una «catástrofe generacional» de la educación, y pidió «medidas audaces» para remediar la situación.

El brote epidémico condujo a que mediados de julio las escuelas sigan cerradas en más de 160 países, afectando directamente a más de 1000 millones de estudiantes, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, de acuerdo a una declaración grabada.

«La pandemia de COVID-19 provocó la mayor interrupción de la educación de la historia», añadió, señalando que al menos 40 millones de niños en todo el mundo perdieron la educación en lo que, destacó, fue su año preescolar crítico.

Los niños con discapacidades y los estudiantes de comunidades desfavorecidas se encuentran entre los que corren mayor riesgo de quedarse atrás en su educación, dijo a continuación. Los padres que se quedan en casa para cuidar de los niños que no van a la escuela también se vieron afectados por tener que asumir una pesada carga de cuidado.

La crisis de aprendizaje ya existía incluso antes de la pandemia, según un informe de política de las Naciones Unidas, publicado el martes (pdf), en el que se afirma que 258 millones de niños estaban sin escolarizar en 2018 y 773 millones de adultos eran analfabetos.

La crisis de COVID-19 empeoró aún más una situación ya preocupante en la educación, dijo Guterres.

«Ahora nos enfrentamos a una catástrofe generacional que podría desperdiciar un potencial humano incalculable», añadió el secretario, advirtiendo de las repercusiones en asuntos como la nutrición infantil y el matrimonio infantil, una situación que calificó de «profundamente preocupante».

De acuerdo a las Naciones Unidas, a mediados de abril, el 94 por ciento de los alumnos se vieron afectados por la pandemia, lo que representa 1580 millones de niños y jóvenes en 200 países.

«Debemos tomar medidas audaces ahora», dijo Guterres presentando a su vez un plan de acción de cuatro etapas.

El primer punto de acción es reabrir las escuelas una vez que el virus del PCCh (Partido Comunista Chino) esté contenido.

«Una vez que la transmisión local de COVID-19 esté bajo control», declaró, hay que «hacer que los estudiantes vuelvan a las escuelas e instituciones de aprendizaje de la forma más segura posible debe ser una prioridad máxima».

Las orientaciones publicadas sobre la reapertura de las escuelas (pdf), elaboradas conjuntamente por la UNESCO, UNICEF, el Banco Mundial, el Programa Mundial de Alimentos y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ofrecen un marco para ayudar a los gobiernos a gestionar la reanudación del aprendizaje en las aulas.

«A menos que demos prioridad a la reapertura de las escuelas —cuando sea seguro hacerlo— probablemente veremos un retroceso devastador en los avances de la educación», dijo la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, en un comunicado.

En Estados Unidos, el gobierno está tratando de reanudar el aprendizaje en persona en las aulas tan pronto como sea posible. El presidente Donald Trump declaró de reciente que mantener a los niños fuera de las escuelas probablemente cause «más muertes» y «daños económicos», al tiempo que instó a los demócratas a trabajar con los republicanos para incluir 105,000 millones de dólares en el próximo proyecto de ley de rescate para ayudar a la reapertura de las escuelas en condiciones de seguridad.

El secretario general de la ONU dijo que el segundo punto de acción es una mayor inversión en la educación. Según Guterres antes de que la crisis golpeara, los países de bajos y medianos ingresos ya se enfrentaban a un déficit de financiación de la educación de 1.5 billones de dólares al año.

«Esa brecha creció ahora», declaró. «Los presupuestos de educación deben protegerse y aumentarse».

El tercer elemento de acción es apuntar a los que corren mayor riesgo de quedarse atrás.

La cuarta recomendación presentada por el secretario general forma parte de un impulso más amplio «para reimaginar la educación», que incluye la inversión en la alfabetización digital y la infraestructura y el aprovechamiento de «métodos de entrega flexibles, tecnologías digitales y planes de estudio modernizados».

El plan de cuatro etapas forma parte de una nueva campaña llamada «Salvar nuestro futuro«, que considera que una mayor inversión en educación es una característica clave para la recuperación pospandémica.

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