Análisis de noticias
El exlíder chino Jiang Zemin falleció recientemente, dejando un legado que incluye llevar a China a un estado de vigilancia moderno.
“Jiang tomó medidas críticas en los primeros días del Internet en China para construir el sistema que hoy se conoce como el Gran Cortafuegos, aislando a los usuarios chinos del resto del mundo”, escribió en Twitter Sarah Cook, directora de investigación para China, Hong Kong y Taiwán en Freedom House. Su publicación se dio después de que los medios estatales de China anunciaran la muerte de Jiang el 30 de noviembre.
China accedió a Internet en 1994, cuando Jiang era el máximo líder del régimen comunista como secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh). Jiang finalmente ocuparía el cargo hasta noviembre de 2002.
Según Cook, las primeras etapas del Gran Cortafuegos, el vasto aparato de vigilancia y censura de Internet de China, se construyeron en 1996.
Uno de los primeros pasos que tomó China para censurar Internet ocurrió el 1 de febrero de 1996, cuando el Consejo de Estado del régimen comunista, similar a un gabinete, emitió una orden de regulación sobre redes. Una de las partes del reglamento establece que “ninguna unidad o individuo establecerá o utilizará otros canales para la creación de redes internacionales por su propia cuenta”. La orden también especifica que se necesita una licencia para cualquier persona que desee brindar acceso a Internet a los usuarios.
En 1997, el Ministerio de Seguridad Pública de China emitió un reglamento que establece que es responsable de la “seguridad, protección y gestión de las redes de información computacional e Internet”. Además, el reglamento prohíbe el uso de Internet para “crear, replicar, recuperar o transmitir” cualquier cosa que incite a resistir o violar la constitución, las leyes o los reglamentos administrativos.
Poco después, Jiang llevó la censura en Internet a un nuevo nivel tras lanzar una campaña de eliminación contra los practicantes de Falun Gong en julio de 1999.
“[Jiang] amplió los objetivos de la represión con una represión en 1998 contra el Partido Democrático de China, los primeros enjuiciamientos de ciberdisidentes y, lo que es más importante, el lanzamiento en 1999 de una campaña para acabar con Falun Gong, una disciplina que en ese entonces practicaban decenas de millones de chinos”, escribió Cook.
Agregó: “El desarrollo de la censura en Internet se aceleró posteriormente para contener noticias de abusos cometidos durante estas medidas enérgicas y para restringir el uso de Internet para la organización política”.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una práctica espiritual que incorpora ejercicios de meditación y enseñanzas morales basadas en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia.
La práctica ganó popularidad después de que se presentó al público en 1992, con entre 70 y 100 millones de practicantes en China a fines de la década, según estimaciones en ese momento. Jiang percibió la enorme cantidad de seguidores como una amenaza para su gobierno, por lo que inició la persecución.
Desde entonces, los practicantes de Falun Gong en China han sido severamente perseguidos por el régimen chino. Según el Centro de Información de Falun Dafa, millones de practicantes han sido arrojados a prisiones, campos de trabajos forzados y centros de lavado de cerebro, donde muchos también han sido abusados, torturados y asesinados por sus órganos.
El Gran Cortafuegos de China ahora impide que los ciudadanos chinos accedan a contenido en Internet considerado inaceptable para el régimen comunista, incluidos Twitter, Facebook y Minghui.org, un sitio web creado por una organización sin fines de lucro con sede en EE.UU. dedicada a informar sobre la persecución a Falun Gong en China. The Epoch Times también está bloqueado en China.
Tang Jingyuan, analista de asuntos sobre China y residente en Estados Unidos, afirmó que el Gran Cortafuegos era algo más que una herramienta de Jiang para impedir que se diera publicidad a la persecución: Era también una herramienta que le permitía lavarle el cerebro al pueblo chino.
«A día de hoy, el Cortafuegos de Internet se ha convertido en la infraestructura más importante del totalitarismo digital del PCCh», le dijo Tang a The Epoch Times. «Desde entonces se ha ampliado para incluir otras funciones como la vigilancia y el seguimiento de las personas”.
Escudo Dorado
El Gran Cortafuegos se convertiría en parte del Proyecto Escudo Dorado, que fue lanzado por el Ministerio de Seguridad Pública de China en algún momento entre 1998 y el 2000. El Proyecto Escudo Dorado es una red de vigilancia nacional con capacidades de seguimiento impulsadas por bases de datos.
Heng He, un comentarista de asuntos sobre China radicado en EE.UU., le dijo a The Epoch Times que el Proyecto Escudo Dorado, al igual que el Gran Cortafuegos, se creó con la intención de usarlo contra los practicantes de Falun Gong. Algunas de las primeras bases de datos contenían información sobre personas que practicaban Falun Gong, agregó.
Si bien es ampliamente conocido que Fang Binxing, un destacado experto cibernético, fue el arquitecto del Gran Cortafuegos, es menos conocido que el hijo mayor de Jiang, Jiang Mianheng, fue quien supervisó el desarrollo del Gran Cortafuegos y el Proyecto Escudo Dorado.
El hijo de Jiang fue una vez vicepresidente de la rama de Shanghai de la Academia de Ciencias de China, el principal instituto de investigación del país, administrado por el estado. Renunció al cargo en 2015.
Al igual que su padre, Jiang Mianheng consideró al Internet como algo sobre lo que el régimen comunista debía tener un control estricto.
“China debe construir una red nacional que sea independiente de Internet”, dijo el hijo de Jiang durante una conferencia en el año 2000. También dijo que China debería romper el “monopolio de los recursos de información e industrias relacionadas” de Occidente.
El Ministerio de Seguridad del Estado (MPS) de China, la Oficina 610 y la Comisión de Asuntos Legales y Políticos se encuentran entre varias agencias del PCCh que han estado confiando tanto en el Gran Cortafuegos como en el Proyecto Escudo Dorado en sus esfuerzos por perseguir a los practicantes de Falun Gong, según a Heng.
Jiang estableció la Oficina 610, una agencia similar a la Gestapo que operaba fuera de la ley, con el único propósito de perseguir a los practicantes de Falun Gong. Documentos internos obtenidos por The Epoch Times muestran que la oficina se disolvió entre 2018 y 2019, y sus funciones se fusionaron con otros órganos del PCCh, incluidos el PLAC y MPS.
Heng agregó que el Proyecto Escudo Dorado se ha convertido desde entonces en el «Proyecto Skynet«, un sistema de vigilancia masivo que involucra millones de cámaras, muchas con capacidad de reconocimiento facial, en toda China.
El régimen ha usado softwares informáticos encubiertos para censurar a Falun Gong en Internet. En 2009, los funcionarios de TI de China exigieron que todas las computadoras personales vendidas en el país debían tener preinstalado el software de Internet llamado “Green Dam Youth Escort”. El régimen afirmó que el software fue diseñado principalmente para bloquear pornografía y filtrar contenido ilícito.
El software resultó ser un sistema de censura dirigido a palabras relacionadas con Falun Gong. Un equipo de la Universidad de Michigan encontró un archivo llamado “FalunWord.lib” con 37,468 caracteres chinos, de los cuales más del 90 por ciento están relacionados con Falun Gong. La palabra “610”, una referencia a la Oficina 610, apareció 63 veces en el archivo.
Ahora, una búsqueda en el motor de búsqueda más grande de China, Baidu, usando las palabras “Falun Gong” en inglés o chino, no muestra más que propaganda de odio, calumnias y desinformación sobre la práctica espiritual como resultados de búsqueda.
Sistema de Crédito Social
Actualmente, el régimen chino aplica un sistema de crédito social, que asigna a cada ciudadano una puntuación de “confiabilidad social”.
A las personas se les pueden quitar puntos de su puntaje de crédito social al cometer comportamientos considerados indeseables por el PCCh, como cruzar la calle imprudentemente. Aquellos con puntajes de crédito social bajos son considerados «no confiables» y, por lo tanto, privados de acceso a servicios y oportunidades. Se les podría prohibir viajar en avión o asistir a la escuela, entre otras cosas. Los críticos han dicho que ese sistema viola los derechos humanos.
Fue Jiang quien proporcionó una de las primeras indicaciones de que el régimen comunista desarrollaría el sistema hace décadas.
Durante un congreso del Partido en noviembre de 2002, Jiang dijo que era necesario “establecer un sistema de crédito social compatible con una economía de mercado moderna”.
La idea se convirtió en plan concreto en 2014, cuando el Consejo de Estado emitió un “Plan de Planificación para la Construcción de un Sistema de Crédito Social (2014-2020)”. El documento establece que el sistema es “un componente importante del sistema de economía de mercado socialista y del sistema de gobierno social”.
En septiembre de 2019, la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo, el principal organismo de planificación económica del régimen comunista, anunció que había completado la primera ronda de un sistema de crédito social corporativo que abarcaba 33 millones de empresas. El anuncio no dijo cuántas de estas firmas eran empresas extranjeras o privadas.
Cuatro meses después, un grupo de 25 senadores escribió una carta al entonces representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, expresando su preocupación por cómo el sistema de crédito social corporativo de China podía amenazar a las empresas y trabajadores estadounidenses.
La revista Bitter Winter, una publicación en Internet que se enfoca en la persecución religiosa en China, sospecha que se ha agregado información sobre la fe religiosa de las personas al sistema de crédito social. Varios trabajadores médicos en China le dijeron a la revista en 2019 que las autoridades chinas habían impuesto un requisito que decía que tenían que preguntar sobre el estado religioso de sus pacientes, pero ninguno de ellos “podía entender las verdaderas intenciones de esto”.
“Algunos pacientes no sabían por qué se hacían esas preguntas, pero aun así dieron un relato veraz de su fe religiosa. No es algo bueno. Puede parecer inocuo en ese momento, pero el gobierno puede explotar esta información si es necesario”, le dijo a la revista un trabajador médico anónimo de la provincia central china de Henan.
Un director de un hospital en la provincia de Shandong, en el este de China, dijo que la información recopilada de los pacientes, incluido su estado religioso, se cargó en una base de datos administrada por el gobierno.
“No solo la Oficina de Seguridad Pública revisa estos registros, sino que los empleadores también pueden acceder a ellos. Tan pronto como alguien tenga una ‘mancha’, se le restringirá la compra de boletos para viajar. Los empleadores tampoco los contratarán”, dijo el director, según la revista.
Falun Gong
“A medida que el PCCh mejora su capacidad para monitorear las actividades en Internet, la comunicación básica se ha vuelto cada vez más peligrosa para los practicantes de Falun Gong en China”, escribió el Centro de Información de Falun Dafa en un informe publicado en mayo.
El informe añadía: «La maquinaria de vigilancia del PCCh va más allá de las empresas estatales de telefonía móvil o de los portales de Internet y llega hasta los grupos de mensajes y las plataformas de redes sociales gestionadas por empresas aparentemente privadas”.
El informe señaló el ejemplo de Song Xiaomei, una mujer de 51 años de la provincia de Liaoning, en el norte de China, que fue arrestada y golpeada por la policía en octubre de 2021 después de regresar a casa de un viaje a Japón. Fue arrestada porque compartió información sobre la persecución en Twitter durante su viaje al extranjero.
Song fue acusada de “socavar la aplicación de la ley” por sus tuits. En enero, fue sentenciada a 4.5 años de prisión.
Otro ejemplo involucró a Gao Xiaoqi, un practicante de Falun Gong que fue arrestado en julio de 2020.
“Había sido identificada como practicante con la tecnología de reconocimiento facial de Skynet porque se había reunido previamente con otros practicantes de Falun Gong en el área y fue sentenciada a nueve años de prisión”, dice el informe.
En China, los practicantes de Falun Gong a menudo distribuyen volantes al público para convencer a la gente de que no crea en la propaganda de odio y la desinformación sobre la práctica promovida por los medios de comunicación estatales de China. Sin embargo, muchos de ellos han sido detenidos y perseguidos, pues sus actos son captados por cámaras de vigilancia.
Un ejemplo reciente es Ke Fanghua, una practicante de 78 años de la provincia de Henan, que fue detenida en mayo después de que la policía local la viera repartiendo volantes ante una cámara, según Minghui. Antes de su detención, ya había pasado más de ocho años en prisión, durante los cuales fue sometida a trabajos forzados, palizas y actividades de lavado de cerebro.
La China actual
Si bien Jiang pudo haber iniciado algunas de las tecnologías y sistemas, el régimen chino bajo el actual líder Xi Jinping los ha desarrollado y perfeccionado aún más para formar la actual dictadura de alta tecnología de China.
Chris Meserole, director de investigación de la Iniciativa de Tecnología Emergente e Inteligencia Artificial de la Institución Brookings, durante una audiencia en el Congreso en septiembre, dijo que China “comenzó a construir un aparato sin precedentes para la censura y vigilancia en Internet” después de que Internet se puso en funcionamiento en China.
“Cuando Xi Jinping asumió el poder en 2012, se movió rápidamente para consolidar ese aparato bajo su control, al mismo tiempo que invirtió fuertemente en la infraestructura de equipos y capacitación para desarrollar programas de vigilancia del mundo real como Skynet, ciudades inteligentes, Sharp Eyes y los primeros pilotos del sistema de crédito social”, dijo Meserole.
Agregó: “Dado que estos sistemas a menudo carecen del debido proceso y la supervisión pública, el régimen de Xi ha construido efectivamente la arquitectura digital más completa del mundo para la represión”.
El experto dio ejemplos de cómo se utiliza este sistema para el control.
“Los sensores GPS, los teléfonos inteligentes y los automóviles, además del reconocimiento facial que puede rastrear a los ciudadanos en toda una ciudad, dificultan que las comunidades religiosas privadas y encubiertas se formen y operen sin ser detectadas”, dijo. “Mientras que los televisores inteligentes y los teléfonos celulares hacen posible ver y escuchar oraciones privadas de forma remota dentro de un hogar”
“Dicho en términos orwellianos, el Gran Hermano ahora tiene una autoridad clara para extender su ojo vigilante sobre las personas de fe”, agregó.
Luo Ya y Ning Haizhong contribuyeron a este artículo.
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