El 1 de septiembre, la policía china hizo una redada en un lugar de culto de una iglesia clandestina y detuvo a cuatro líderes eclesiásticos, en la continuación de su represión de los grupos religiosos.
Más de 30 oficiales de policía, tanto de uniforme como de civil, rodearon el local alquilado por la Iglesia del Pacto Lluvia Temprana en Chengdu, provincia de Sichuan.
Cerca de 60 miembros de la iglesia se habían reunido en el interior para celebrar su misa dominical habitual. La policía cerró el lugar, confinando a los fieles que ya estaban dentro e impidiendo que los que estaban fuera entraran en el edificio.
Los cristianos de China, perseguidos por el Partido Comunista Chino (PCCh), llevan años reuniéndose en iglesias clandestinas porque el régimen prohíbe oficialmente todas las iglesias que no estén bajo el control del PCCh.
Los cuatro líderes eclesiásticos —Li Yingqiang, Wu Wuqing, Yan Hong y Zeng Qingtao— siguen detenidos en el momento de la publicación de este informe.
Servicio pacífico interrumpido
Uno de los feligreses, Liu (seudónimo), describió la escena en una entrevista con The Epoch Times tras el incidente. Dijo que la policía y los oficiales de seguridad del Estado llegaron a la iglesia clandestina cerca de las 8:50 de la mañana, antes de que comenzara el servicio.
«El diablo nunca duerme», dijo Liu, refiriéndose al constante acoso que sufre la iglesia. Recordó que Wu ya estaba negociando con el personal del lugar cuando llegó la policía, anticipando que el servicio del día volvería a sufrir interrupciones.
Según Liu, la misa continuó a pesar de la intervención de la policía.
Los fieles, tanto dentro como fuera del local, continuaron con su servicio, dirigidos por los líderes de su iglesia, cantando himnos, rezando y participando en un servicio online.
Alrededor de las 9.05 horas, la policía detuvo a Li y Wu. A pesar de la escalada de tensión, el servicio continuó bajo la dirección de Yan y Zeng, que siguieron con las lecturas de la Biblia, las oraciones y los himnos programados.
A las 9.55, la policía regresó y se llevó detenidos a Yan y Zeng, según Liu. Tras su detención, se cortó la electricidad del lugar, lo que interrumpió el servicio que se estaba celebrando. El personal de administración del lugar intentó interrumpir aún más el servicio poniendo a todo volumen canciones del PCCh, con el fin de callar a los fieles, según Liu. También intentaron expulsar a los que permanecían dentro.
Los fieles no se inmutaron, dijo Liu. Continuaron cantando himnos y celebrando la misa pacíficamente, y algunos se pasaron al servicio online para completar su observancia dominical. Los que se habían quedado fuera antes se vieron obligados a abandonar el edificio, pero siguieron buscando un nuevo lugar para continuar su misa, dijo.
Un cristiano extranjero, que prefiere ser conocido por su apellido Luo, confirmó a The Epoch Times que entre las autoridades que participaron en la redada había más de 30 oficiales de la Oficina de Seguridad Pública y de la comisaría de Hongpailou, en el distrito de Wuhou de la ciudad de Chengdu.
Los entrevistados dijeron a The Epoch Times que la policía ha dado instrucciones a las familias de dos de los detenidos para que preparen medicamentos para un máximo de dos semanas, lo que sugiere una detención prolongada. No hay información sobre el paradero o el estado de Li y los demás trabajadores eclesiásticos detenidos.
Los intentos de The Epoch Times de ponerse en contacto con la Oficina de Seguridad Pública del distrito de Wuhou y con la comisaría de Hongpailou para recabar comentarios fueron infructuosos, ya que las llamadas no obtuvieron respuesta.
Los cuatro líderes de la iglesia no son los únicos miembros que han sido detenidos. Según Bitter Winter, una revista centrada en la libertad religiosa y los derechos humanos, la Iglesia del Pacto de la Lluvia Temprana fue cerrada por las autoridades chinas en 2018, y su pastor, Wang Yi, fue condenado a nueve años de cárcel en 2019.
Empeoramiento del ambiente religioso en China
El régimen también se ha vuelto cada vez más hostil a los misioneros extranjeros, ya que el PCCh considera sus actividades como «influencia occidental». La nueva ley antiespionaje de China define las «actividades religiosas ilegales» como espionaje, y los ciudadanos extranjeros pueden enfrentar largas penas de cárcel bajo la nueva ley.
ChinaAid, con sede en Texas, al publicar su Informe Anual de Persecución para 2023, dijo que bajo la opresión abierta del PCCh contra los cristianos, pocos cristianos e iglesias «si es que hay alguno, quedaron intactos ante los esfuerzos de persecución del gobierno chino».
El informe registra la persecución del PCCh contra los cristianos en China, incluyendo «la demolición por la fuerza de iglesias y lugares de reunión», «el uso aleatorio o la fabricación de cargos criminales para detener, arrestar y sentenciar a líderes eclesiásticos y cristianos laicos», «la restricción e interrupción de las visitas de los abogados» y «la imposición de multas administrativas» a las iglesias cristianas. En el informe se incluyen casos detallados de persecución.
En marzo, el reverendo Bob Fu, presidente y fundador de ChinaAid, declaró: «El Partido Comunista Chino lleva años buscando sistemáticamente la caída no solo del cristianismo, sino de toda religión o fe genuina en toda China. Las historias de persecución de abogados de derechos humanos, miembros de iglesias, pastores y cristianos de a pie deberían resonar en nuestros corazones y mentes.
«Espero y rezo para que la comunidad internacional responda a estas historias con una visión renovada y unificada para la coordinación multilateral en defensa de la libertad religiosa para todos en China».
Con información de Li Xi y Michael Zhuang.
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