La administración Biden ha tomado medidas drásticas contra la energía y el petróleo como parte de su agenda de cambio climático. Pero los expertos advierten que las recientes acciones del presidente tendrán impactos a largo plazo en la producción y la economía–y también significarán una mayor dependencia de las importaciones.
El presidente Joe Biden emitió recientemente una serie de órdenes ejecutivas que incluyen la congelación de nuevos arrendamientos de petróleo o gas natural y permisos de perforación en terrenos federales, así como la cancelación del permiso para el oleoducto Keystone XL. Si bien los ambientalistas elogiaron las medidas, los expertos dijeron a The Epoch Times que los inconvenientes superan cualquier beneficio potencial.
Si no se otorgan nuevos arrendamientos en tierras y aguas federales, la producción de hidrocarburos de estas áreas disminuirá, dijo Paul Bommer, profesor principal de Ingeniería de Petróleo y Geosistemas de la Universidad de Texas.
“También [disminuirán] los ingresos de los gobiernos federal y estatal en forma de impuestos y regalías”, dijo Bommer a The Epoch Times. “El empleo en estas áreas también bajará. Esto es terrible para esas áreas y las personas empleadas en esas áreas».
Si la demanda realmente aumenta, Bommer dijo que el sector privado podría mejorar la producción perforando y completando nuevos pozos en tierras y aguas privadas y controladas por el estado, suponiendo que el bloqueo federal se mantenga. Pero en algunos estados como Nuevo México la mitad de toda la producción de petróleo y gas del estado se encuentra en terrenos federales, lo cual significa que los trabajadores y las empresas se verán obligados a trasladarse a estados con más terrenos privados.
Este mes, Arabia Saudita prometió recortes de la producción de petróleo adicionales y voluntarios, lo cual elevó los precios del petróleo al nivel más alto en casi un año. Los precios más altos han llevado a las empresas de energía estadounidenses a aumentar las perforaciones, y la actividad de las plataformas petroleras de EE. UU. aumentó en la primera semana de enero a su nivel más alto desde mayo, según Reuters.
Si se extiende el bloqueo ejecutivo, tendrá un impacto importante en la producción, dijo Patrick Moore, asesor de políticas y presidente de la CO2 Coalition. Moore cofundó Greenpeace, el grupo de activistas medioambientales más grande del mundo, antes de convertirse en crítico del movimiento medioambiental.
“La pérdida de petróleo y gas fracturados de tierras públicas significará dependencia de más importaciones”, dijo Moore a The Epoch Times. «No hay nada ‘en la tubería’ para compensar una gran disminución en la producción de petróleo y gas».
El fracking representó el 67 por ciento de la producción de gas natural y más del 50 por ciento de la producción nacional de petróleo de EE. UU. en 2015, según la Administración de Información de Energía (EIA). Y en 2016, los pozos horizontales fracturados hidráulicamente representaron el 69 por ciento de los pozos de petróleo y gas natural perforados en los Estados Unidos.
En 2019, Estados Unidos se convirtió en un país independiente en materia de energía por primera vez desde 1957, según el Institute for Energy Research. La producción de energía de EE. UU. en ese año fue superior al consumo de energía de EE. UU. por primera vez en 62 años. La producción total de energía de EE. UU. aumentó un 5,7 por ciento en 2019, dijo el instituto, mientras que la demanda de energía de EE. UU. disminuyó un 0,9 por ciento.
“En 2020, Estados Unidos exportó más petróleo crudo y productos derivados del petróleo de lo que importó anualmente por primera vez en la serie de datos de la EIA que se remonta a 1949”, dijo la administradora de la EIA, Linda Capuano.
La orden ejecutiva de Biden de bloquear el arrendamiento de petróleo y gas ha dado lugar a múltiples demandas. Western Energy Alliance, un grupo que representa a los productores de combustibles fósiles en tierras federales, demandó a la administración el 27 de enero, presentándolo ante el Tribunal de Distrito de Estados Unidos en Wyoming. Según la alianza, Biden excedió su autoridad con la orden reciente.
“La ley es clara. Los presidentes no tienen autoridad para prohibir el arrendamiento de tierras públicas. Todos los estadounidenses poseen el petróleo y el gas natural que se encuentran debajo de las tierras públicas, y el Congreso les ha ordenado que se desarrollen de manera responsable en su nombre”, dijo la presidenta de la Alianza, Kathleen Sgamma, informó The Washington Times. “Agotar los nuevos arrendamientos pone en riesgo el desarrollo futuro y los proyectos existentes.
El gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, también se ha comprometido a oponerse a lo que llamó un intento de la administración Biden por destruir empleos al atacar a la industria del petróleo y el gas. Durante una conferencia de prensa en Odessa el 28 de enero, Abbott firmó una orden ejecutiva que ordena a todas las agencias estatales que demanden a la administración Biden por cualquier acción federal que amenace al sector energético del estado de la estrella solitaria.
The Epoch Times se contactó con la administración de Biden para solicitar comentarios, pero no recibió una respuesta al cierre de esta publicación.
Los ejecutivos de la Corporación de Desarrollo de Energía de EE. UU. (EDC) dijeron a The Epoch Times que las recientes acciones ejecutivas afectarán el futuro a largo plazo de la producción de energía más que a corto plazo. La EDC es un perforador y productor de petróleo y gas natural que, según su sitio web, «ha invertido, operado y/o perforado más de 2400 pozos en 13 estados y en Canadá y ha desplegado más de USD 1500 millones en nombre de nuestros socios», durante los últimos 40 años.
“Debido a que existen permisos vigentes, el impacto no se sentirá de inmediato y la independencia energética seguirá siendo a corto plazo”, dijo Jordan Jayson, director ejecutivo de la EDC, a The Epoch Times por correo electrónico. «Sin embargo, a largo plazo, esta decisión finalmente obligará a la producción estadounidense a disminuir durante los próximos años y provocará una mayor dependencia del petróleo extranjero en el futuro».
El vicepresidente ejecutivo de la compañía, Matthew Iak, dijo que está claro que las órdenes ejecutivas de la administración «tenían la intención de hacer una declaración y mantener sus promesas de campaña para alejarse de la dependencia a largo plazo de los combustibles fósiles». Iak dijo que la decisión del gasoducto es un indicador de que la administración «creará un entorno regulatorio difícil para los combustibles fósiles en los EE. UU.»
«Esto se hizo en parte para apaciguar su base, y no necesariamente porque tenga sentido o sea lo mejor para el medio ambiente», dijo Iak a The Epoch Times por correo electrónico.
Sin embargo, algunos expertos argumentan que las medidas de la administración no tendrán un impacto importante en la producción de energía y, en cambio, reforzarán las fuentes alternativas de energía renovable.
“La administración Biden tiene ambiciosos planes energéticos y climáticos que deberían poder reducir las emisiones y acelerar la transición del sistema energético del país de los combustibles fósiles a formas de producción más limpias”, dijo Gilbert Michaud, profesor de instrucción en la Escuela de Liderazgo y Asuntos públicos Voinovich de la Universidad de Ohio, dijo a The Epoch Times.
Si bien Estados Unidos podría exportar menos carbón y petróleo debido a las próximas transiciones energéticas bajo Biden, “también importaremos y consumiremos menos, ya que llenaremos estos vacíos con tecnologías alternativas como la solar y la eólica”, dijo Michaud, cuya cartera de investigación se centra sobre política de energías renovables, servicios eléctricos, y política estatal.
Según Michaud, cualquier cambio en los mercados de importación o exportación, así como en la familia estadounidense promedio, «probablemente será insignificante en el corto plazo». También dijo que las acciones federales para cambios radicales de energía «rara vez estimulan cambios drásticos en los medios de producción».
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