La práctica de desprenderse de los constructos mentales

Las ideas que tenemos sobre nosotros mismos, otras personas o situaciones pueden impedirnos disfrutar de los inevitables retos de la vida y afrontarlos con sensatez

Por Leo Babauta
22 de marzo de 2023 3:46 PM Actualizado: 22 de marzo de 2023 3:46 PM

Todo lo que pensamos de nosotros mismos y de los demás es una idea, una imagen construida en nuestra cabeza. Y estos constructos mentales pueden ser uno de nuestros mayores obstáculos y desafíos.

Dejar ir estos constructos mentales —nuestras ideas sobre nosotros mismos y los demás— puede ser muy liberador.

No digo que esté mal tener constructos mentales. No podemos evitarlo, es humano y a menudo necesario para lo que estamos haciendo. Pero también pueden ser obstáculos que causan malestar.

Veamos, pues, cómo sería desprenderse de esas concepciones mentales y cómo practicarlo.

Algunos ejemplos prácticos

Necesitamos conceptos y construcciones mentales para relacionarnos con el mundo, pero también pueden ser muy problemáticos. Veamos qué ocurre si podemos desprendernos de ellos.

– Está estresado por una reunión o un evento social. Tiene todo tipo de preocupaciones, como: «¿Y si parezco estúpido y la gente me juzga?». Estas preocupaciones, aparentemente normales, pueden provocarle mucha angustia. Si se da cuenta de que la idea de parecer estúpido y ser juzgado solo está en su cabeza, puede dejarla pasar. Puede volver al momento real y relajarse. O bien puede elegir estar con la sensación de temor en su cuerpo y dejar que esté ahí, sin que le lleve a acciones o pensamientos específicos.

– Se siente frustrado porque se han quejado de usted. Se queda inmerso en pensamientos sobre por qué ellos están equivocados, o por qué siempre se están quejando, o tal vez por qué nunca puede hacer nada bien. Tal vez empiece a pensar en cómo debería dejar este trabajo y acabar con todos los problemas. Pero si lo analiza con más detenimiento, verá que esos pensamientos se los ha inventado, que no son una reales. Solo está sintiendo una emoción, un conjunto de sensaciones en el cuerpo. El desafío consiste en estar atento y ser consciente de las emociones y de las sensaciones corporales resultantes, y así liberarse de todas las narrativas añadidas que alimentan el resentimiento.

– Siente renuencia a realizar una tarea y quiere posponerla. Tiene una noción en la cabeza de lo difícil que será la tarea, de lo abrumadora que le parece o de que es demasiado en ese momento. A partir de estos sentimientos y pensamientos, decide hacerla más tarde. Pero las sensaciones de dificultad y agobio se retrasan. No desaparecen y, de hecho, las cosas podrían empeorar cuando se acerque la fecha límite de la tarea o se agraven las consecuencias de no hacerla. ¿Y si deja de lado las ideas de que es «demasiado difícil» y simplemente se hace cargo de las sensaciones de resistencia y miedo que se producen en ese momento? Cuando se hace consciente de estas sensaciones, se desarrolla la capacidad de estar con la experiencia y aprender que no es tan difícil, que al fin y al cabo es solo una idea. Y entonces puede volverse hacia la tarea y realizar una pequeña acción.

Estos son algunos ejemplos, pero como puede ver, desprenderse de las «ideas» puede ser liberador.

Empezamos a darnos cuenta de que podemos tener una visión más clara de cada momento si nos dejamos llevar. Nuestra visión se vuelve amplia en lugar de estrecha y apretada. Podemos acceder a una perspectiva abierta y fresca en medio de cualquier dificultad. Empezamos a tener una forma más relajada de vivir la vida y podemos acceder a la libertad, la paz y la presencia en cualquier momento.

Cómo ponerlo en práctica

¿Cómo practicamos soltar estos constructos mentales?

Primero, empiece por darse cuenta de las ideas que tiene sobre el mundo, sobre usted mismo y sobre otras personas en distintos momentos. ¿Qué ideas tiene de la situación que le molesta? ¿Qué ideas tiene sobre usted mismo en esa situación? ¿Cómo es que todo lo que cree sobre alguien o alguna situación no es más que un conjunto de ideas o construcciones mentales?

Eso no significa que sea malo tener ideas, pero reconocer que son ideas que hemos creado es un paso poderoso para superar el dominio que pueden ejercer sobre nosotros.

En segundo lugar, contemple cómo sería este momento si estuviese libre de estas nociones. Imagine que la pizarra de su mente se limpia de la historia y las ideas sobre lo que está pensando.

Imagine un momento libre de esas ideas. Sienta la perspectiva más amplia que tiene al momento de desprenderse de las ideas. Sienta lo abierto, libre y ligero que se vuelve.

En tercer lugar, una vez que haya logrado esto, puede permitirse estar consciente de las sensaciones de su cuerpo. Catalogue cualquier sensación —como la opresión, la pesadez, la tensión, el miedo y la ansiedad— que se encuentre en el estómago, los hombros, el corazón, la cabeza o cualquier otro lugar. Ignore cualquier idea que pueda tener sobre estas sensaciones, solo anote como las experimenta. ¿Qué se siente? ¿Podría relajarse al tener esas sensaciones en el momento, o incluso sentir la libertad de estar en medio de la sensación?

Por último, pregúntese si puede realizar una pequeña acción. Lave un plato. Escriba una frase en ese correo electrónico que está evitando. Hable con la persona que tiene delante con el corazón abierto. No hace falta que haga nada: basta con que disfrute de la libertad del momento mismo. Liberándose de sus ideas, puede que haya algo que se sienta llamado a hacer, un paso único y útil que puede dar.

¿Está listo para practicar soltar sus ideas y experimentar la libertad disponible en cada momento?


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