La presidenta de Harvard, Claudine Gay, ha dimitido tras las acusaciones de plagio, un mes después de declarar ante el Congreso que se negaba a afirmar que pedir el genocidio de los judíos constituía acoso.
En una carta, la Sra. Gay dijo que dimitir «no es una decisión a la que haya llegado fácilmente».
«Ha quedado claro que lo mejor para Harvard es que dimita para que nuestra comunidad pueda afrontar este momento de extraordinario desafío centrándose en la institución y no en un individuo», escribió.
No asumió ninguna responsabilidad por las acusaciones de plagio ni por el clima de odio del campus hacia los judíos e Israel.
El periódico estudiantil de la universidad, The Harvard Crimson, fue el primero en reportar de la dimisión. El periodo de la Sra. Gay duró poco más de seis meses y es el más breve en los 387 años de historia de la escuela.
La Sra. Gay ha sido acusada de plagio en su carrera académica.
Hay seis nuevas acusaciones de plagio contra la Sra. Gay en un informe presentado anónimamente al decano de la Facultad de Artes y Ciencias de la escuela, Hopi Hoekstra, a la Oficina de Integridad de la Investigación y al Comité de Conducta Profesional, según un reporte de The Washington Free Beacon.
El escándalo de plagio comenzó cuando Christopher Rufo y Christopher Brunet, activistas conservadores y miembros del Manhattan Institute, señalaron casos de plagio en su tesis doctoral, titulada «Asumir el mando: El éxito electoral negro y la redefinición de las políticas estadounidenses».
En la nueva denuncia, el denunciante anónimo acusa a la Sra. Gay de plagio tanto en sus publicaciones como en su tesis, y pide a la universidad que abra una «nueva investigación por mala conducta en la investigación».
«Ahora me veo obligada a presentar una queja adicional con casi 50 alegaciones, incluyendo más de media docena de ejemplos nunca vistos antes», decía la queja.
«Algunos de ellos ocurren en una publicación de Gay que hasta ahora se creía libre de acusaciones de plagio. Otros ocurren en la disertación».
La primera denuncia, que se produjo en un momento especialmente problemático, cuando las muy criticadas declaraciones de la Sra. Gay en una audiencia del Congreso sobre antisemitismo suscitaron dudas generalizadas sobre su idoneidad para la presidencia, afectaba a siete de sus 17 obras publicadas.
La segunda denuncia apunta ahora a una octava publicación, un artículo de 2001 que supuestamente tomaba prestado material textual de David Canon, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Wisconsin.
En concreto, la nueva denuncia alega que la Sra. Gay tomó cuatro frases sin citar del libro de 1999 del Sr. Canon » Raza, redistribución de distritos y representación: Las consecuencias inesperadas de los distritos de mayoría negra», y las utilizó en su artículo «El efecto de los distritos de minorías y la representación de minorías en la participación política en California».
Aunque la Sra. Gay incluyó al Sr. Canon en la bibliografía, no lo citó en ninguna parte o cerca del pasaje, según el Beacon.
Sin embargo, en respuesta a la nueva queja, el Sr. Canon declaró al Beacon que «no le preocupan en absoluto los pasajes», y añadió que este supuesto incidente dista mucho de lo que podría describirse como plagio académico.
«No me preocupan en absoluto los pasajes», declaró el profesor al periódico. «Esto ni siquiera se acerca a un ejemplo de plagio académico».
La tesis extrajo supuestamente una frase completa del libro de 1997 del profesor de ciencias políticas de Harvard Gary King, «Una solución al problema de la inferencia ecológica: Reconstrucción del comportamiento individual a partir de datos agregados».
King fue el director de la tesis de Gay.
«La Sra. Gay no cita aquí a King y no utiliza comillas alrededor del lenguaje textual», afirmaba la queja.
Esto se sumaría a las tres correcciones en la tesis de la Sra. Gay que se anunciaron el mes pasado tras una revisión de su beca publicada por la Corporación de Harvard, el máximo órgano de gobierno de la universidad.
En un resumen de su revisión inicial, un «panel independiente de tres expertos» y un subcomité de la Corporación de Harvard, el órgano de gobierno de la universidad, dijeron que encontraron «unos pocos casos de citación inadecuada», pero «ninguna violación de las normas de Harvard sobre mala conducta en la investigación».
Una carta firmada por los Miembros del Colegio de Harvard, la junta de directiva de la universidad, expresó su agradecimiento por el servicio de la Sra. Gay.
Alan M. Garber, rector y director académico, actuará como presidente interino, y que la búsqueda del sucesor de la Sra. Gay «comenzará a su debido tiempo».
La carta no abordaba las polémicas sobre el plagio o el antisemitismo.
Audiencia por antisemitismo
La dimisión de Gay se produce un mes después de su controvertido testimonio ante el Congreso sobre el antisemitismo en los campus universitarios en medio del último conflicto entre Israel y el grupo terrorista Hamás.
Cuando la representante Elise Stefanik (R-N.Y.), presidenta del Partido Republicano de la Cámara de Representantes, le preguntó si pedir el genocidio de los judíos es intimidación o acoso, Gay se mostró reticente.
«Puede serlo, dependiendo del contexto», dijo.
«Cuando la retórica antisemita se convierte en conducta, que equivale a acoso, hostigamiento, intimidación, es una conducta punible, y tomamos medidas», añadió la Sra. Gay.
Más tarde, Gay emitió un comunicado en el que pedía disculpas por sus respuestas.
«Cuando las palabras amplifican la angustia y el dolor, no sé cómo se puede sentir otra cosa que arrepentimiento», añadió Gay.
Harvard Corporation apoyó a la Sra. Gay tras su testimonio.
Durante la audiencia, la Sra. Stefanik pidió la dimisión de la Sra. Gay. En una declaración, celebró su dimisión, que calificó de «largamente esperada».
«Las respuestas moralmente ruinosas de Claudine Gay a mis preguntas han pasado a la historia como el testimonio más visto en la historia del Congreso de Estados Unidos», afirmó.
«Sus respuestas fueron absolutamente patéticas y carentes del liderazgo moral y la integridad académica que se requieren de la presidenta de Harvard».
La Sra. Stefanik calificó la dimisión de «sólo el principio de lo que será el mayor escándalo de cualquier colegio o universidad de la historia».
A finales de noviembre, el Departamento de Educación de EE. UU. anunció una investigación sobre Harvard a la luz del antisemitismo en su campus, que cuenta con 3200 estudiantes judíos de grado y posgrado, que representan casi el 27% de la población estudiantil.
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