La primera edición genética dentro del cuerpo plantea preguntas sobre el futuro de la especie humana

Por KEVIN HOGAN
21 de marzo de 2020 9:28 PM Actualizado: 21 de marzo de 2020 9:28 PM

NUEVA YORK—La revolución genética ha comenzado ya que los científicos tienen ahora la capacidad de «hackear el código de toda la vida, incluída la nuestra», manipulando el ADN que constituye la base misma de nuestro ser, según el experto en edición del genoma Jamie Metzl.

Hace dos semanas los científicos alteraron por primera vez el ADN de un paciente desde el interior del cuerpo, lo cual es diferente de las terapias utilizadas en los últimos años, en las que, los genes se editan desde el exterior del cuerpo. El procedimiento viene después de que un científico chino, He Jiankui, fuera encarcelado en diciembre por hacer bebés editados genéticamente en 2018.

Metzl, que es asesor del comité de la Organización Mundial de la Salud sobre la edición del genoma humano y autor del libro «Hacking Darwin» (Hackeando a Darwin), dice que es necesario que haya un debate en toda la sociedad sobre el uso de la ingeniería genética.

«Tenemos que ser parte de esa discusión, pero para formar parte de ella, todo el mundo tiene que ser informado, porque de lo que estamos hablando es en muchos aspectos el futuro de nuestra especie», dijo Metzl a NTD.

Los científicos realizaron el primer procedimiento para editar los genes de un paciente dentro del cuerpo, o «in vivo», en el Instituto Oftalmológico Casey en Portland, Oregón, el 4 de marzo. Trataron a un paciente, que tiene una forma rara de ceguera hereditaria, con una herramienta de edición genética conocida como CRISPR. en un intento de restaurar la visión del paciente.

La herramienta, CRISPR, se asemeja a un par de tijeras moleculares que son capaces de cortar cadenas de ADN. La herramienta fue desarrollada imitando los mecanismos de defensa naturales de las bacterias.

Esta tecnología permite un cambio en la forma en que se presta la atención médica, desde un enfoque generalizado a uno específico para el individuo, según Metzl.

«Ahora nos movemos a este mundo de medicina de precisión y asistencia sanitaria, donde las decisiones se tomarán no solo en base al hecho de que eres un humano, sino en base al hecho de que eres tú», comentó Metzl.

Él predice que miles de millones de personas tendrán sus genomas enteros secuenciados en el futuro.

«Tendremos estas enormes bases de datos genéticos, y lo que se llama información fenotípica en esas bases de datos, que son sus registros de vida y salud», señaló Metzl. «Y si las juntamos, vamos a utilizar grandes herramientas de análisis de datos que nos transferirán de este mundo de precisión de la atención médica, a la atención médica predictiva».

La paradoja es que, para que estos métodos de predicción sean útiles, se necesitan grandes bases de datos genéticos, pero es importante que los individuos puedan mantener su información genética en privado, según Metzl.

«Creo que la gente está nerviosa y debería estarlo, y necesitamos más regulación. Pero no podemos ir hasta el final hacia una privacidad completa», señaló Metzl.

La privacidad no es la única preocupación que rodea a la ingeniería genética, ya que pueden ocurrir cambios accidentales en el ADN que pueden ser transmitidos a las generaciones futuras.

Hay dos tipos de edición genética: somática y de línea germinal. La edición somática se realiza en células que no forman parte del sistema reproductivo y no están destinadas a ser transmitidas. Mientras que la edición de la línea germinal en los óvulos, espermatozoides y embriones conduce a cambios genéticos hereditarios.

De acuerdo con la bioética Barbara Koenig, si se comete un error en la edición de la línea germinal, «será un error para todas las generaciones futuras». Existe la preocupación de que una vez que el daño esté hecho, puede ser irreversible. Koenig también dice «que los editores somáticos podrían tener efectos no deseados en el óvulo o el esperma».

Si los científicos realizan una edición somática en la que se produzcan cambios no intencionados en las células sexuales, entonces se transmitirá, según Metzl.

Metzl destaca los beneficios de esta tecnología, pero reconoce la necesidad de tener cuidado si se utiliza.

«No entendemos la gran mayoría [de nuestra genética], pero cada vez entenderemos más y eso nos dará mayores oportunidades de intervenir de manera que podamos protegernos». Pero debido a la increíble complejidad de la biología, tenemos que ser muy cautelosos y cuidadosos y conservadores al hacerlo», afirmó.

La edición genética no es la única forma de manipular artificialmente el ADN humano. Las clínicas ofrecen servicios en los que se fertilizan múltiples óvulos en un laboratorio y se convierten en embriones que luego son examinados para detectar defectos genéticos. Uno de los embriones libres de enfermedades genéticas se implanta en la madre para que sea un futuro hijo.

Cuando la concepción se lleva a cabo en un laboratorio se llama «fertilización in vitro» o FIV. El procedimiento para la detección de defectos genéticos en el ADN de los embriones se denomina «diagnóstico genético preimplantacional» o DGP.

Metzl predice que, si las células madre se vuelven seguras para el uso humano, será posible crear 10,000 embriones humanos y seleccionar uno de ellos para implantarlo en la madre. Dice que podemos hacer un pequeño número de cambios en el ADN del embrión seleccionado para reducir los riesgos de salud o mejorar ciertos rasgos.

En 10 años, esta tecnología puede ser lo suficientemente avanzada como para cambiar el color de los ojos de una persona editando los genes del embrión, según Metzl.

La Iglesia Católica desaprueba la fecundación in vitro, y cualquier procedimiento que venga de ella como el PGD (pruebas genéticas) o la edición de los genes de los embriones.

«Se desaprueba la separación de la procreación de un acto sexual de cualquier manera que se haga», explicó Edward Mechmann, abogado de la Arquidiócesis Católica Romana de Nueva York. Expresó que la concepción debe ser el resultado de un acto de amor entre un esposo y esposa, no un acto científico.

«Una de las cosas clave es que desaprobamos mucho una mentalidad eugenésica en la que se utiliza cualquier tipo de edición genética para mejorar las características», aseguró Mechmann.

Metzl describió un escenario en el que esta tecnología se desarrolla y cae en las manos equivocadas.

«Se podría imaginar una especie de régimen similar al de Corea del Norte que dijera, bueno, primero vamos a clasificar a la gente, vamos a secuenciar a todos al nacer, y vamos a clasificarlos en base a nuestro sentido de lo que es su capacidad. Entonces, ¿quién va a estar en el ejército y quién va a los programas olímpicos y quién va a la escuela de física», declaró Metzl. «Creo que eso será ciertamente posible».

«Podrías imaginarte ese tipo de selecciones hechas para la sumisión en algún tipo de estado totalitario», añadió.

Un problema potencial de este tipo de selección genética artificial es que si los padres eligen rasgos similares para sus hijos «podríamos reducir inadvertidamente la diversidad genética de nuestra especie», destacó Metzl. «Esa diversidad genética, no es algo bueno para tener, es una necesidad tenerla». Es la base de nuestra supervivencia. Se traduce a nuestra resistencia».

Metzl manifestó que todos deben hablar con sus funcionarios electos y pedirles que se concentren en este importante asunto. Agregó que hay que preguntar si los funcionarios tienen un plan en marcha y preguntar cómo maximizarán los beneficios y minimizarán los daños de esta tecnología.

Siga a Kevin en Twitter: @KRHogan_NTD

De The Epoch Times

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