La prohibición de la participación de Rusia en el SWIFT la acercaría más a China

Por Antonio Graceffo
26 de diciembre de 2021 5:06 PM Actualizado: 26 de diciembre de 2021 5:06 PM

Análisis de noticias

Estados Unidos ha amenazado con aislar a Rusia del sistema bancario SWIFT para evitar que invada Ucrania. Esto arruinaría la economía de Rusia y la acercaría a China.

La Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales (SWIFT), establecida en 1973, es una plataforma de comunicación que utilizan los bancos, las casas de bolsa y las instituciones financieras para procesar pagos en todos los países. Cada año, SWIFT transmite aproximadamente 10,000 millones de mensajes entre 11,000 instituciones financieras en más de 200 países y dependencias, procesando billones de dólares en pagos.

El sistema SWIFT se rige por la legislación europea y belga, y está supervisado por los bancos centrales del G10. Por lo tanto, SWIFT no estaría obligado a cumplir con las demandas de EE.UU., pero Washington podría presionar a la plataforma para que acceda a sus peticiones, como lo hizo en 2012, cuando Estados Unidos quería que los bancos iraníes fueran excluidos del dicho sistema debido a sanciones económicas.

Estados Unidos tiene una enorme influencia sobre SWIFT porque casi el 80 por ciento del comercio mundial se realiza en dólares y la mayoría de esos dólares pasan a través de SWIFT, para que dichas transacciones sean autorizadas en bancos estadounidenses. Con el propósito de convencer a SWIFT para que cumpla con sus peticiones, Estados Unidos solo necesita amenazar con eliminar sus propios bancos del sistema.

Estados Unidos no es el único país que ha pedido que se elimine a Rusia. En 2014, el Reino Unido propuso a los líderes europeos excluir a Rusia de SWIFT. Y en abril de 2021, el Parlamento Europeo aprobó una resolución para cerrar el acceso de Rusia a SWIFT en caso de que sus tropas invadan Ucrania.

Cuando Rusia se enfrentó a ser excluida de SWIFT en 2014, el entonces primer ministro Dmitry Medvedev amenazó con que sería «una declaración de guerra». La razón por la que adoptó una postura tan dura es porque la economía de Rusia quedaría devastada si ya no tuviera acceso a la plataforma financiera internacional. Sería casi imposible para Rusia realizar negocios internacionales sin la plataforma.

Cuando se retiró a Irán del SWIFT, el país experimentó dificultades, pero no una catástrofe, porque sólo tenía una cierta participación en la economía mundial.

Rusia, en cambio, sentiría los efectos con más fuerza como resultado de su mayor integración con el sistema. Rusia esencialmente no podría vender sus exportaciones de petróleo y gas natural. El rublo caería y el país sufriría salidas masivas de capitales. El exministro de Finanzas Alexei Kudrin pronostica que perder el acceso a SWIFT podría reducir el PIB de Rusia en un 5 por ciento.

Aunque depende de SWIFT, Rusia tiene algunas opciones para suavizar el golpe si se prohibiera en el sistema. Cuando Rusia invadió Ucrania en 2014, Estados Unidos amenazó con aislarla de SWIFT. En consecuencia, el Kremlin pidió el desarrollo de una plataforma nacional de comunicaciones financieras. El Sistema de Transferencia de Mensajes Financieros (SPFS), el equivalente ruso de SWIFT, tiene más de 400 bancos miembros en las exrepúblicas soviéticas, que manejan más del 20 por ciento de las transacciones nacionales.

El sistema ruso está lejos de sustituir a SWIFT. Mientras que SWIFT opera 24 horas al día, 7 días a la semana, el SPFS sólo funciona de lunes a viernes, durante el horario comercial ruso. Además, el tamaño de los mensajes es mucho menor. En teoría, el SPFS podría ampliarse e invitar a otros países a unirse. Pero eso llevaría años, y Rusia podría experimentar un tremendo trastorno económico mientras tanto.

Desde 2015, China también ha estado desarrollando una alternativa SWIFT, llamada Sistema de Pago Interbancario Transfronterizo (CIPS), que tenía el objetivo de internacionalizar el yuan.

CIPS puede ser otra posibilidad para Rusia. Debido a la mayor importancia económica de China, el yuan puede ser una opción más viable que el rublo para el comercio transfronterizo. Sin embargo, en la actualidad, el yuan solo representa el 2 por ciento de las transacciones financieras internacionales. Y CIPS tiene solo un 0,3 por ciento del tamaño de SWIFT. Es posible que los dos sistemas puedan colaborar; pero, hasta ahora, 23 bancos rusos se han unido a CIPS, mientras que solo un banco chino se ha unido a SPSF.

Esta foto aérea muestra el logotipo (izq.) de la empresa pionera de pagos digitales de China, Alipay, en el bloque de oficinas de su empresa matriz Ant Group, en Shanghai, el 4 de noviembre de 2020. (Hector Retamal/AFP a través de Getty Images)

Otra posibilidad para Rusia es el rublo digital, que se lanzará en 2022. Esta opción también es defectuosa, porque, aunque la moneda podría fluir fácilmente a través de las fronteras, será tan débil e inestable como el rublo físico. Los países que están fuera de la esfera de EE.UU., como Irán o Venezuela, pueden aceptar algún pago en monedas distintas al dólar, pero incluso estos países no querrían correr el riesgo de realizar transacciones en una moneda inestable. Además, la ley de EE.UU. no distingue entre monedas físicas y monedas digitales cuando se trata de sanciones.

Según Dmitry Dolgin, economista jefe de ING Bank para Rusia, «cualquier transacción electrónica que se lleve a cabo en el mundo con dólares estadounidenses se autoriza en algún momento a través de un banco estadounidense». En 2019, el presidente ruso Vladimir Putin y el líder chino Xi Jinping acordaron encontrar una forma de evitar tanto el dólar estadounidense como el sistema SWIFT dominado por Estados Unidos. Las opciones que los dos países han discutido incluyen la desdolarización, la digitalización del yuan y sistemas alternativos de liquidación financiera y mensajería, como CIPS.

En 2019, Rusia se deshizo de cerca de la mitad de sus dólares y aumentó sus tenencias de yuanes hasta el 15 por ciento de sus reservas. Trabajando para eliminar el dólar de su comercio bilateral, los dos países han conseguido que la cifra baje al 46 por ciento en 2020. Rusia ha aumentado sus reservas de euros y está ampliando su uso de euros para las transacciones comerciales internacionales.

Sin embargo, incluso el euro no puede reemplazar al dólar como moneda internacional principal, ya que el dólar tiene tres beneficios que ninguna otra moneda ofrece. Primero, el dólar generalmente se mantiene estable frente a la inflación. A continuación, ningún país puede igualar el tamaño del mercado estadounidense o el volumen de la moneda estadounidense. Y finalmente, los mercados financieros de EE.UU. son profundos, líquidos y transparentes.

El problema para China y Rusia es que el gobierno de Estados Unidos puede negar la capacidad de cualquier entidad para acceder a la compensación y liquidación en dólares. Estados Unidos podría incluir en la lista negra a los grandes bancos rusos y a los fondos soberanos rusos, esencialmente haciendo imposible que Rusia realice transacciones comerciales en dólares. Rusia podría comenzar a usar euros, pero incluso las transacciones denominadas en euros deben pasar por SWIFT. Y, nuevamente, Estados Unidos tiene una influencia considerable sobre SWIFT porque las liquidaciones en dólares estadounidenses representan el 79,5 por ciento de las transacciones de divisas interregionales.

Si Estados Unidos pudiera convencer a los europeos de que excluyeran a Rusia de SWIFT, los efectos sobre Rusia serían devastadores. Además de desencadenar potencialmente una guerra, habría importantes daños colaterales. Alemania sufriría pérdidas económicas debido a la cantidad de negocios que hace con Rusia. Los bancos estadounidenses también sufrirían un gran impacto, ya que procesan la mayor parte de las transacciones SWIFT. Europa también sufriría porque depende del petróleo y el gas natural de Rusia.

Rusia es el segundo proveedor de petróleo de China y también uno de los principales proveedores de gas natural y carbón. Incluso si Rusia es eliminada de SWIFT, lo más probable es que los dos países encuentren la manera de seguir comerciando. Esto hará que Rusia dependa aún más de la economía China.


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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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