Una disculpa sincera alivia a ambas partes y deshace la incomodidad o el daño de aquello por lo que se pide perdón. Sin embargo, un auténtico «lo siento» tiene varios componentes.
Reconocer
Utilice la palabra «yo». Reconozca su error desde el principio: «Siento mucho haber…». Evite suavizar la disculpa con eufemismos pasivos como «se cometieron errores» o «las cosas salieron mal». Nunca intente bromear o quitarle importancia a lo que ha hecho. Al mismo tiempo, no se exceda; frases como «soy tan terrible» solo hacen que todos se sientan más incómodos.
Haga lo que haga, no intente echar la culpa a otros. La excepción a esto es si usted ha presentado una disculpa sincera y la situación hace que sea crítico —como en el trabajo— contar toda la historia al receptor de la disculpa.
Expresar el remordimiento
La periodista y escritora Mignon McLaughlin lo resumió mejor cuando dijo: «El verdadero remordimiento nunca es solo un arrepentimiento por las consecuencias; es un arrepentimiento por el motivo». Se trata de ser vulnerable y hacer saber a la otra persona que se siente mal por haberla herido o defraudado y que desea profundamente poder revertirlo. A diferencia del arrepentimiento —por ejemplo, que una compañía aérea se arrepienta de haber cancelado un vuelo debido a las condiciones meteorológicas— el remordimiento real suele dar lugar a cambios de comportamiento a largo plazo que evitan hacer daño a los seres queridos o defraudar al jefe en el futuro.
Haga lo correcto
Piense en lo que enseñamos a nuestros hijos. Si un niño rompe el juguete de otro por negligencia o por una acción intencionada, y no por un verdadero accidente, no solo le hacemos pedir disculpas, sino que le quitamos dinero de su asignación para comprar un juguete de repuesto. Les enseñamos a compensar. Del mismo modo, si se han herido los sentimientos de alguien, hay que demostrarle que se le quiere. Si el asunto está relacionado con el trabajo, hay que estar preparado para dar una solución viable u ofrecerse a trabajar horas extra. Cuando la solución no esté clara, al menos debería preguntar: «¿Hay algo que pueda hacer para compensar esto?».
Cómo aceptar una disculpa
Un familiar, un amigo o un compañero de trabajo ha reunido mucho valor para reconocer y aceptar su error. No deje que esto termine con el silencio de su parte. Un simple «acepto tus disculpas» es suficiente. Si la situación es grave y quiere dejar constancia, puede decir: «Estoy dolido, pero te perdono». Si no está preparado para seguir adelante, puede optar por: «Escucho tus disculpas, gracias» o «Acepto tus disculpas, pero necesito tiempo».
Si el error por el que se disculpan se ha convertido en un hábito, aborde el asunto. No se enfade ni sea duro, pero sea claro.
Cuándo no debe disculparse
Sí, hay momentos en los que no debería sacar un cortés «lo siento». Una de ellas es cuando necesita añadir información vital a una conversación. «Lo siento, ¿puedo interrumpir?» debería ser en realidad «Disculpe, ¿puedo interrumpir?». Si llega tarde a una reunión, decir «Siento llegar tarde» es negativo, mientras que «Gracias por esperar» reconoce la paciencia de los demás asistentes. Al dar una mala noticia, existe la tentación de quitarle importancia comenzando con una disculpa; esto en realidad hace que la noticia parezca peor. Simplemente, dígalo de una vez.
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