Un análisis de los datos del Sistema de Notificación de Reacciones Adversas a las Vacunas (VAERS) indica que las vacunas COVID-19 son «significativamente» más mortíferas que la vacuna antigripal, según el senador Ron Johnson ( R-Wis.).
La revisión fue realizada por el personal del senador e implicó un cierto nivel de suposición dado que no existen datos disponibles públicamente sobre cuántas dosis de vacuna contra la gripe se administraron en Estados Unidos en los últimos 10 años.
Utilizando el número de dosis distribuidas para generar esa cifra, descubrieron que el número de muertes por millón de dosis de las vacunas COVID-19 (25.5) superaba con creces las estimadas para la vacuna antigripal (0,46).
«Utilizando el supuesto medio de que se administró el 70 por ciento de las vacunas antigripales distribuidas, las 25.5 muertes por millón de dosis de la vacuna COVID-19 representan un aumento de 55 veces sobre las muertes por millón de dosis de la vacuna antigripal», escribió Johnson en una carta del 21 de diciembre a los directores del Departamento de Salud y Servicios Humanos, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
«Se trata de una diferencia chocante y no hace sino sumarse a la creciente evidencia de señales de seguridad que están pidiendo a gritos que se tomen en serio», añadió.
Johnson citó el estudio como parte de una petición de estudios internos, documentos y datos sobre el desarrollo y la seguridad de las vacunas COVID-19.
«Cuando se trata de responder a mis solicitudes de datos sobre los efectos adversos asociados a las vacunas COVID-19, su arrogante falta de transparencia no tiene precedentes, es irresponsable y completamente inaceptable», ha reprochado el senador, que es el principal republicano del Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado.
A lo largo de los últimos 32 meses, he planteado preguntas, enviado solicitudes formales y supervisado la seguridad y eficacia de las vacunas COVID-19″.
«En lugar de responder a mis legítimas preguntas y solicitudes de información, usted y otros funcionarios de salud pública siguen promoviendo las vacunas COVID-19 como seguras y eficaces y, a menudo, utilizan el número de dosis de vacunas administradas como apoyo a esa afirmación engañosa».
También solicitó que las agencias informaran de si tenían conocimiento de otro estudio reciente publicado en Nature que ha suscitado preocupaciones adicionales sobre la seguridad de la vacuna de Pfizer, a saber, si produce proteínas «fuera del objetivo», o no intencionadas, que podrían provocar respuestas inmunitarias perjudiciales.
Los funcionarios de la administración tienen de plazo hasta el 18 de enero para presentar la información solicitada.
La carta del Sr. Johnson coincidió con una encuesta publicada el 21 de diciembre por la Red JAMA que revela que los estadounidenses son más escépticos sobre la seguridad de las vacunas COVID-19 que sobre la de la vacuna antigripal.
Realizada entre el 7 y el 16 de julio de 2023, la encuesta reveló que el 55 por ciento de los encuestados creía que la vacuna antigripal era «muy segura», mientras que solo el 41 por ciento decía lo mismo de las vacunas COVID-19.
Mientras tanto, la mayoría (51 por ciento) dijo estar preocupada por la seguridad de la vacuna COVID-19, en comparación con sólo el 24 por ciento que expresó su preocupación por la seguridad de la vacuna contra la gripe.
Los resultados también mostraron que es «poco probable» que más personas se vacunen contra la COVID-19 este año (28 por ciento) que contra la gripe (22 por ciento), y el 60 por ciento de los encuestados dijeron que querían que se investigara más sobre la primera vacuna. Solo el 24 por ciento dijo lo mismo sobre la vacuna de la gripe.
Sin embargo, en cuanto a la eficacia, casi el mismo porcentaje de encuestados afirmó que las vacunas COVID-19 (42 por ciento) y contra la gripe (40 por ciento) son eficaces contra las enfermedades graves y la hospitalización.
En un post del 22 de noviembre, los CDC admitieron que «la aceptación de la vacuna COVID-19 es menor de lo que nos gustaría».
Hasta el 4 de noviembre, se estimaba que solo el 14 por ciento de los adultos estadounidenses habían recibido las vacunas actualizadas.
Naveen Athrappully contribuyó a este artículo.
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