Una vacuna contra la tuberculosis —una enfermedad infecciosa que suele atacar a los pulmones— se está administrando a los trabajadores de la salud en Australia a modo de prueba para ver si los protege del virus del PCCh.
The Epoch Times se refiere al virus comúnmente conocido como nuevo coronavirus, o SARS-CoV-2, como el virus del PCCh, porque la mala gestión y el encubrimiento del Partido Comunista Chino del brote de COVID-19 en Wuhan permitieron su propagación global.
Unos 4000 trabajadores de la salud en Melbourne se han ofrecido como voluntarios para el ensayo que implica la administración de la vacuna contra la tuberculosis, conocida como el bacilo Calmette-Guerin, o la vacuna BCG, dijo el Real Colegio Australiano de Médicos Generales (RACGP, por sus siglas en inglés) en una declaración.
El ensayo comenzará el lunes 30 de marzo, informó Bloomberg.
Los investigadores de enfermedades infecciosas del Instituto de Investigación Infantil Murdoch (MCRI) de Melbourne, dirigirán el ensayo. Durará seis meses e involucrará a algunos de los voluntarios, seleccionados al azar, que recibirán la vacuna BCG y una vacuna contra la gripe estacional, mientras que otros recibirán solo la vacuna contra la gripe.
«Los investigadores médicos australianos tienen la reputación de llevar a cabo ensayos rigurosos e innovadores», dijo la directora del MCRI, la profesora Kathryn North, según la RACGP.
«Este ensayo permitirá comprobar adecuadamente la eficacia de la vacuna contra los síntomas de COVID-19 y puede ayudar a salvar las vidas de nuestro heroico personal de salud de primera línea», dijo North.
La vacuna contra la tuberculosis se ha utilizado durante aproximadamente un siglo y ha mostrado resultados alentadores en el fortalecimiento del sistema inmunológico del cuerpo de manera más general para resistir la infección.
«Puede reforzar el sistema inmunológico para que se defienda mejor contra toda una gama de diferentes infecciones, toda una gama de diferentes virus y bacterias de una manera mucho más generalizada», dijo Nigel Curtis, jefe del Grupo de Investigación de Enfermedades Infecciosas del MCRI, según Bloomberg.
Los estudios publicados en las últimas décadas por los investigadores daneses Peter Aaby y Christine Stabell Benn, encontraron que la vacuna BCG previno alrededor del 30 por ciento de las infecciones con cualquier patógeno conocido, incluyendo virus, en el primer año después que fue administrada, informó Science Mag.
Una revisión de 2014 ordenada (pdf) por la Organización Mundial de la Salud encontró que la vacuna BCG redujo la mortalidad en los niños, pero expresó una confianza «muy baja» en los resultados. Un estudio realizado en 2016 proporcionó resultados más alentadores, pero pidió que se realizaran ensayos aleatorios.
Curtis dijo que los ensayos en Melbourne se basarían en el trabajo científico previo sobre la vacuna BCG.
«Esperamos ver una reducción en la prevalencia y gravedad de los síntomas de la COVID-19 en los trabajadores de la salud que reciben la vacuna BCG», dijo Curtis, según RACGP.
El ensayo de Melbourne sigue los informes de una iniciativa similar en los Países Bajos. De acuerdo con Science Mag, alrededor de 1000 trabajadores de la salud en ocho hospitales holandeses iban a iniciar la primera de las pruebas de BCG la semana pasada. Algunos de los voluntarios recibirían la inyección de BCG, otros recibirían un placebo.
Curtis dijo a Bloomberg que hay discusiones sobre la expansión de la prueba de BCG a otras ciudades australianas, así como a Boston.
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