Comentario
Con la invasión rusa a Ucrania en marcha, mucha gente se pregunta cuánto tiempo pasará hasta que China ataque a Taiwán.
Es razonable suponer que la invasión rusa a Ucrania puede desencadenar la posible invasión a Taiwán por parte del régimen chino.
¿Y por qué no?
Una visión autoritaria compartida del mundo
Beijing y Moscú comparten una visión de un nuevo orden mundial que desafía a Estados Unidos como hegemonía global, a la OTAN como fuente de seguridad internacional y a la democracia liberal como modelo para el mundo.
Por consiguiente, no es de extrañar que Beijing apoye la conquista de Ucrania por parte de Moscú, a pesar de que Rusia es condenada mundialmente como agresora.
Y no hay duda de que el líder vitalicio de China, Xi Jinping, contará con el apoyo de Rusia cuando, o si, da la orden de atacar a Taiwán.
No hay que hacer conjeturas al respecto. Ambos países afirmaron este acuerdo justo antes de que comenzaran los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing. Cada uno prometió que la «amistad entre los dos Estados no tiene límites» y que «no hay áreas ‘prohibidas’ de cooperación».
No es de extrañar que Beijing comparta la perspectiva de Moscú de que Estados Unidos es el culpable del estallido de la guerra.
Rusia paga un alto precio
Sea como fuere, Rusia está pagando el precio de su violación de Ucrania de diversas maneras.
Por ejemplo, las principales empresas occidentales están cortando sus vínculos con Rusia. Entre ellas, BP, Royal Dutch Shell y otras empresas multinacionales. Solo eso significa miles de millones de dólares en ingresos perdidos.
Además, también se están produciendo boicots a los productos rusos en Europa y otros lugares. Los bancos rusos están perdiendo el acceso al servicio mundial de compensación financiera SWIFT, y se ha restringido el acceso a sus reservas de divisas de 630,000 millones de dólares. Los mercados de valores rusos han sido cerrados, los tipos de interés de referencia se han duplicado hasta el 20% y el rublo ruso vale ahora menos de un céntimo.
En Occidente, los fondos con activos rusos están viendo caer sus precios, las protestas públicas y la condena de los medios de comunicación en Europa y Norteamérica son incesantes, y Europa y Canadá han prohibido la entrada de aviones rusos en su espacio aéreo. Incluso los yates de los oligarcas rusos están siendo confiscados, lo cual es más simbólico que estratégico.
Como respuesta, Moscú intenta dificultar la salida de las empresas extranjeras de Rusia, al menos a corto plazo.
¿China al rescate?
Para contrarrestar la pérdida de mercados en Occidente, China está importando ahora grano de Rusia, un importante proveedor de trigo, entre otros acuerdos. Pero incluso eso está resultando problemático.
Por el momento, la invasión de Ucrania también presenta algunos desafíos para Beijing. Uno de ellos es equilibrar su «apoyo ilimitado» a Moscú con evitar que Rusia se vea desvinculada del sistema financiero mundial.
Otro es arriesgarse a la condena internacional y a las sanciones económicas. Esto plantea la cuestión de si una invasión de Taiwán conduciría a un resultado similar para China.
Beijing sopesa la posible respuesta de Occidente
No está muy claro cómo reaccionarían los socios comerciales de Occidente ante una acción china contra Taiwán. Si su reacción tuviera alguna similitud con la invasión de Ucrania, su impacto sería devastador. La desvinculación del sistema mundial sería difícil y costosa para China, así como para todas las demás naciones implicadas, durante años.
Pero una invasión no es la única forma que tiene Beijing de lograr sus objetivos con respecto a Taiwán.
Por ejemplo, existe la posibilidad de que Taipéi reaccione a la muerte y destrucción de Ucrania ofreciendo aceptar algún tipo de acuerdo no conflictivo con Beijing.
Un compromiso de este tipo podría parecerse más al Hong Kong de 1997 a 2018 que a la Ucrania de 2022. Si se llegara a un acuerdo, podría evitar a China el dolor de una posible ruptura económica con sus socios comerciales occidentales, al tiempo que permitiría a Taiwán cierto nivel de autonomía en el ámbito económico.
Sin embargo, este escenario es, en el mejor de los casos, dudoso, dada la reciente toma de Hong Kong por parte de Beijing.
¿Puede China permitirse perder a Occidente?
Sin embargo, lo que está claro es que China tiene profundos intereses económicos en Occidente, especialmente en la Unión Europea y Estados Unidos. El impacto de perder el acceso a esos mercados está seguramente en la mente del liderazgo del Partido Comunista Chino (PCCh).
Por ello, Beijing está evaluando cuidadosamente la respuesta de Occidente a Rusia y está calculando los posibles costes económicos que podría suponer una invasión de Taiwán.
Sin embargo, también es fundamental entender que para China las prioridades políticas y geopolíticas tienen prioridad sobre las preocupaciones económicas. En resumen, Beijing está dispuesto a soportar los costes económicos para tomar el control de Taiwán.
Pero ese no es el único reto.
¿Futuro incierto para Xi Jinping?
Hay indicios de que Xi no goza de todo el apoyo del PCCh. De hecho, cabe destacar que Xi no ha puesto un pie fuera de China desde hace más de dos años. La razón, según algunos observadores, es que la supervivencia política del «presidente vitalicio» de China está en la cuerda floja.
Sin embargo, es difícil creer que Xi vaya a ser destituido. Al igual que su campaña anticorrupción de hace unos años, la actual campaña de prosperidad común de Xi no consiste únicamente en confiscar los bienes de los multimillonarios y ganarse el apoyo del pueblo con una guerra de clases contra los ricos. También es una fachada conveniente para una purga política de sus competidores del Partido.
Por otro lado, el objetivo tanto de China como de Rusia es desdolarizar sus economías en un intento de establecer un sistema global posterior al dólar. Este parece ser el caso. El hecho de que Rusia sea «expulsada del SWIFT» puede acelerar sus planes de desdolarización. Separarse de Occidente bajo las condiciones de Estados Unidos a corto plazo puede ser el precio de hacerlo.
Esto puede encajar perfectamente con el deseo del PCCh de proteger la identidad cultural y política de China de las influencias occidentales. En ese caso, la conquista de Taiwán también serviría a ese propósito. No sería la primera vez que China opta por esta vía.
No solo sería un desafío al poder de Estados Unidos en dos teatros, sino que podría ser justo lo que Xi necesita para mantenerse en el poder.
No es de extrañar que la toma de Taiwán sea una de las principales prioridades de Xi.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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