Rusia ha comenzado a retirar sus fuerzas de la región ucraniana de Kherson, en la orilla sur del río Dniéper, según confirmó el 10 de noviembre el Ministerio de Defensa ruso.
La decisión se basó en una evaluación del general Sergey Surovikin, nombrado por Moscú el mes pasado para ser el máximo comandante de la «operación militar especial» de Rusia en Ucrania, que comenzó el 24 de febrero.
Las fuerzas rusas retrocederán al otro lado del río, al mismo tiempo que tomarán «todas las medidas para garantizar la reubicación segura del personal, el armamento y el material», según el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú.
Oleksiy Arestovych, asesor del presidente ucraniano Volodímir Zelenski, confirmó el 9 de noviembre que las fuerzas rusas parecían estar abandonando la zona, «pero no tanto como si se tratara de una retirada total o un reagrupamiento».
Afirmó que las fuerzas rusas que se retiraban estaban destruyendo puentes y carreteras mineras en los alrededores de Kherson.
«Por el momento, no conocemos sus intenciones», dijo Arestovych. «¿Van a entablar combates con nosotros y van a tratar de mantener la ciudad?».
«Se están moviendo muy lentamente».
El general del ejército estadounidense Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, sugirió que las fuerzas rusas tardarían «días, quizá incluso semanas, en retirar esas fuerzas al sur de ese río».
Milley estimó que el número total de soldados rusos al norte y al oeste del Dniéper es de 20,000 a 30,000 hombres.
Surovikin: Un repliegue «oportuno»
En un discurso dirigido a los altos mandos militares rusos el 9 de noviembre, Surovikin dijo que la retirada tenía como objetivo preservar las vidas del personal militar ruso y mantener intacta su capacidad de combate.
La medida, añadió, también permitiría que las tropas rusas actualmente desplegadas en la zona fueran reubicadas en otras áreas críticas de la línea del frente de aproximadamente 680 millas (1100 kilómetros).
Surovikin también expresó su preocupación por la posibilidad de que la artillería ucraniana ataque la presa hidroeléctrica de Kakhovka, en Kherson, lo que podría provocar la «inundación de vastas zonas, causando víctimas civiles».
Tal escenario, añadió el general, amenazaba con dejar a las fuerzas rusas varadas en la orilla occidental del río y vulnerables a la artillería ucraniana.
«En estas condiciones», dijo, «es conveniente organizar la defensa a lo largo de la barrera fronteriza del Dniéper».
El 30 de septiembre, la región de Kherson —junto con las regiones de Donetsk, Luhansk y Zaporizhzhia— se incorporó a la Federación Rusa tras la celebración de referendos en los cuatro territorios.
De los cuatro, Kherson se considera el más importante desde el punto de vista estratégico, ya que domina la única ruta terrestre hacia la península de Crimea, junto con la desembocadura del río Dniéper.
La mayor parte de Kherson, incluida su capital regional, fue capturada por las fuerzas rusas en las primeras semanas del conflicto.
En las últimas semanas, las autoridades militares rusas han supervisado la evacuación de decenas de miles de civiles de la ciudad de Kherson en previsión de una inminente ofensiva ucraniana. Hasta ahora, más de 115,000 personas han abandonado la ciudad en busca de posiciones más seguras, dijo Surovikin.
Los intentos anteriores de las fuerzas ucranianas de romper las defensas rusas cerca de Kherson han encontrado una fuerte resistencia, lo que ha provocado importantes pérdidas ucranianas en términos de tropas y equipos, según los funcionarios rusos.
En su discurso, Surovikin afirmó que las repetidas ofensivas ucranianas en la región de Kherson habían provocado más de 9500 bajas ucranianas en el periodo comprendido entre agosto y octubre.
The Epoch Times no ha podido verificar estas afirmaciones.
Biden: Un momento «interesante»
En respuesta a la noticia de la retirada rusa, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo a los periodistas el 9 de noviembre que la medida sugiere que el ejército ruso se enfrenta a «algunos problemas reales».
Biden también dijo que era «interesante» que Moscú hubiera «esperado» hasta después de las elecciones de mitad de período en Estados Unidos para anunciar sus planes de retirada.
Tras las elecciones de mitad de periodo del 8 de noviembre, los republicanos están cada vez más cerca de asegurarse la mayoría en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, mientras que el control del Senado depende de unas cuantas elecciones reñidas.
En los meses previos a las elecciones, se ha especulado con la posibilidad de que el apoyo financiero y militar de Estados Unidos a Ucrania se reduzca drásticamente en caso de victoria electoral republicana.
El 4 de noviembre, el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, visitó Kiev, donde prometió que el apoyo estadounidense al esfuerzo bélico ucraniano seguiría siendo «inquebrantable y determinado» tras los comicios de mitad de periodo.
Con información de Reuters.
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