La imposición de mascarillas a los niños en edad escolar durante la pandemia no afectó a la incidencia de la infección por COVID-19, según una investigación realizada en Finlandia.
El estudio, publicado en la revista BMC Public Health el 21 de abril, se llevó a cabo en tres ciudades finlandesas: Helsinki, Turku y Tampere. Estas ciudades tuvieron incidencias de referencia similares de COVID-19 entre agosto y septiembre de 2021. En ese momento, el gobierno federal había recomendado el uso de mascarillas en las escuelas para los niños a partir de 12 años. En Helsinki y Tampere, la recomendación nacional se impuso como mandato en las escuelas, mientras que en Turku, el mandato se impuso a los niños a partir de 10 años.
El equipo de investigación analizó los efectos de las mascarillas en dos grupos de niños: los de siete a nueve años y los de diez a doce. Mientras que los niños de siete a diez años no estaban sujetos al mandato de llevar mascarilla, los de diez a doce tenían que llevarla.
«Según nuestro análisis, no se obtuvo ningún efecto adicional de la obligatoriedad de las mascarillas, basándonos en las comparaciones entre las ciudades y entre los grupos de edad de los niños no vacunados (10-12 años frente a 7-9 años)», señala el estudio.
«Las recomendaciones de mascarillas en las escuelas no redujeron la incidencia de COVID-19 entre los niños de 10-12 años en Finlandia. Esto puede indicar que los casos de COVID-19 en las escuelas reflejan simplemente infecciones comunitarias y no brotes escolares».
Mascarillas ineficaces
El estudio finlandés citaba una investigación española sobre la obligatoriedad del uso de mascarillas en las escuelas en la que se descubrió que el uso de mascarillas no estaba asociado a una menor incidencia o transmisión de COVID-19. Se encontró que el riesgo de transmisión en las escuelas era menor que en los hogares.
También citaba un estudio realizado a finales de 2022 en Estados Unidos, según el cual la supresión de los requisitos de mascarilla se asociaba a un aumento de los casos de COVID-19 entre los estudiantes y el personal.
«Sin embargo, este estudio agregaba datos de todos los grupos de edad, por lo que resulta difícil determinar cómo podrían variar los efectos de las recomendaciones sobre mascarillas en función de la edad», afirmaba el estudio finlandés.
Otros muchos estudios también han sugerido que las mascarillas pueden ser ineficaces a la hora de controlar COVID-19.
El 13 de abril, la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA) declaró que no había podido encontrar pruebas de que las mascarillas N95 o similares de calidad médica protegieran a las personas clínicamente vulnerables de enfermar gravemente a causa de la enfermedad.
Una revisión realizada por la UKHSA de miles de estudios primarios sobre la eficacia de los protectores faciales no pudo encontrar nada sobre si el uso de mascarillas N75 o similares podía proteger o no a las personas. Esto es bastante significativo, dado que las mascarillas N95 se consideran muy eficaces para filtrar las partículas suspendidas en el aire.
Daños de la mascarilla
Además de ser ineficaz, el uso de mascarillas también resulta ser perjudicial. Una revisión sistemática de 2168 estudios que analizaron los efectos adversos del uso de mascarillas durante COVID-19 descubrió que, como consecuencia, muchas personas sufrían consecuencias para la salud, como dolores de cabeza y picores.
Se observó que el dolor de cabeza era el «síntoma más frecuente» entre los usuarios de mascarillas, con una prevalencia del 62 por ciento para el uso general de mascarillas. La dificultad respiratoria se observó en el 33 por ciento de los usuarios.
Mientras que el 17 por ciento de los usuarios de mascarillas quirúrgicas experimentaron picores, esta cifra se situó en el 51 por ciento entre los usuarios de N95. La prevalencia del acné entre los usuarios de mascarillas fue del 38 por ciento y la irritación cutánea del 36 por ciento. Se observó que el 5 por ciento de los sujetos sufría mareos.
Las mascarillas también interferían en el proceso de captación de oxígeno y liberación de dióxido de carbono, comprometiendo así la «compensación respiratoria». La restricción de la captación de oxígeno y la obstaculización de la liberación de dióxido de carbono se identificaron como más significativas entre los usuarios de mascarillas N95.
Una encuesta en línea realizada por investigadores de la Universidad de Illinois en Chicago reveló que las personas asmáticas tenían dificultades para utilizar mascarillas.
Mientras que el 84 por ciento experimentaba molestias, el 75 por ciento declaraba tener problemas para respirar o falta de aire al menos durante un rato mientras llevaban la mascarilla.
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