Solo el 28% de los trabajadores de oficina de Manhattan acuden al trabajo en persona en un día promedio, según una encuesta. Solo el 8% acude a la oficina cinco días a la semana. La asistencia en persona ha aumentado en el último año, pero mucho más lentamente de lo que las empresas preveían. Las cifras no auguran nada bueno para el mercado inmobiliario comercial y para la economía de la ciudad en general.
La ciudad todavía se está recuperando de la devastación causada por la pandemia del COVID-19, así como de las restricciones gubernamentales impuestas en respuesta a la misma. En octubre del año pasado, solo el 10% de los trabajadores de las oficinas de Manhattan han regresado después de que los cierres iniciales los hicieron trabajar a distancia, según una encuesta realizada por Partnership for New York City, una organización que agrupa a algunos de los principales ejecutivos de las empresas de Nueva York.
Las empresas esperaban tener a casi la mitad de sus empleados de vuelta en las oficinas en julio, pero eso resultó ser un espejismo. En junio, solo el 12% de los trabajadores de oficina estaban de vuelta, según reveló una encuesta de seguimiento.
La cifra empezó a aumentar a un ritmo mayor después, llegando al 23% en agosto.
En octubre, el 46% volvió a la oficina al menos un día a la semana. Pero solo el 8 por ciento volvió cinco días a la semana, según la última encuesta de Partnership.
La actividad de alquileres comerciales en Manhattan se disparó casi un 60 por ciento entre el segundo y el tercer trimestre, pero sigue estando muy por debajo de las cifras de éxito de los años anteriores a la pandemia, según informó la agencia de corredores Colliers.
Los empresarios encuestados tienen previsto mantener a distancia a más del 20% de sus trabajadores de oficina incluso después de la pandemia. Alrededor de un tercio de ellos tiene previsto reducir su número de oficinas en los próximos cinco años y más de uno de cada ocho tiene previsto reducir su plantilla.
La encuesta también ha revelado un cambio en el sentimiento hacia la obligación de vacunarse contra el COVID-19. En junio, solo el 15% de los empleadores dijo que exigiría a todos sus trabajadores que regresaran la vacuna. Más del 7% dijo que no la exigiría y el resto aún no lo había decidido.
En octubre —después de una serie de ordenes de vacunación por parte de la ciudad, el estado y el gobierno federal— casi la mitad de los encuestados exigieron la vacunación (entre los que revelaron su política). Otro casi 40 por ciento exigía la vacuna o la realización de pruebas periódicas de COVID-19. Solo el 11 por ciento no tenía una política de vacunación.
A pesar del endurecimiento de las políticas de vacunación, el 44% de las empresas afirmó que exigiría el uso de mascarillas incluso a los empleados vacunados, aunque el 10% dijo que la política de mascarillas solo se aplica a las zonas comunes o a los lugares donde no es posible el «distanciamiento físico».
El aproximadamente millón de trabajadores de oficina de la ciudad, la mayor parte de los cuales trabaja en el sector financiero, representa un robusto pilar de la economía local que parece reducirse definitivamente con los planes de mantener una parte del trabajo a distancia.
Si las empresas deciden que los trabajadores de oficina solo acudan tres veces por semana, las empresas de la ciudad perderían 1250 millones de dólares en ingresos anuales y la ciudad se quedaría con unos 111 millones de dólares menos en impuestos, según el interventor de la ciudad.
La ciudad ha luchado con las pérdidas de ingresos fiscales este año y el anterior. A pesar de unos ingresos más fuertes de lo previsto en el año fiscal 2021, así como de 15,000 millones de dólares en ayudas federales, el alcalde saliente, Bill de Blasio, deja a su sucesor un déficit presupuestario previsto de más de 4000 millones de dólares a partir del año fiscal 2023.
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