Cuando comenzaron las clases para los estudiantes del Jardín de infancia el 6 de septiembre, el nieto de la maestra jubilada, Tao Lahuai, estaba emocionado de comenzar su primer día en el Jardín de la ciudad de Ma, en la provincia de Hubei. Inesperadamente, al niño de cuatro años se le prohibió ingresar al jardín de infancia, donde Tao solía enseñar.
Bajo la presión del comité político y legal local del Partido Comunista Chino (PCCh) y la Oficina 610 local, una organización especial establecida por el régimen para perseguir a Falun Gong, el director de la escuela prohibió al nieto de Tao asistir al jardín de infancia, citando la excusa de que Tao y la madre del niño se negaron a renunciar a su fe, según un informe de Minghui.org, un sitio web con sede en Estados Unidos que rastrea la persecución a Falun Gong en China.
Este es un ejemplo reciente del PCCh usando la táctica de “culpable por asociación”, en la que se castigan a los familiares y a las amistades para perseguir a los practicantes de Falun Gong y presionarlos para que renuncien a sus creencias espirituales, dice el informe.
Tao Lahuai, de 70 años, enseñó en el jardín de infancia de la ciudad de Ma durante 33 años y lleva 15 años jubilada.
Falun Gong ha sido perseguido por el PCCh durante los últimos 21 años, y Tao ha sido secuestrada y detenida ilegalmente por las autoridades en numerosas ocasiones, informó Minghui. También ha estado detenida dos veces en un «centro de educación jurídica» provincial (un centro de lavado de cerebro), durante más de 60 días.
Minghui reveló que, bajo la influencia de la propaganda oficial de odio contra Falun Gong, el director y los maestros del jardín de infancia de la ciudad de Ma fueron presionados por las autoridades para que participaran en la persecución ilegal contra Tao y su familia. Incluso su pequeño nieto fue tratado injustamente.
Acosados y coaccionados por la policía y por los administradores escolares
Desde mediados hasta finales de mayo, Tao Lahuai fue acosada repetidamente por la policía del distrito, el director y subdirector del jardín de infancia, el director del sindicato, el director de gestión integral y otros funcionarios del PCCh, según el informe. Llegaron a su casa e intentaron entrar por la fuerza y la obligaron a firmar un documento, una garantía de que dejaría de practicar Falun Gong y dejaría de hablar de la persecución con otras personas, pero ella se negó a cooperar. El acoso constante causó un gran daño a Tao y su familia.
En un incidente, Tao y su nuera se negaron a abrir la puerta cuando las autoridades se presentaron frente a su casa. Ellas razonaron con la policía y con las autoridades locales desde su balcón en el segundo piso, diciendo: “Estamos cultivando la verdad, la compasión y la tolerancia, y somos buenas personas. No hemos violado la ley. ¿Firmar qué y garantizar qué?» Jin Sufang, el subdirector del jardín de infancia, les gritó: «Si no firman, todos los maestros de todo el jardín de infancia no recibirán bonificaciones». Implicar a otros es una táctica típica utilizada por el PCCh para presionar y perseguir a las personas.
Minghui informó que la policía trató de derribar la puerta y los amenazó diciendo: “¿No la abrirán? ¡Los atraparemos uno por uno tan pronto como salgan! » Un oficial de policía tomó su teléfono móvil para grabar a Tao y a su nuera.
La nuera también sacó su celular para grabar al grupo de policías que intentaban irrumpir en su propiedad gritando. Todos los vecinos salieron a mirar, condenando la actuación ilegal de la policía. Tao y su familia no pudieron salir de su casa durante algún tiempo después del incidente, según el informe.
La escuela ha obligado repetidamente a Tao a firmar los «documentos de garantía» para renunciar a Falun Gong. Los líderes del jardín de infancia instigaron a los empleados, especialmente a los maestros jubilados, en un intento de alimentar la hostilidad y presionar a Tao, diciendo que, si no firmaba los “documentos de garantía”, todos en el jardín de infancia perderían su bonificación.
Suspendieron la inscripción del niño y no reembolsaron las tasas de la matrícula
Según el informe, a fines de agosto, el jardín escolar de la ciudad de Ma notificó a los nuevos estudiantes que se inscribieran. La casa de Tao está a solo 100 metros de la escuela y su nieto de cuatro años cumplió con todos los requisitos de admisión al jardín de infancia. El hijo de Tao hizo fila durante dos días y dos noches para inscribirse y finalmente recibió la confirmación de que el niño había sido admitido. Pagaron toda la matrícula y las tasas por adelantado. Más tarde, recibieron un aviso del jardín de infantes en el grupo de WeChat diciéndoles que el niño fue inscrito en la clase de menores (7).
El 6 de septiembre, el primer día de clases, el hijo y la nuera de Tao llevaron al niño a la escuela. Pero el director de la clase de menores (7) lo rechazó, diciendo: «Su hijo no está en nuestra clase, y nuestra clase no tiene su nombre». El director les dijo entonces que «hablaran con el director y el subdirector del jardín de infancia que están a cargo», según Minghui.
La madre del niño fue a la oficina y habló con el director, Yu Li, quien dijo que su hijo podía comenzar el jardín de infancia solo si ella y su suegra Tao firmaban la declaración de garantía para dejar de practicar Falun Gong y «no difundir rumores religiosos”, decía el informe.
Ella le dijo al director: “Cultivamos la verdad, la benevolencia, la tolerancia y la libertad de creencia. ¿Qué tiene que ver con que nuestro hijo ingrese al jardín de infancia? Ella se negó a obedecer y le dijo al director que demandaría al jardín de infancia. Luego, el director dijo: «No es que no aceptemos a su hijo, es que su inscripción está suspendida».
Ha pasado un mes y la escuela no ha notificado al nieto de Tao que regrese a las clases, además, la matrícula y las cuotas que pagaron no han sido reembolsadas.
Minghui comentó que, en una sociedad civilizada moderna, castigar a «todo el clan» por las acciones de una persona viola los derechos humanos. Si uno es el objetivo de las autoridades, otras personas cercanas a esa persona también podrían ser implicadas y castigadas. La red de «culpables por asociación» que impone el PCCh se extiende al lugar de trabajo, la escuela, la familia, los vecinos, los compañeros de clase, los parientes y los amigos de la víctima. Ha creado una situación aterradora en China en la que todos pueden verse implicados.
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