JOHANNESBURGO— Después de que el gobierno sudafricano solicitara a Taiwán trasladar su oficina de representación oficial fuera de la capital, Pretoria, algunos legisladores estadounidenses condenan la decisión y piden consecuencias.
Chrispin Phiri, portavoz del Departamento de Relaciones Internacionales y Cooperación de Sudáfrica, confirmó a The Epoch Times que «el presidente dejó claro que el gobierno taiwanés debe desalojar sus instalaciones de Pretoria antes de finales de octubre y trasladarse a Johannesburgo o se tomarán medidas para garantizar que así sea».
El 21 de octubre, la senadora Marsha Blackburn (R-Tenn.) posteó en las redes sociales X que Estados Unidos «no debería tolerar este comportamiento de Sudáfrica».
La Sra. Blackburn pidió a la administración Biden «que deje claro que habrá consecuencias si Sudáfrica colabora con el PCCh (Partido Comunista Chino) para intimidar a Taiwán, incluida la retirada de Sudáfrica del programa comercial AGOA».
La senadora dijo que Estados Unidos «no debe proporcionar beneficios comerciales a países que dan prioridad a la influencia de China sobre las asociaciones democráticas».
AGOA es la Ley de Crecimiento y Oportunidades para África, en virtud de la cual 35 países africanos ganan miles de millones de dólares anuales al obtener acceso libre de aranceles a los mercados estadounidenses para miles de productos.
Sudáfrica, la economía preeminente del continente, ha sido el mayor beneficiario de la AGOA desde su promulgación en 2000 por el presidente Bill Clinton.
Las principales exportaciones AGOA exentas de impuestos de Sudáfrica a Estados Unidos son vehículos de motor, productos frescos, minerales y metales, así como textiles y prendas de vestir.
Los comentarios de la senadora Blackburn en X fueron secundados por otros de varios colegas del Congreso.
«Hago un llamado a Sudáfrica y al ministro [sudafricano de Relaciones Internacionales y Cooperación] Ronald Lamola para que den marcha atrás en esta acción equivocada, reevalúen su relación con el PCCh y vuelvan a una verdadera postura de no alineamiento», escribió el republicano tejano y presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Michael McCaul.
El representante McCaul dijo el 22 de octubre a través de X que la acción de Pretoria era el resultado de una «coerción» del PCCh y la describió como una «descarada interferencia en asuntos de otras naciones».
El senador Tom Cotton, legislador republicano por Arkansas, escribió en un posteo en X el 22 de octubre que «la agresión de Sudáfrica contra Taiwán en nombre del Partido Comunista Chino es profundamente perturbadora e inapropiada».
El representante Carlos Giménez, de Florida, instó a «una revisión completa de la relación de Sudáfrica con Estados Unidos por sucumbir a las demandas del PCCh».
«El Congreso de Estados Unidos rechaza el patético intento de Sudáfrica de intimidar a nuestro querido amigo, Taiwán, para que abandone su capital», escribió el representante Gimenez en la plataforma de redes sociales el 22 de octubre.
Funcionarios del gobierno taiwanés afirman que presionarán a Estados Unidos y a otros aliados para resistirse a la «irrazonable demanda» del gobierno sudafricano de trasladar su oficina de enlace a la cercana Johannesburgo.
«China está utilizando a Sudáfrica como proxy en una… guerra para destruirnos», dijo un diplomático taiwanés que pidió el anonimato por no estar autorizado a hablar con los medios.
«Sudáfrica no es más que otro peón utilizado por China para socavar y minimizar la representación internacional de Taiwán».
El diplomático dijo a The Epoch Times que Pretoria, la capital de Sudáfrica, es «donde todas las naciones del mundo tienen misiones diplomáticas», y «Taiwán se negará a cerrar un edificio que nos pertenece legalmente».
«Trasladar nuestra misión a otro lugar no es razonable y perturbará gravemente nuestras actividades en África. Estas actividades dependen de estar cerca de otros consulados, embajadas y diplomáticos internacionales», afirmó.
El papel de China
Varios funcionarios en Pretoria dijeron a The Epoch Times que la administración del presidente Cyril Ramaphosa hizo la solicitud a Taipei el 16 de octubre, tras la presión de China.
China es el mayor socio comercial de Sudáfrica y Pretoria suele referirse a él como un «amigo cercano» y un aliado político.
Taiwán es una república autónoma que mantiene relaciones diplomáticas con Estados Unidos y otras naciones importantes. Beijing reclama Taiwán como territorio propio, amenazando a menudo con anexarlo por la fuerza.
Washington considera a Taiwán un baluarte democrático contra la expansión y la agresión militar chinas en el Indo-Pacífico.
La región comprende 40 países que albergan el 65% de la población mundial y se espera que representen la mitad del Producto Interno Bruto mundial en 2040.
«El Indo-Pacífico es, por tanto, de extrema importancia geoestratégica para Estados Unidos y sus socios occidentales», afirmó Lizza Bomassi, analista del Instituto de Estudios de Seguridad de la Unión Europea.
«Taiwán es esencial para el objetivo estadounidense de impedir que el Indo-Pacífico sea controlado por China».
Según declaró a The Epoch Times, el presidente Joe Biden tiene «un apoyo muy agresivo a Taiwán». Así que la última provocación de Sudáfrica a Taiwán no ha sentado muy bien en Washington».
En 2022, Biden dijo que estaba dispuesto a enviar tropas estadounidenses para defender Taiwán en caso de que China invadiera la isla.
La petición de Pretoria se produjo mientras los principales representantes de Ramaphosa se reunían con sus homólogos chinos en Rusia, en la cumbre del BRICS, con las principales economías emergentes, y poco después de que Beijing realizara maniobras militares en torno a Taiwán.
Al parecer, las fuerzas chinas utilizaron «fuego real» en el estrecho de Taiwán y se centraron en ejercicios que simulaban la invasión de puertos taiwaneses.
Esto llevó a Estados Unidos, Canadá y Alemania a enviar buques de guerra al Mar de China Meridional en una muestra de apoyo a Taiwán.
Diferentes voces en Sudáfrica
El portavoz Phiri, del departamento de relaciones internacionales de Sudáfrica, declaró a The Epoch Times que ni la reunión del BRICS ni las maniobras militares de China «están remotamente relacionadas» con la cuestión de la presencia de Taiwán en Pretoria.
«Reubicar lo que se rebautizará como oficinas comerciales tanto en Taipei como en Johannesburgo será un fiel reflejo de la naturaleza no política y no diplomática de la relación entre la República de Sudáfrica y Taiwán», declaró Phiri.
«La oficina comercial estará situada en Johannesburgo, el centro económico de Sudáfrica. Esto también se ajusta a la práctica diplomática habitual de que las capitales sean las sedes de las embajadas y altos comisionados extranjeros».
«Debo subrayar una vez más que Taiwán nunca ha tenido un consulado oficial en Pretoria».
Emma Powell, representante de Asuntos Exteriores de la Alianza Democrática (DA) sudafricana, declaró a The Epoch Times que su organización «luchará» para mantener la oficina de Taiwán en Pretoria.
La DA, prooccidental, junto con el Congreso Nacional Africano (ANC por sus siglas en inglés) de Ramaphosa, son los principales socios de un frágil gobierno de coalición.
Tras unas elecciones a finales de mayo en las que los votantes castigaron al ANC por décadas de corrupción, decadencia económica y crímenes violentos, perdió la mayoría absoluta de la que disfrutaba desde 1994.
«El ANC se está comportando como si todavía tuviera un poder sin control en el Gobierno», dijo Powell. «Recordamos al presidente Ramaphosa que su departamento de relaciones internacionales ya no tiene libertad para determinar unilateralmente las posiciones de Sudáfrica en política exterior».
«La DA aprovechará su posición para garantizar un enfoque basado en el consenso para definir el interés nacional y determinar la forma en que Sudáfrica navega por cuestiones geopolíticas complejas.»
El ANC se ha beneficiado de estrechos vínculos con el PCCh desde la década de 1950.
El PCCh respaldó la lucha del ANC contra el apartheid con dinero y armas, y muchos dirigentes del partido recibieron formación militar y educación en China.
Cuando Nelson Mandela, líder del ANC, fue elegido presidente tras la primera votación multirracial de Sudáfrica en 1994, afirmó que deseaba mantener «relaciones cordiales» tanto con China como con Taiwán.
Derek Hanekom, ministro del gobierno de Mandela entre 1994 y 1999, declaró a The Epoch Times: «El Sr. Mandela resistió las presiones de Pekín y de su propio partido para rebajar las relaciones con Taiwán».
Pero en 1997 aceptó, con dificultad, recortar el reconocimiento diplomático de Taiwán en favor de la República Popular China.
Sin embargo, el ministro insistió en que se permitiera a Taiwán mantener una misión en Pretoria.
Una embajada de facto
Esta se llamó Oficina de Enlace de Taipei en Sudáfrica, pero funciona como una embajada de facto.
Funcionarios taiwaneses lo confirmaron, afirmando que la oficina de Pretoria expide visados, facilita el comercio y realiza gestiones oficiales entre Sudáfrica y Taiwán.
Un funcionario dijo que también utilizan la oficina para «gestionar un programa de ayuda humanitaria que proporciona alimentos y servicios sanitarios en comunidades pobres de Sudáfrica».
La Agencia Central de Noticias de Taiwán (CNA) citó recientemente al ministro de Asuntos Exteriores, Lin Chia-lung, afirmando que si Taiwán se viera obligado a abandonar sus instalaciones en Pretoria, consideraría la posibilidad de tomar represalias.
La CNA informó de que estas contramedidas podrían incluir que Taiwán exigiera a Sudáfrica que trasladara su oficina de representación fuera de Taipei y que fuera «más restrictiva» a la hora de expedir visados de turismo y trabajo a los sudafricanos.
Según la agencia, 5000 sudafricanos que enseñan inglés en Taipei podrían verse afectados.
El Departamento de Comercio e Industria de Sudáfrica, el país exportó bienes a Taiwán, incluyendo carbón, grano y automóviles, por valor de cerca de 1000 millones de dólares en 2023.
Powell, representante de la Alianza Democrática de Sudáfrica, dijo que, dada la contribución económica de Taiwán al país, «es fundamental que Taiwán siga disfrutando de representación consular y comercial dentro de nuestro país sobre la misma base que lo ha hecho durante los últimos 30 años».
También expresó su preocupación porque la «disputa» de Sudáfrica con Taiwán provoque un «deterioro» aún mayor de las relaciones de Pretoria con Washington.
«Bajo el ANC nos hemos acercado a todos los enemigos de Estados Unidos, como China, Rusia e Irán», dijo Powell. «Entablar una pelea con un Taiwán que cuenta con el apoyo de Estados Unidos no solo es moralmente incorrecto, sino que tampoco es un buen negocio».
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