Un legislador del Reino Unido quiere que el gobierno revele si alguna universidad británica financiada por el gobierno está colaborando con sus pares chinos en la investigación de trasplantes de órganos. La solicitud del legislador hace parte de los últimos esfuerzos para combatir la sustracción forzada de órganos por parte de Beijing.
La solicitud formal de Lord David Alton de Liverpool, presentada el 9 de mayo, se produjo menos de una semana después de que un grupo de legisladores estadounidenses instaran a la administración Biden a buscar pruebas de primera mano para ayudar a sancionar a los responsables de la sustracción forzada de órganos por parte de Beijing.
Citando esa carta en la plataforma de redes sociales X, Alton dijo que había solicitado detalles de investigaciones médicas realizadas por universidades británicas que recibieron fondos del gobierno en colaboración con sus homólogos chinos. Específicamente, quería saber si alguna de las investigaciones estaba relacionada con los trasplantes de órganos.
La evidencia ha aumentado desde que The Epoch Times dio la noticia por primera vez a principios de la década del 2000, revelando que el régimen chino estaba sustrayendo por la fuerza órganos a prisioneros de conciencia detenidos.
Esa acusación fue confirmada en 2019 cuando un tribunal independiente con sede en Londres, después de una investigación de un año, concluyó que la sustracción forzada de órganos había tenido lugar en China durante años “en una escala significativa”.
Las principales víctimas, concluyó el tribunal, son practicantes encarcelados de Falun Gong, una disciplina de meditación que ha sido objeto de amplias campañas de persecución por parte del régimen desde 1999.
Su sentencia final, publicada en marzo de 2020 y que incluye 300 páginas de testimonios y presentaciones de testigos, no encontró “ninguna evidencia de que se haya detenido la práctica” de sustracción ilegal de órganos.
El grupo de legisladores estadounidenses escribió al Secretario de Estado Antony Blinken a principios de este mes, exigiendo que la administración Biden dé prioridad a la interrupción de la sustracción forzada de órganos mediante la búsqueda de pruebas de primera mano a través de los programas de recompensas del Departamento de Estado.
“La sustracción forzada de órganos es una atrocidad y la interrupción y disuasión de esta práctica debería ser una prioridad del Departamento de Estado”, escribió en la carta el grupo, que incluye al representante estadounidense Chris Smith (R-N.J.) y al senador Marco Rubio (R-Fla.).
«Conseguir que la RPC rinda cuentas y aborde plenamente las pruebas de extracción forzada de órganos será fundamental para poner fin a esta horrible práctica y promover, a largo plazo, el establecimiento de un sistema de donación de órganos verdaderamente voluntario», escribieron los legisladores, utilizando las siglas del nombre oficial de China, República Popular China.
Su solicitud se produjo en medio de crecientes esfuerzos de los legisladores en Washington, Bruselas y otros países para evitar que sus residentes participen en “turismo de órganos” a China y, por lo tanto, se conviertan en cómplices del crimen.
Con la práctica, respaldada por el Estado chino, de sustracción forzada de órganos, los hospitales chinos podrían ofrecer órganos compatibles en tan solo unos días (algo inaudito en cualquier país que dependa de un sistema de donación voluntaria), atrayendo a pacientes extranjeros que viajan a China para operaciones que les salvarán la vida.
En Estados Unidos, tres estados han promulgado leyes para garantizar que los residentes no sean cómplices, sin saberlo, del abuso de trasplantes del régimen. Los legisladores de Arizona están presionando para que se apruebe una legislación similar para combatir esta práctica.
En marzo de 2023 se aprobó por abrumadora mayoría en la Cámara de Representantes la Ley Bipartidista para Detener la Sustracción Forzada de Órganos, que pretende castigar a quienes facilitan estos abusos.
El Parlamento Europeo aprobó una resolución en 2022 condenando la sustracción forzada de órganos “persistente, sistemática e inhumana” en China. Una resolución separada, aprobada en enero, llamó a la Unión Europea y sus estados miembros a “condenar públicamente los abusos de trasplantes de órganos en China” al tiempo que exigía que Beijing pusiera fin de inmediato a la brutal campaña de persecución contra Falun Gong.
En Gran Bretaña, la Cámara de los Comunes también adoptó una enmienda a su ley de bioética en 2022, cuyo objetivo era impedir que los pacientes británicos que esperaban órganos viajaran a China para recibir trasplantes.
La preocupación por la sustracción forzada de órganos en Beijing ha llevado a la Sociedad Internacional para el Trasplante de Corazón y Pulmón a dejar de aceptar investigaciones sobre trasplantes de órganos procedentes de China.
Un grupo de profesionales médicos y defensores, liderados por el Dr. Adnan Sharif, cirujano británico de trasplantes de riñón, pidió a las sociedades mundiales de trasplantes que sigan el ejemplo de la asociación de trasplantes.
“Si bien [el] intercambio internacional de conocimientos, habilidades y experiencia ha sido un sello valioso de la donación y el trasplante de órganos, la colaboración con un programa de trasplantes está manchada con evidencia creíble de prácticas de trasplantes poco éticas que [equivalen] a crímenes contra la humanidad en relación con los donantes de órganos”, escribieron en un artículo publicado en The Journal of Heart and Lung Transplantation en 2022.
Eva Fu contribuyó a este informe
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