Panel del gobierno de EE.UU. llama la atención sobre ciudadanos chinos condenados por su fe

Por Danella Perez Schmieloz
30 de junio de 2023 2:05 PM Actualizado: 01 de julio de 2023 12:53 PM

Un legislador republicano y un panel del gobierno estadounidense llaman la atención sobre dos ciudadanos chinos condenados a prisión como parte de la persecución del Partido Comunista Chino (PCCh) contra la práctica espiritual Falun Gong.

Zhou Deyong y Liu Aihua, ambos familiares de residentes en Estados Unidos y víctimas de la represión de la libertad de creencia por parte del régimen, forman parte ahora de las bases de datos estadounidenses que documentan a los presos de conciencia en China.

«Si permanecemos en silencio ante estas transgresiones, lo hacemos en riesgo de la sociedad civil. Debemos seguir presionando para obligar al PCCh a conceder a su pueblo los derechos humanos fundamentales, incluido el derecho de culto», declaró a The Epoch Times el representante republicano Gus Bilirakis, defensor de Zhou en el marco del Proyecto de Defensa de las Libertades.

Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual que incluye ejercicios de meditación y enseñanzas morales basadas en tres principios fundamentales: verdad, benevolencia y tolerancia. La práctica ganó popularidad en China durante la década de 1990, y se calcula que el número de practicantes oscila entre 70 y 100 millones.

El régimen comunista ateo, temiendo que el número de practicantes supusiera una amenaza para su control autoritario, inició el 20 de julio de 1999 una amplia campaña para erradicar la práctica, un programa que continúa en la actualidad. Desde entonces, millones de personas han sido detenidas en prisiones, campos de trabajo y otras instalaciones, y cientos de miles han sido torturadas durante su encarcelamiento, según el Centro de Información sobre Falun Dafa.

El Proyecto para la Defensa de las Libertades —promovido por la Comisión de Derechos Humanos Tom Lantos junto con la Comisión Estadounidense para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF, por sus siglas en inglés) y Amnistía Internacional Estados Unidos—pretende poner de relieve los abusos contra los derechos humanos defendiendo a los presos de conciencia de todo el mundo.

Bilirakis —que ya se ha pronunciado anteriormente contra la persecución de los practicantes de Falun Gong— ha decidido ahora abogar por la libertad de Zhou añadiendo su caso a la base de datos y enviando una carta a los funcionarios chinos exigiendo su «liberación incondicional».

«La comunidad internacional tiene la obligación de hablar en nombre de aquellos cuyas voces, como la de Zhou, han sido silenciadas durante demasiado tiempo», declaró Bilirakis, que también es copresidente del Grupo de Libertad Religiosa Internacional en el Congreso.

«Está claro que el PCCh intenta dar un escarmiento al señor Zhou simplemente por mantenerse fiel a su fe», añadió.

Zhou, ingeniero geólogo que trabaja en el segundo mayor yacimiento petrolífero de China, fue condenado a ocho años de cárcel el 20 de abril, junto con una multa de 100,000 yuanes (unos 14,506 dólares estadounidenses), tras dos años de detención, durante los cuales su esposa y su hijo, que viven en Florida, apenas tuvieron información sobre su bienestar. Tanto su esposa como su hijo practican Falun Gong.

Fue detenido inicialmente en la provincia de Shandong en abril de 2021. Se realizó una redada en su casa, donde las autoridades encontraron material relacionado con Falun Gong que supuestamente pertenecía a su esposa, que también había sido detenida en China por sus creencias.

El caso de Zhou figura ahora en la Base de Datos de Presos Políticos de la Comisión Ejecutiva del Congreso sobre China (CECC, por sus siglas en inglés).

Liu Aihua, de 69 años, fue condenada a cuatro años de prisión por distribuir y poseer material relacionado con Falun Gong. Antes de eso, había sufrido 11 detenciones y pasado unos ocho años en diversos centros de detención.

Su caso se añadió recientemente a la Lista de Víctimas de la Libertad de Religión o Creencia del USCIRF. Esta base de datos registra víctimas de encarcelamiento, detención, desaparición, tortura, arresto domiciliario y renuncia forzada a la fe en todo el mundo.

A la familia de Liu se le ha prohibido visitarla desde julio de 2022, sin que se sepa nada de su bienestar. Su esposo —que también practicaba Falun Gong— murió en 2009 debido a una insuficiencia renal derivada de años de tortura mientras estuvo detenido en una prisión china a causa de su fe.

Liu Aihua, en la ciudad de Liuzhou, provincia de Guangxi, China, en 2007. Liu fue condenada a cuatro años de prisión en China por su fe en marzo de 2023. (Cortesía de Steven Wang)

Acusados de practicar su fe

Zhou y Liu fueron acusados de «utilizar organizaciones religiosas heréticas para socavar la aplicación de la ley» (artículo 300 de la Ley Penal china), delito que el PCCh utiliza habitualmente para reprimir la libertad de religión.

Bajo el régimen del PCCh, en China se reconocen oficialmente cinco religiones: Budismo, Taoísmo, Catolicismo, Protestantismo e Islam. Siete organizaciones controladas por el estado presiden oficialmente estas comunidades religiosas, asegurándose de que sean «patrióticas» y «políticamente leales al PCCh».

El régimen chino utiliza el término «organizaciones religiosas heréticas» —a menudo traducido como «sectas»— para estigmatizar y perseguir a las religiones o creencias que no sucumben al control del PCCh. Esta etiqueta, más la falta de especificidad del delito de «socavar la aplicación de la ley», coloca la libertad de creencia en una posición de extrema vulnerabilidad.

Además, el régimen chino carece de mecanismos que garanticen la independencia judicial, ya que el poder legislativo, la Asamblea Popular Nacional, crea y supervisa el poder judicial (artículo 3 de la Constitución china) y nombra a los jueces, que a menudo son exmiembros del Partido.

Estos factores permiten al PCCh suprimir las confesiones independientes como decisión política, convirtiendo el derecho a la libertad de creencia en una ilusión.

Cuando se le preguntó sobre este tema, Bilirakis dijo: «Ninguna persona debe ser jamás intimidada, obligada a abandonar su patria ancestral, encarcelada o asesinada a causa de sus creencias.

«Estados Unidos y nuestros aliados deben enviar un mensaje firme e inquebrantable en defensa de los derechos humanos básicos y de la protección de todas las personas. El derecho de culto y la libertad de creencias deben protegerse en todo el mundo».

Con información de Sherry Dong y Eva Fu.


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