La matanza auspiciada por el estado chino para obtener órganos es “aborrecible”, y Estados Unidos debe tomar la iniciativa para ponerle fin, declaró el representante Scott Perry (R-Pa.).
“Es una práctica aborrecible, es un ultraje, y no puede tolerarse», dijo a The Epoch Times. “Tiene que haber consecuencias y responsabilidad”.
El Sr. Perry quiere que su proyecto de ley, la Ley de Protección a Falun Gong (H.R. 4132), sea un impulso para el cambio.
Falun Gong —una disciplina espiritual que enseña los valores de verdad, benevolencia y tolerancia, junto con una práctica completa de meditación— es uno de los principales objetivos de los abusos del régimen en materia de trasplante de órganos a escala industrial. Durante los últimos 24 años, el Partido Comunista Chino (PCCh) ha llevado a cabo una brutal persecución contra el grupo.
Centrándose en estos abusos, el proyecto de ley del Sr. Perry (pdf) pretende imponer sanciones a las personas cómplices y prohibir su presencia en Estados Unidos. También convertiría en política estadounidense evitar la cooperación con la China comunista en el campo del trasplante de órganos, tomar las medidas necesarias para obligar al régimen a poner fin a los abusos y trabajar con aliados e instituciones multilaterales para poner de relieve la persecución a Falun Gong y coordinar los esfuerzos para sancionar al régimen
El Sr. Perry vio la persecución a Falun Gong como un «genocidio desde el punto de vista de un sistema de creencias diferente».
El régimen, dijo, ha “utilizado las tácticas de otros regímenes dictatoriales y totalitarios en el pasado para demonizar y deshumanizar a sus oponentes políticos”.
«Así que puede que todos sean chinos, de origen chino, pero por sus creencias están perdiendo la vida y están siendo torturados por su fe, lo que es inaceptable».
Cortar los lazos en materia de trasplantes de órganos es crucial, según Perry.
«La gente debe ser consciente de lo que está ocurriendo», afirmó. «Estamos en el siglo XXI —no pueden simplemente voltear la cabeza hacia otro lado y seguir actuando como si la relación que mantienen con miembros del partido comunista de China, o con China directamente, fuera apropiada mientras hacen estas cosas».
El Sr. Perry dijo que quiere asegurarse de que aquellos involucrados en la sustracción forzada de órganos “en cualquier forma” rindan cuentas.
“Todos deben estar al tanto. No solo los funcionarios comunistas en China, sino también aquellos que estarían operando en Estados Unidos de América”, así como “las empresas estadounidenses que estarían tratando de participar y beneficiarse de estas ganancias mal habidas».
Entrenar a los cirujanos del PCCh en el trasplante de órganos o suministrarles productos farmacéuticos o conocimientos médicos, dijo, son «parte integral del crimen en sí».
Creciente rechazo
En Estados Unidos, el tema de la sustracción forzada de órganos ha suscitado cada vez más interés.
Texas promulgó en junio una ley para prohibir a las aseguradoras de salud financiar cirugías de trasplante de órganos vinculadas a China. En marzo, la Cámara aprobó un proyecto de ley para castigar a los perpetradores de la sustracción forzada de órganos imponiendo sanciones de bloqueo de bienes y visa, revocando sus pasaportes e imponiendo multas y sanciones penales, que ahora espera la aprobación del Senado.
El Sr. Perry se mostró satisfecho por estos avances.
«Los estados van casi siempre por delante del gobierno federal a la hora de reconocer las circunstancias que deben abordarse», afirmó.
Y, ya sea en los frentes diplomático, de gobierno, económico o de ocio, la relación con China no puede seguir como siempre, dijo.
“No podemos seguir actuando como si no estuvieran sucediendo, y no podemos seguir comportándonos de la misma manera, porque sería una aprobación tácita de estos hechos, y eso simplemente no puede ser”.
Otros legisladores también están presionando para que Estados Unidos tome más medidas.
El 27 de junio, los representantes Neal Dunn (R-Fla.) y Michelle Steel (R-Calif.) escribieron una carta al secretario de Estado Antony Blinken instando a su departamento a “tomar medidas inmediatas” para impedir que los participantes en la industria de sustracción forzada de órganos del PCCh obtengan estatus migratorio.
“Los relatos de primera mano que he escuchado de víctimas y sobrevivientes de las acciones inhumanas del PCCh son nada menos que horribles”, dijo el Sr. Dunn. “Cualquier profesional de la salud chino que participe en la sustracción de órganos está cometiendo crímenes contra la humanidad”.
Un portavoz del Departamento de Estado dijo a The Epoch Times: “Estamos profundamente preocupados por los reportes de sustracción forzada de órganos dirigidos a miembros de grupos religiosos y de minorías étnicas detenidos en la República Popular China (RPC)».
«Estados Unidos sigue pidiendo al gobierno de la RPC que ponga fin a sus depravadas acciones y actúe en consonancia con sus compromisos en materia de derechos humanos y todas las normas médicas y éticas pertinentes y las mejores prácticas, incluida la actuación en el mejor interés del paciente, el consentimiento informado y el respeto a la persona», dijo el portavoz, agregando que Estados Unidos «trata de garantizar que las personas que están o han estado implicadas en las violaciones y abusos a los derechos humanos no obtengan refugio seguro en Estados Unidos».
El funcionario citó «una serie de motivos de inelegibilidad para la visa» potencialmente aplicables a las personas «que están o han estado involucradas en la sustración y el trasplante de órganos bajo coacción».
Crear conciencia
El Sr. Perry también se refirió a una declaración de la Asociación Estadounidense de Médicos y Cirujanos que condena la sustracción forzada de órganos y llama a los funcionarios y médicos estadounidenses a adoptar una postura contra el abuso.
“Ha estado sucediendo durante demasiado tiempo y no ha cautivado la atención del mundo libre como debería, pero debemos continuar trabajando todos los días para llevar esto a la conciencia de las personas libres y de todas las personas del mundo de que esto está ocurriendo en el siglo XXI”, dijo.
«Creo que cuando la mayoría de los estadounidenses estén informados de ello, se verán en la tesitura de tener que decir: ‘No formaré parte de esto’, y esa es la cuestión».
Él considera el proyecto de ley, que ahora avanza hacia el pleno de la Cámara después de recibir el apoyo bipartidista en el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara, como una oportunidad para generar más conciencia sobre el tema.
“No permitirías esto en tu familia, no permitirías esto entre tus amigos o en tus negocios. No puede permitirse a gran escala solo porque se trate de otro país. El primer paso es reconocer que está ocurriendo, y ahí es hacia donde nos dirigimos”.
«Sería estupendo que se celebrara una audiencia y se votara en el Senado. Pero si no es así, seguiremos insistiendo hasta que se haga, porque, como he dicho, la práctica es inaceptable. Es aborrecible, es bárbara, es medieval, y debe cesar inmediatamente. Y Estados Unidos tiene que tomar la iniciativa, porque desde luego no podemos contar con que el Partido Comunista de China lo haga».
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