Un grupo de 29 miembros parlamentarios (MPs) del Parlamento unicameral lituano y un miembro lituano del Parlamento Europeo (EPP—Partido Popular Europeo) enviaron una carta al líder chino Xi Jinping condenando y expresando su preocupación por la persecución religiosa llevada a cabo actualmente en China, y pidiendo a Xi que le ponga fin.
En una carta publicada el 10 de diciembre en Facebook, el autor diputado Mantas Adomenas y los firmantes expresaron su preocupación por «la violenta ‘sinización’ de las religiones llevada a cabo por el Partido Comunista Chino», afirmando que «colocar la ideología comunista y la obediencia al estado comunista por encima de los imperativos de la fe y la conciencia» es una violación de «la libertad de religión y de conciencia, uno de los derechos humanos fundamentales».
Los diputados expresaron su indignación por la horrible persecución de los musulmanes uigures, el encarcelamiento de «más de un millón de uigures en campos de prisioneros» y por ponerlos bajo «vigilancia total».
Los firmantes también protestaron contra la opresión de los tibetanos y los esfuerzos deliberados del Partido Comunista Chino por «borrar [su] fe, modo de vida e identidad nacional tradicionales».
Los legisladores que firmaron la carta también condenaron «la persecución, el encarcelamiento, la tortura y la barbárica matanza por la sustracción de órganos de los practicantes de Falun Dafa (también conocido como Falun Gong)».
Ellos condenaron la persecución, el encarcelamiento y la prohibición de otras prácticas religiosas, incluyendo la Iglesia Católica, la Iglesia de Dios Todopoderoso, e incluso las prácticas realizadas en privado.
Falun Dafa es una práctica espiritual tradicional que consiste en ejercicios suaves de meditación y una filosofía moral centrada en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. La práctica se hizo ampliamente popular en China y en el extranjero durante la década de 1990 y para 1999, de acuerdo con los informes oficiales, habían de 70 a 100 millones de personas practicando Falun Dafa en China. Además, como informó The Washington Post en 1999, mucha gente influyente en el partido, el gobierno y el ejército practicaba Falun Dafa.
Sin embargo, en el verano de 1999, el exlíder del Partido Comunista Jiang Zemin ordenó que la práctica de Falun Dafa fuera eliminada.
Como resultado, cientos de miles, posiblemente millones, de practicantes de Falun Dafa han sido detenidos ilegalmente en campos de trabajo, centros de detención, cárceles negras y prisiones estatales, donde la tortura, el abuso y la muerte ocurren rutinariamente. De acuerdo con los informes del Departamento de Estado y la Comisión Ejecutiva del Congreso de los Estados Unidos en China, los practicantes de Falun Dafa constituyen la población más grande de prisioneros de conciencia en China y a menudo son el grupo peor tratado.
Múltiples investigadores independientes estiman que posiblemente cientos de miles de practicantes de Falun Dafa han sido asesinados para que sus órganos vitales puedan ser sustraídos y vendidos para trasplantes de órganos, un negocio lucrativo en China.
En junio de 2019, un tribunal independiente en Londres, presidido por Sir Geoffrey Nice QC (Consejero de la Reina), quien trabajó en el Tribunal Penal Internacional y dirigió el enjuiciamiento de Slobodan Milosevic, concluyó en su sentencia final que «la sustracción forzada de órganos se ha cometido durante años en toda China a una escala significativa y que los practicantes de Falun Dafa han sido una, y probablemente la principal, fuente de suministro de órganos», y la práctica continúa al día de hoy.
Los investigadores independientes David Kilgour, Ethan Gutmann y David Matas concluyeron en su informe que los practicantes de Falun Dafa no son las únicas víctimas de esta sustracción forzada de órganos aprobada por el estado.
«El Partido Comunista Chino ha involucrado al Estado en la matanza masiva de inocentes, principalmente practicantes de Falun Dafa, una práctica espiritual de ejercicios, pero también uigures, tibetanos y selectos cristianos de iglesias caseras, con el fin de obtener órganos para trasplantes», dice el informe.
Los legisladores piden a Xi Jinping que reconozca el derecho a la libertad de religión, tal como se afirma en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, y que ponga fin de inmediato a la persecución de todas las religiones y «libere a los prisioneros de conciencia de todas las religiones».
La carta fue presentada a la Embajada de la República Popular China en Vilnius, Lituania, el 11 de diciembre.
Entre los 29 miembros del Parlamento Lituano que firmaron la carta, 17 pertenecen a la Unión de la Patria—Grupo Político Demócrata Cristiano de Lituania, el grupo parlamentario de la oposición, 5 a otros grupos políticos de la oposición, 2 al Grupo Político de la Unión de Agricultores y Verdes de Lituania —el partido gobernante— y 5 parlamentarios no afiliados.
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