Los legisladores republicanos criticaron la postura de la Administración Biden sobre la China comunista tras la llamada telefónica que mantuvieron el jueves el presidente Joe Biden y el líder del régimen, Xi Jinping.
Durante la llamada, que duró dos horas y 17 minutos, los dos líderes intercambiaron opiniones sobre una serie de temas que van desde el cambio climático, la guerra de Ucrania, hasta Taiwán, según altos funcionarios de la administración estadounidense.
Biden también habló con Xi sobre los aranceles a productos chinos por valor de más de 300,000 millones de dólares impuestos por el expresidente Donald Trump, que Biden está considerando levantar como parte de los esfuerzos para frenar la inflación desenfrenada.
Pero un alto funcionario de la administración dijo que durante la llamada Biden no compartió ninguna medida que pudiera tomar. El presidente planteó sus «principales preocupaciones con las prácticas económicas injustas de China, que perjudican a los trabajadores estadounidenses y dañan a las familias estadounidenses», dijo el funcionario.
Cuando se le preguntó sobre los posibles recortes arancelarios a China, el senador Ted Cruz (R-Texas) criticó a la administración por su postura blanda con los adversarios de Estados Unidos.
«Joe Biden y los demócratas son los mejores amigos que ha tenido la China comunista», dijo el senador a NTD, el medio asociado de The Epoch Times.
«Todos los enemigos de Estados Unidos son hoy más fuertes de lo que eran», dijo Cruz, refiriéndose al régimen chino y a Rusia, calificando los enfoques de los demócratas como «debilidad, apaciguamiento, rendición».
The Epoch Times solicitó comentarios a la Casa Blanca.
«Victoria» para Xi
La llamada del jueves es la quinta conversación de este tipo entre Biden y Xi. Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que la conversación fue «sincera», aunque no mencionaron avances concretos en una serie de asuntos que han provocado que los ya tensos lazos entre China y Estados Unidos se hayan deteriorado hasta su punto más bajo en décadas.
Sin embargo, el senador Marco Rubio (R-Fla.) caracterizó la llamada en sí como una señal de victoria para el líder del Partido Comunista Chino (PCCh) cuando se enfrenta a problemas en el país.
«La llamada telefónica en sí misma es una victoria para Xi, que se enfrenta a una verdadera presión política en vísperas del 20º Congreso del Partido y al creciente descontento en todo el país», dijo Rubio el jueves.
El líder chino busca un tercer periodo de cinco años sin precedentes durante la reunión del Partido en otoño, pero su política de cero COVID ha planteado nuevos retos.
Las estrictas medidas de control del COVID-19 han llevado a Shanghái y a otras ciudades chinas a repetidos cierres, alimentando la ira de la población y ralentizando la economía. La tasa de desempleo juvenil alcanzó un récord en el segundo trimestre.
Mientras el líder del PCCh se ve sometido a la presión interna, el senador pidió al gobierno de Biden que endurezca su postura frente a Beijing.
«Bajo ninguna circunstancia debe el presidente Biden renunciar a ningún arancel, mendigar a Beijing petróleo refinado o alabar los falsos compromisos climáticos de Xi», dijo Rubio.
La senadora Marsha Blackburn (R-Tenn.) también se sumó a las críticas el jueves.
«Xi Jinping es un tirano, y el presidente Biden debería ignorarlo», dijo Blackburn en Twitter.
Con información de NTD.
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