El hombre que puso sus pies sobre el escritorio de la oficina de Nancy Pelosi (D-Calif.), durante la irrupción al Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero, fue liberado de la cárcel en espera de un juicio.
El martes, un juez consideró que Richard Barnett no es lo suficientemente peligroso como para permanecer en la cárcel mientras espera el juicio por participar en los eventos del 6 de enero en el Capitolio. Barnett será liberado de regreso a Arkansas y tendrá que permanecer con un localizador GPS.
El juez Christopher «Casey» Cooper, al anunciarle a Barnett su reclusión domiciliaria, dijo: “La idea de que los sucesos del 6 de enero fueron una protesta social legítima o excusable contra las élites gobernantes o, peor aún, una reacción a que algunas personas de la sociedad se sientan injustamente víctimas del racismo es, en una palabra, absurda”, según los periodistas que estuvieron presentes en la audiencia. Cooper dijo que Barnett debería considerar su liberación como «una prueba».
Barnett fue acusado de un delito grave: entrar al Capitolio con un arma peligrosa. También está acusado por introducir una pistola paralizante en el edificio. El hombre enfrenta cargos de delitos menores de entrada ilegal a un edificio restringido, conducta desordenada y robo.
Los fiscales han dicho que podría enfrentar seis años de prisión si es declarado culpable de todos los cargos. Barnett se ha declarado inocente.
El abogado de Barnett, Joseph D. McBride, le dijo a CNN el miércoles que no se han llevado a cabo discusiones sobre una declaración de culpabilidad y que Barnett no tiene interés en una oferta preliminar de los fiscales para un acuerdo de culpabilidad.
«En este momento, estamos a la espera de recibir más información del Gobierno y queremos ir a juicio. Si se produce una oferta aceptable de aquí en adelante, la consideraremos debidamente», dijo McBride en la entrevista.
McBride dijo que las acciones de Barnett el 6 de enero son consistentes con su personalidad «bromista» o de “hombre divertido».
«Mi cliente entiende que sus declaraciones y que (…) la nota que supuestamente dejó fue de mal gusto», le dijo a CNN.
Explicando por qué se sentó en el escritorio de Pelosi, el abogado agregó que “el Sr. Barnett es un hombre divertido. Es un bromista, no tiene un sentido realmente claro de los límites. Si pudiera retractarse, probablemente lo haría. Pero no podemos deshacer lo que hizo».
En los últimos días, el trato que han recibido algunos de los detenidos por la irrupción al Capitolio ha recibido las críticas de dos importantes demócratas.
Los senadores Elizabeth Warren (D-Mass.) y Dick Durbin (D-Ill.) expresaron su preocupación la semana pasada por varias docenas de detenidos el 6 de enero que están recluidos en régimen de aislamiento.
«El confinamiento solitario es una forma de castigo que es cruel y psicológicamente dañino», dijo Warren en una entrevista con Politico. «Y estamos hablando de personas que aún no han sido condenadas por nada».
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