El político conservador nicaragüense Noel Vidaurre se mostró seguro este jueves en Miami que la presión nacional e internacional va hacer que las elecciones previstas en Nicaragua para 2021 se celebren y auguró que el «dictador» Daniel Ortega será «desalojado del poder» por esa vía.
La violencia no es «una opción viable», «no queremos más sangre», dijo a Efe Vidaurre, quien defiende la idea de un bloque de centro derecha que no haga alianzas con fuerzas de izquierda ni sandinistas disidentes de cara a esos comicios y dice tener el apoyo del Partido Conservador.
A su juicio, para Ortega es «imperativo» convocar esas elecciones y permitir que «sean libres y transparentes», porque de lo contrario se arriesga, entre otras sanciones, a la expulsión de Nicaragua del Tratado de Libre Comercio de EE.UU. con Centroamérica y el Caribe (CAFTA-DR), sin el cual «el país se hundiría en un día».
Vidaurre se encuentra en Miami, donde se está reuniendo con exiliados nicaragüenses y dando a conocer la situación de su país y su proyecto «Avanza República».
El exdiputado señaló que el índice de desempleo en Nicaragua es del 40 % y si las 135.000 personas que trabajan en las zonas francas creadas en virtud del CAFTA-DR se quedaran en la calle, la economía colapsaría.
Si la Unión Europea, que «no ha sancionado hasta ahora a Ortega», tomara medidas similares en relación con su acuerdo con Nicaragua, el «bloqueo» sería total.
Preguntado por el efecto que tendría en Nicaragua un cambio político en Venezuela, afirmó que si ese país llegara a tener pronto un Gobierno democrático sería «un avance muy importante», pues cambiaría el animo «de los que están en el Gobierno (en Managua) y de los que no lo están».
También dijo que si Ortega «se robase las elecciones» de 2021 como dijo que quiso hacer el ahora expresidente Evo Morales en Bolivia, los nicaragüenses saldrían a la calle para «demandar el cambio».
«Estamos hastiados del sandinismo y del socialismo del siglo XXI», de una «estafa» que solo ha significado «sangre, luto, miseria, corrupción, piñata (reparto de bienes y propiedades), represión, tortura y cárcel», subrayó Vidaurre.
En las elecciones de 2016 «el 75 % de los nicaragüenses no salimos a votar porque eran fraudulentas», pero en 2021 si hay garantías votarán y expresará su «repudio al sandinismo» en las urnas, aseveró.
A su juicio, lo que se libra en Nicaragua es una «lucha ideológica entre derecha e izquierda, entre el bien y el mal, la verdad y la mentira, la justicia y la injusticia y el progreso y la destrucción».
Por eso, defiende que una unión del centro derecha como la que él propone y que, según dijo, ya tiene nombre, «Avanza República», no puede ir en las elecciones de 2021 de la mano de políticos que alguna vez fueron sandinistas y ahora se dicen disidentes.
Solo lo haría, precisa, si pidieran perdón al pueblo nicaragüense y si devolvieran el dinero que se llevaron «con la piñata», como se conoce el reparto de bienes y propiedades incautadas por la revolución sandinista que venció al régimen de Anastasio Somoza.
«Lo importante es que el pueblo no sandinista no vote por las fuerza sandinistas. No es necesaria la unidad para ganarle a Ortega», subraya.
«La unidad planteada como una mezcolanza ideológica» no vale, sentencia, solo puede haber unidad con «comunión de ideas», asevera en alusión a la Coalición Nacional que preparan fuerzas de diverso signo de cara a 2021.
Vidaurre fue viceministro de Relaciones Exteriores y viceministro de Economía bajo el gobierno de Violeta Chamorro y candidato presidencial del Partido Conservador en 1996, además de miembro de la Asamblea Nacional.
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