Líder hispano: Soluciones espirituales ante la crisis fronteriza

Un líder religioso hispano que ha trabajado desde hace tiempo ayudando a inmigrantes que cruzan la frontera sur, está tomando acciones para hacer frente a la crisis fronteriza, pero con un enfoque muy diferente: desde lo espiritual.

El pastor Tony Suarez, fundador del Ministerio Revival Makers y director de operaciones de la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC), dijo en entrevista con The Epoch Times en Español que es un firme creyente de que la solución para la crítica situación en la frontera sur no está en la política, sino en las manos de Dios.

Es por eso que el predicador pentecostal busca realizar una serie de servicios religiosos a lo largo de la frontera entre Texas y México, para ayudar a mitigar la situación que está afectando a los propios inmigrantes indocumentados y a los residentes de la zona que han visto sus ciudades inundadas de inmigrantes y todos los problemas que esto conlleva.

“Mi esperanza está en Dios”, dijo. “Mi esperanza está en el pueblo de Dios. Creo que tenemos influencia con Dios. Yo todavía creo en milagros y creo que Dios puede cambiar los corazones de hombres y mujeres”.

Suárez considera que los problemas migratorios “no son nada nuevo”. Sin embargo, es consciente de que lo que se está viviendo ahora en esta crisis migratoria es totalmente diferente a lo que era hace unos años, y ha empeorado porque no se le dio una solución a tiempo.

En lo que va del año fiscal 2024, se han registrado más de 1.2 millones de detenciones de inmigrantes ilegales y en 2023 se registraron más de 3.20 millones de detenciones, según datos de la CBP.

“Es un problema que se tiene que afrontar”, dijo Suárez. Agregó que la iglesia debe ser “la voz de conciencia en estas situaciones”.

El pastor planea visitar El Paso, Texas, del 21 al 23 de marzo y luego McAllen, del 27 al 29 de marzo. Quiere recorrer más de 1000 millas de la frontera hasta Brownsville para orar con la comunidad, pidiendo a Dios una solución y protección para la frontera.

Suárez, confía en que, con el poder de la oración, Dios va a proteger y a encontrar a las víctimas que han sido abandonadas, secuestradas o violadas al intentar cruzar la frontera.

“A los que están cometiendo los crímenes, les digo —con el temor del Señor— que lo que han hecho en secreto no ha sido secreto de nuestro Dios y nuestro Padre espiritual. Él ha visto el sufrimiento. Él ha visto la pérdida”, dijo.

“Necesitan saber que estos crímenes no solo han sido en contra de seres humanos, han hecho estas cosas en contra de nuestro Dios y Salvador. Y la Biblia dice que Él no será burlado”, agregó.

También les dirigió unas palabras a los que han sufrido por “estos pecados”: “Quiero que sepas que Dios es sanador, restaurador, nuestro Consolador. Y mi oración es para que la paz que [sobrepasa] todo entendimiento, venga a ti”, dijo el pastor.

A pesar de ser consciente de los graves problemas que ha traído la oleada migratoria, el pastor tiene una óptica más positiva.

Durante su visita, espera poder acercarse a los inmigrantes y hacerles saber que su llegada a los Estados Unidos podría tener otras razones, como acercarse a la fe y a Dios.

“Yo creo que el Señor lo permitió [la actual situación] para poder mostrarnos cosas que estaban fuera de orden, que pensamos que quizás no estaban fuera de orden».

Considera que esto le ha dado la oportunidad a la gente de entender que es importante tener un presidente y congresistas conservadores, sin importar de quién se trate.

“El nombre no me importa tanto como los valores”, dijo.

Sin embargo, aseguró que su esperanza no está en las elecciones ni en los políticos, y que su visita a la frontera tampoco tiene un fin político.

“Quiero ser una voz de conciencia de los dos lados para ser una ayuda, porque sí es una situación tensa”, dijo.

“Parte de mi trabajo es ayudar a los ciudadanos americanos a ver el otro lado de esta situación”.

Un sistema fallido

El pastor considera que el sistema migratorio de Estados Unidos no está funcionando y que desde hace mucho tiempo hace falta una reforma migratoria.

Sin embargo, cree que en primer lugar hay que resolver la situación actual, para lo cual, considera que sería necesario cerrar la frontera temporalmente.

Esto, en su opinión, podría ayudar a que el gobierno se sienta presionado para dar una solución.

“Tenemos que arreglar la situación en la frontera porque cada país merece saber quién está viviendo dentro de su país”.

No obstante, el predicador dijo que no está a favor de deportar a las personas que ya están en Estados Unidos, que quieren ser residentes legales y apoyar al país.

Su experiencia en la Frontera

Suarez ha estado varias veces en la frontera ofreciendo comida, ropa, educación y ayuda a “niños inocentes que se encuentran hoy en día detenidos o separados de sus familias”, dijo.

También ha ayudado a personas que han sido violadas en el trayecto. Dijo que ya no son solo mujeres, sino que también hay más hombres que sufren este tipo de abusos.

El pastor trata de acercar a estas personas con los servicios que puedan proveerles la atención que necesitan.

Incluso ha acompañado a agentes de la Patrulla Fronteriza en sus recorridos en los botes a través del río Grande, donde ha podido ver de primera mano los problemas que enfrentan.

Es consciente de los crímenes de los cárteles y cree que es probable que haya terroristas entrando por la frontera, provenientes de otros países e incluso de otros continentes.

Suárez piensa que muchos medios de comunicación “han exagerado un poco las cosas”. En su opinión, la mayoría de la gente que cruza la frontera es “genuina”. Es decir, son familias o personas en busca de una vida mejor. “La misma vida que mi papá buscó cuando él vino a los Estados Unidos. La misma vida que millones de personas siempre han pensado que existe aquí en los Estados Unidos”, dijo.

Suárez conoció desde muy pequeño los problemas que enfrentan los inmigrantes, ya que su padre fue pastor de varias iglesias pentecostales en el área de Chicago y solía ayudar a los recién llegados a su comunidad. Muchos de ellos eran mexicanos, guatemaltecos o de algún país latinoamericano.

Su padre, un inmigrante colombiano, les ayudaba con cosas básicas, asesorándolos para comprar una casa, un automóvil, abrir una cuenta bancaria, y hasta con asesoría legal.

El predicador espera que con el poder de la oración la gente en los alrededores de la frontera pueda convertirse en los agentes del cambio que se necesita en estos momentos.

Siga a Cristina Bazán en X: @cristinaisbe

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