Lituania «no se doblegará» ante la presión de China en medio de disputa diplomática sobre Taiwán

Parte 1 de la serie de 2 partes: Lucha diplomática entre Lituania y China

Por Antonio Graceffo
23 de diciembre de 2021 4:42 PM Actualizado: 23 de diciembre de 2021 4:42 PM

Análisis de noticias

Lituania, un pequeño país de casi 3 millones de habitantes, no ha cedido a las presiones de China en medio de una disputa diplomática por la decisión de la nación báltica de desarrollar vínculos con Taiwán.

«No cederemos a esta presión«, dijo a Reuters Mantas Adomenas, viceministro de Asuntos Exteriores de Lituania, refiriéndose a la coacción de Beijing. «Lo que decidamos hacer, llamando a Taiwán por su nombre, depende de Lituania, no de Beijing», añadió.

Después de que el gobierno lituano permitiera a Taiwán abrir una oficina de representación, con el nombre de «Taiwán», en la capital de Vilna, el Partido Comunista Chino (PCCh) calificó la medida de «mal precedente«. A continuación, Beijing redujo sus lazos diplomáticos con Lituania.

Política de «una sola China»

El PCCh afirma que Taiwán forma parte de China continental, aunque muchas naciones democráticas consideran que Taiwán merece un mayor reconocimiento en la comunidad mundial. Beijing impide que otros países estrechen lazos con Taiwán y los presiona para que mantengan la política de «una sola China». El PCCh incluso amenaza a los países con sanciones económicas solo por relacionarse con la nación insular. Es una historia trágica, que se remonta a la guerra civil china.

Cuando el PCCh tomó el control de la China continental y estableció la República Popular China (RPC) en 1949, el líder nacionalista Chiang Kai-shek y unos dos millones de sus seguidores del Kuomintang se retiraron a la isla de Formosa (Taiwán) y establecieron una capital temporal en Taipéi. En 1971, la RPC fue reconocida por las Naciones Unidas. Ocho años después, Estados Unidos cambió el reconocimiento de Taiwán por el de la RPC. Desde entonces, otros países han seguido su ejemplo, dejando a Taiwán con solo 14 aliados en la actualidad.

Taiwán es una democracia multipartidista con su propio ejército, moneda y gobierno. El taiwanés promedio no quiere ser gobernado por la China comunista. La actual presidenta, elegida democráticamente, Tsai Ing-wen, forma parte del Partido Democrático Progresista (DPP), que es un partido independentista. Beijing ha dejado claro que nunca aceptará que Taiwán sea independiente, y ha amenazado repetidamente con retomar Taiwán por la fuerza, si fuera necesario.

En virtud de la Ley de Relaciones con Taiwán (TRA, en inglés), Estados Unidos se compromete a vender armas defensivas a Taiwán y podría intervenir si China invade la isla. La Administración Trump aumentó la venta de armas a Taiwán y estacionó tropas estadounidenses allí, por primera vez en más de 40 años. La Administración Biden ha duplicado el número de tropas, continuando con las políticas de la era Trump de forjar relaciones más estrechas con Taiwán mientras se adopta una postura dura contra China.

La agresión de Beijing

Como Taiwán solo es reconocido como nación independiente por 13 miembros de la ONU y el Vaticano, tiene muy pocas embajadas. En su lugar, los países que se relacionan con Taiwán albergan oficinas de representación de Taiwán que reciben diversos nombres: Oficina de Representación Económica y Cultural de Taipéi (TECRO), Oficina Económica y Cultural de Taipéi (TECO), Oficina de Representación de Taipéi (TRO) o Misión de Taipéi.

En respuesta a la apertura de la oficina de representación de Taiwán en Vilnius, la capital de Lituania, China retiró a su embajador —la primera vez que lo hacía desde la creación de la Unión Europea en 1993. Antes de la formación de la UE, en 1981, Beijing retiró a su embajador en los Países Bajos después de que una empresa holandesa vendiera submarinos a Taiwán. El PCCh pidió entonces a Holanda que retirara a su embajador de Beijing, rebajando la categoría de la embajada a la de encargado de negocios. Las relaciones entre ambos países no volvieron a normalizarse hasta 1984.

El PCCh también intimida a las organizaciones internacionales, amenazando con retener la financiación, si permiten el uso del nombre «Taiwán». Taiwán compite como «China Taipéi» en los Juegos Olímpicos, y el mismo nombre se utiliza en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Lituania ha tenido varias quejas de China a lo largo de los años. En 2012, China formó un pacto comercial que acabaría conociéndose como el «17+1». Doce Estados de la UE y cinco de los Balcanes son miembros del bloque.

Cuando Lituania se unió al pacto comercial, esperaba un aumento del comercio y la inversión de China. En cambio, casi diez años después, el déficit comercial de Lituania con China ha aumentado casi un 33%. Y las exportaciones a China han disminuido un 4% en comparación con el año anterior. Como resultado, Lituania abandonó el 17+1. El ministro de Asuntos Exteriores lituano, Gabrielius Landsbergis, instó a otros países de la UE a hacer lo mismo, diciendo que el pacto comercial es «divisivo» para Europa.

El Parlamento lituano condenó la represión del PCCh contra los musulmanes uigures en la región china de Xinjiang, que calificó de «crímenes de lesa humanidad». Al mismo tiempo, el parlamento de la UE exigió a Beijing que levantara las sanciones impuestas a los miembros de la UE. Hasta que no se levanten las sanciones, la UE se niega a ratificar un acuerdo comercial UE-China. Lituania, por su parte, eligió a la compañía sueca Telia para la red 5G del país, en sustitución de la empresa tecnológica china Huawei.

Carteles de Huawei y 5G expuestos durante el 10º Foro Global de Banda Ancha Móvil organizado por el gigante tecnológico chino Huawei en Zúrich, Suiza, el 15 de octubre de 2019. (Stefan Wermuth/AFP vía Getty Images)

Hace un año, la coalición gobernante de Lituania emitió una declaración de apoyo a «los que luchan por la libertad» en Taiwán. Más recientemente, el parlamentario Matas Maldeikis, jefe del grupo de amistad con Taiwán en el Parlamento lituano, junto con legisladores de Estonia y Letonia, visitó Taipéi. Maldeikis dijo a la presidenta Tsai Ing-wen: «Estamos aquí para expresar nuestra solidaridad con usted». Prosiguió diciendo que «Taiwán y las naciones bálticas comparten experiencias similares de liberación de un régimen autoritario y de lucha por la libertad».

El embajador chino en Estonia dijo que le molestaba que los parlamentarios estonios hubieran participado en la conferencia de Taiwán. El miembro del Parlamento Madis Milling, que formaba parte de la delegación, declaró a los medios de comunicación estonios que el objetivo del país debería ser abrir una oficina de representación de Taiwán en la capital, Tallin, y eventualmente conceder el reconocimiento diplomático a la República de China (ROC, nombre oficial de Taiwán). La embajada china dijo que el comentario de Milling interfería en los asuntos internos de China y que el único futuro de Taiwán es la reunificación con China.

A mediados de diciembre, Lituania retiró a sus diplomáticos de China. Fuentes diplomáticas dijeron a Reuters que esto era el resultado de la intimidación. El ministro de Asuntos Exteriores lituano dijo que Beijing había exigido rebajar la Embajada de Lituania a una oficina del encargado de negocios. En consecuencia, los diplomáticos fueron retirados porque su estatus en China se había vuelto incierto.

El ministro de Asuntos Exteriores de Taiwán apoyó la valiente postura que Lituania estaba adoptando frente a China, y pidió a las empresas taiwanesas que aumentaran su compromiso con la nación báltica.

Lea la segunda parte aquí.


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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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