Un duodécimo autobús lleno de inmigrantes ilegales llegó a Los Ángeles el lunes, después de que el ayuntamiento votara a favor de emprender acciones legales contra Texas por el programa de autobuses del Estado de la Estrella Solitaria.
El último autobús, que transportaba a 42 inmigrantes ilegales de diversas nacionalidades, llegó a Union Station aproximadamente a las 7:15 a.m. Los pasajeros a bordo procedían de Colombia, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Rusia y Venezuela, informó Fox News.
Según Zach Seidle, teniente de alcalde de comunicaciones de la ciudad y portavoz de la alcaldesa Karen Bass, Los Ángeles se había preparado para la llegada.
«La ciudad ha seguido trabajando con los departamentos municipales, el condado y una coalición de organizaciones sin ánimo de lucro, además de nuestros socios religiosos, para ejecutar un plan establecido a principios de este año», dijo Seidle en un comunicado. «Como hemos hecho antes, cuando tuvimos conocimiento del autobús ayer, activamos nuestro plan».
La llegada del lunes se produce tras la decisión unánime del Ayuntamiento de Los Ángeles de emprender acciones legales y una investigación penal contra Texas por su programa de alejamiento de inmigrantes ilegales en autobús de las comunidades fronterizas.
El 30 de agosto, los concejales respaldaron una moción que solicitaba a la Oficina del Fiscal de la Ciudad que iniciara una investigación sobre las posibles acciones delictivas del gobernador de Texas, Greg Abbott, derivadas del transporte de 42 inmigrantes ilegales en un viaje de 23 horas en autobús hasta el centro de Los Ángeles en junio.
Los concejales han expresado su preocupación por la legalidad del programa y su impacto en la ciudad. El consejo votó a favor de emprender acciones legales tras la llegada del undécimo autobús cargado de inmigrantes ilegales la semana pasada.
«El Ayuntamiento de Los Ángeles votó por unanimidad en junio convertirse en ciudad santuario. Menos de 3 meses después, no pueden soportarlo», dijo Abbott el 1 de septiembre, en referencia a un artículo de prensa sobre la medida del Ayuntamiento de Los Ángeles. «Los Ángeles experimenta una fracción de lo que las abrumadas ciudades fronterizas de Texas enfrentan a DIARIO. No amenacen a Texas: díganle a Biden que asegure la frontera».
Hasta la fecha, el programa Operation Lone Star de Abbott ha transportado a un total de 440 personas a Los Ángeles desde que empezaron a llegar los autobuses el 14 de junio, según confirmó su portavoz Andrew Mahaleris.
La Operación Lone Star es una misión de cooperación llevada a cabo conjuntamente por el Departamento de Seguridad Pública de Texas y el Departamento Militar de Texas a lo largo de la frontera sur que separa Texas de México.
Esta iniciativa ha enviado a más de 30.000 inmigrantes ilegales a varias ciudades de Estados Unidos dirigidas por demócratas, como Nueva York, Chicago y Washington D.C.
«Hasta que el presidente Biden dé un paso al frente y haga su trabajo para asegurar la frontera, Texas continuará tomando medidas históricas para responder a esta crisis fronteriza y ayudar a nuestras abrumadas comunidades fronterizas», dijo Mahaleris el 1 de septiembre en X, antes conocido como Twitter.
La oficina de Abbott ha señalado constantemente a la condición de Los Ángeles como una ciudad santuario como una razón clave para dirigir a los inmigrantes ilegales allí. Señalaron que los inmigrantes ilegales en los autobuses firman una renuncia de consentimiento en varios idiomas que indica su destino previsto.
El gobernador de Texas ha mantenido su postura, citando las condiciones agobiantes en la región fronteriza de Texas debido a los inmigrantes que cruzan ilegalmente la frontera mexicana.
Después de que el Ayuntamiento de Los Ángeles votara a favor de emprender acciones legales contra Texas, el Sr. Mahaleris les acusó de hipocresía, diciendo que «votaron unánimemente a favor de convertirse en una ciudad santuario, dando la bienvenida a los migrantes a la ciudad.» Hizo hincapié en que el programa de transporte en autobús de inmigrantes ilegales de Texas a ciudades santuario como Los Ángeles comenzó el año pasado para proporcionar alivio a las «comunidades fronterizas invadidas y abrumadas.»
«En lugar de quejarse por lidiar con una fracción de la crisis fronteriza con la que nuestras pequeñas ciudades fronterizas lidian todos los días, el Ayuntamiento debería pedir al presidente Biden que tome medidas inmediatas para asegurar la frontera, algo que el presidente sigue sin hacer», añadió Mahaleris.
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