Lluvia de meteoros de las Gemínidas iluminará las noches a mediados de diciembre: Esto hay que saber

Por Michael Wing
22 de noviembre de 2024 6:11 PM Actualizado: 22 de noviembre de 2024 6:11 PM

Una noche de 1983, dos astrónomos observaron con el primer telescopio espacial del mundo un extraño trozo de roca espacial que tenía el aspecto de una estrella. Tenía casi cinco kilómetros de ancho y se calculó que era un objeto «potencialmente peligroso» cercano a la Tierra cuya órbita alrededor del Sol pasa rozando nuestro planeta cada 50 años.

Así comenzó una investigación astronómica sobre el objeto de origen de una famosa lluvia de meteoros: las Gemínidas. Las brillantes estrellas fugaces que surgieron de ese objeto adornan ahora el cielo nocturno de la Tierra cada mediados de diciembre— justo a tiempo para pedir los deseos de Navidad.

Los astrónomos consideran que las Gemínidas son un espectáculo de luz de primer orden, rivalizando con las incomparables Perseidas de agosto. Este año, las Gemínidas alcanzarán su punto máximo la noche del 14 de diciembre y se prolongarán hasta Nochebuena. En condiciones ideales, un observador podría llegar a ver 120 meteoros por hora, pero como la luna llena cae el 15 de diciembre, en pleno periodo de máxima actividad, no cabe duda de que se verán algo más tenues.

La buena noticia es que las Gemínidas son famosas por sus brillantes disparos de luz; aun así, podrá avistarse 50 meteoros por hora.

Cómo detectar las Gemínidas

Las Gemínidas se producen principalmente en el hemisferio norte. Los meteoros parecen emanar de un único punto en el cielo, denominado radiante. El radiante de las Gemínidas se alinea casi perfectamente con la brillante estrella Cástor, en la constelación septentrional de Géminis. Géminis dio origen al nombre «Gemínidas».

Sin embargo, la alineación de las Gemínidas con Cástor es meramente óptica— en realidad, los meteoros no proceden de ninguna parte cercana a esa estrella. Cástor se encuentra a 52 años luz, mientras que los meteoros arden a solo unos 100 kilómetros por encima de la superficie terrestre. Para el observador terrestre, los meteoros parecen converger en el radiante porque viajan en paralelo por el espacio. Es como si las vías del tren parecieran converger en el horizonte— se trata de un simple efecto visual, nada más.

Un meteoro de la lluvia de meteoros de las Gemínidas entra en la atmósfera de la Tierra más allá de las estrellas Cástor y Pólux el 12 de diciembre de 2009. (Stan Honda/AFP vía Getty Images)

Durante las próximas semanas, quienes presten mucha atención podrán divisar disparos de luz en cualquier lugar , excepto en el radiante. Suena contradictorio, pero los astrónomos aconsejan no mirar hacia el radiante en busca de meteoros, ya que saldrán disparados directamente hacia usted y serán casi invisibles. La mejor forma de ver los meteoros es cuando salen en forma de abanico del radiante. Se sabe que las Gemínidas rozan la atmósfera de forma casi horizontal.

La observación de meteoros es óptima a las 2 de la madrugada (en todos los husos horarios), cuando el radiante culmina su apogeo y se presenta la zona más amplia del cielo. Si usted es de los que piden un deseo al ver una estrella fugaz, éste es el momento ideal para relajarse en una silla de jardín, tomar un chocolate caliente y saborear la belleza invernal mientras pide un deseo.

Sin embargo, la brillante luna gibosa que se llena el 15 de diciembre supondrá una dura competencia para las Gemínidas. Los astrónomos aconsejan buscar un punto de observación desde el que no se vea la luna. Además de la luz de la Luna, los observadores de estrellas también podrán ver una cortina de auroras danzando.

El misterioso objeto de las Gemínidas

El extraño objeto espacial descubierto en la década de 1980, al que se atribuye el origen de las Gemínidas, fue estudiado y resultó ser todo un misterio. Tras analizarlo, se le dio el nombre de 3200 Faetón, inspirado en la mitología griega, y se clasificó como asteroide. Pero no se trataba de un asteroide cualquiera.

Los asteroides son básicamente rocas espaciales. No había que temer que esta roca «potencialmente peligrosa» chocara con la Tierra— los astrónomos sabían que no lo haría en los próximos 400 años. Pero lo que llamó la atención del 3200 Phaethon fue su trayectoria: Su órbita elíptica coincidía con la de las Gemínidas. Nunca antes se había asociado un asteroide con meteoros.

Dado que los asteroides no son más que trozos de roca, los científicos se preguntaban cómo podían provocar meteoros. Sabían que los meteoros no nacían de asteroides, sino de objetos estelares llamados cometas. Descritos como «bolas de nieve sucias» en el espacio, los cometas se subliman (pasan de un estado congelado a gaseoso) cuando se acercan al Sol. A veces muestran un espeluznante resplandor verdoso, llamado cometa, y una cola.

En un estado de agitación provocado por la radiación solar, un cometa desprende material y distribuye vastos complejos de escombros que siguen su órbita. Cuando la Tierra orbita, puede atravesar esa corriente de polvo. Los restos cósmicos llegan a la atmósfera terrestre, se queman, se convierten en meteoritos y ofrecen un espectáculo.

Una imagen de radar del objeto cercano a la Tierra 3200 Phaethon fue generada por astrónomos en el Observatorio de Arecibo de la Fundación Nacional de Ciencias el 17 de diciembre de 2017. (Dominio Público/Observatorio de Arecibo/NASA/NSF)

Los astrónomos teorizaron cómo una roca en el espacio podía hacer esto. Surgieron dos teorías: ¿Podía ser el 3200 Phaethon un cometa extinto que se había desprendido de todo su material volátil y había dejado tras de sí un núcleo rocoso, o se trataba de un cometa inactivo con material inestable aún atrapado en su interior? Debía ser una cosa o la otra, concluyeron. Pero una cosa estaba clara: este asteroide había provocado de alguna manera la famosa lluvia de meteoritos conocida como las Gemínidas.

Entonces, el 17 de diciembre de 2017, los astrónomos del Observatorio de Arecibo en Puerto Rico capturaron imágenes de 3200 Phaethon en su punto más cercano a la Tierra. Las imágenes del radar mostraron la granulada pero inconfundible mancha gris parcialmente ensombrecida. No volverá a producirse un encuentro «cercano» similar hasta 2093, cuando el asteroide regrese a la Tierra.

Dice mucho de la humanidad el hecho que ahora nos dispongamos a lanzar una nave espacial para interceptar 3200 Phaethon en 2025.

Los científicos propusieron en un principio romper trozos de 3200 Phaethon aplastándolo con un objeto y provocar una lluvia de meteoritos artificial, pero esa idea se descartó. En su lugar, se construyó la nave espacial japonesa DESTINY+ (Deep Space Exploration Technology Demonstrator). Originalmente prevista para 2024, su fecha de lanzamiento fue retrasada por la agencia espacial japonesa, JAXA, hasta después de Año Nuevo.

Los humanos no nos conformamos con esperar su regreso o con hospedar a sus emisarias, las Gemínidas. Nos aventuraremos en su territorio y visitaremos el asteroide en el espacio.


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