Sobre el papel se veía muy bien: una semana en una villa del Caribe con mis dos hermanas, sus hijos y los míos. Al compartirla, redujimos costos, ganamos más espacio que una habitación de hotel y añadimos lujos como una piscina privada.
La casa alquilada en Jamaica, nuestra primera villa alquilada, nos dio tiempo para volver a conectarnos en lugar de limitarnos a ponernos al día entre el pavo y la tarta de manzana en las reuniones familiares. Desde el niño de primaria hasta los veinteañeros, los primos se reunieron.
Mientras jugábamos Scrabble en la terraza, nos reíamos de las anécdotas de la abuela Ray, que racionaba las papas fritas para la esbelta tía Ellie todos los domingos, porque Ray le decía a Ellie que su trasero crecería demasiado. Mi sobrino habló de las dificultades y los triunfos de la enseñanza media, y mi sobrina compartió su alegría por haber empezado a trabajar en una revista de Nueva York. Mi hijo ayudó a sus primos a perfeccionar sus golpes de golf y enseñó a sus tías los saques de tenis. Mi hija perfeccionó su estilo de natación de espalda, aprendiendo consejos de sus primos mayores que pasaban los veranos como socorristas.
Mis hermanas y yo acordamos dividir los gastos de la casa, el alquiler del auto y la comida en tres partes. Nuestro chalet en la ladera de la colina tenía vistas al mar turquesa y a las arenas blancas de un complejo turístico en el que teníamos privilegios como huéspedes. El personal de la villa cocinaba y limpiaba, liberándonos de las tareas. ¿Qué podría salir mal?
Resulta que, incluso en los entornos más pintorescos, los patrones familiares negativos pueden abalanzarse, arañando la cercanía.
Por desgracia, nuestro chalet carecía de suficientes habitaciones y baños, por lo que tuve que dormir con mi hermana mediana, Rose (nombre cambiado para proteger a los culpables), tal y como habíamos hecho en nuestra infancia. Al igual que entonces, metía mi ropa y mis libros en un rincón del armario, tiraba sus cosas por «mi lado» y monopolizaba el baño. Tampoco le importaba llegar a la 1:30 de la madrugada después de bailar en las discotecas, encender las luces y hablar para poder «relajarse». Después de unas cuantas noches, encontré la tranquilidad y las estrellas de la noche acostándome en la terraza.
Escríbalo con sangre: Una vivienda de alquiler debe contar con suficientes dormitorios y baños para ofrecer un lugar de descanso a los adultos.
Un día, nos metimos en la minivan y condujimos desde Montego Bay hasta las cataratas de Dunn’s River, en Ocho Ríos. Enlazando los brazos con los demás turistas, trepamos por las resbaladizas rocas, dejándonos mojar por los chorros y riendo. Al día siguiente, Joy (nombre cambiado), la mayor, se apoderó de la minivan para ir de compras con Rose sin decírmelo, lo que me dejó buscando taxis para llevar a seis personas a la playa y de regreso.
Segunda regla familiar: Decidir con antelación cómo compartir el vehículo de alquiler. Ni siquiera las hermanas quieren hacerlo todo juntas. Dedique ciertos días a la exploración en grupo y otros días a las incursiones individuales.
Como organizadora, encontré el alquiler, negocié con el gerente, informé a mis hermanas y pagué el dinero por adelantado. Ya sabe lo que le espera. En el último ajuste de cuentas de la noche, la recién divorciada Rose se negó a pagar su parte, argumentando que debíamos cubrir sus gastos ya que Joy y yo teníamos maridos. Después de muchas conversaciones, Rose pagó alrededor del 25 por ciento de su factura, Joy añadió el 20 por ciento a su pago, y como persona encargada de la limpieza de la familia y firmante del contrato, yo pagué el resto.
Tercera regla familiar: «Confíe, pero verifique», como dijo Ronald Reagan, es una buena idea. Antes del viaje, pida a cada grupo que deposite su parte de los gastos en una cuenta de vacaciones gestionada por el organizador del viaje. Incluya cualquier posible duda como una advertencia de que se avecinan problemas.
A pesar de los problemas con las hermanas, aprecio los buenos momentos y el acercamiento a mis sobrinos. A mis hijos y a mí nos gustó la privacidad y las atenciones que ofrece una casa de alquiler. Desde nuestro viaje a Jamaica, hemos reservado muchas otras propiedades —todas ellas de vacaciones sin mis hermanas.
Cuando vaya
Entre las empresas de alquileres vacacionales más populares se encuentran:
HomeToGo, una de las mayores empresas de alquiler de casas vacacionales del mundo, compara más de 18 millones de casas vacacionales de 2000 sitios web de alquiler. Además de condominios, casas y villas, los clientes pueden encontrar castillos, barcos, hostales y otros alojamientos: HomeToGo.com.
VRBO, que forma parte del grupo Expedia, lleva 25 años funcionando. VRBO representa a más de 2 millones de viviendas en todo el mundo. Los listados contienen valoraciones y reseñas, visitas virtuales y tableros de viajes que permiten a los grupos comentar los pros y los contras de los alojamientos: VRBO.com.
Villas of Distinction analiza cada una de sus 4000 propiedades en unos 50 destinos, asegurándose de que las unidades mantienen un alto nivel de limpieza y cuentan con servicios modernos. Las ubicaciones incluyen Europa, el Caribe, Centroamérica y Estados Unidos. Los representantes del servicio de atención al cliente están disponibles las 24 horas del día, los 7 días de la semana: VillasOfDistinction.com.
Candyce H. Stapen es escritora independiente en gfvac.com.. Sígala en Twitter y Facebook @FamilyiTrips, en Instagram @CandyceStapen, y descubra HennysKids.org, la organización benéfica de Stapen que lleva computadores con energía solar y formación a las escuelas rurales de África. Para leer artículos de otros escritores y dibujantes de Creators Syndicate, visite el sitio web de Creators Syndicate en Creators.com. Copyright 2021 Creators.com
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