Un aeropuerto de tres pistas a 50 kilómetros del centro de la Ciudad de México y construido por militares en dos años y medio, fue inaugurado el lunes por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El aeropuerto Felipe Ángeles sustituye a un proyecto iniciado en el sexenio anterior en una ubicación más cercana, cuya cancelación costó al gobierno mexicano unos 100,000 millones de pesos (alrededor de 5000 millones de dólares).
A la entrega de obra fueron convocados unos 1400 invitados entre gobernadores, empresarios, legisladores y vecinos de las comunidades involucradas.
La oposición ha criticado que las obras de conectividad del aeropuerto aún no están concluidas, lo que provocará que los usuarios deban dedicar mayor tiempo y dinero para sus traslados.
Aun así, López Obrador reportó “misión cumplida” con la construcción de este aeropuerto.
“Yo pienso que está al cien el aeropuerto, completamente concluido. Pueden bajar aviones las 24 horas, despegar y arribar las 24 horas con sistemas modernos de radar; es cuestión nada más de que las líneas aéreas vayan incrementando sus viajes”, dijo el presidente.
El aeropuerto inició operaciones con 20 vuelos, seis destinos nacionales y uno procedente de Caracas, Venezuela. La expectativa es que al cierre de este año se atienda a 2,400,000 pasajeros y cinco millones para 2023.
Uno de los invitados fue el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, quien reveló que autoridades de su país brindaron asesoría en materia de seguridad para este nuevo aeropuerto.
“Se comienza una obra así, tan grande, tan histórica, entonces hay trabajo que se tiene que hacer. Por supuesto estuvimos nosotros en Estados Unidos aquí apoyando en materias técnicas, la seguridad, en otras cosas desde el comienzo del proyecto”, declaró. El embajador dijo que en el futuro le gustaría tomar un vuelo desde esta terminal aérea.
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