Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) confirmaron públicamente el viernes que están investigando la muerte de un niño de 13 años que falleció tras recibir la vacuna COVID-19.
Los «CDC están al tanto de la muerte de un niño de 13 años en Michigan después de recibir la vacuna COVID-19», dijo la portavoz de la agencia, Jade Fulce, al Detroit News. «Este caso está actualmente bajo investigación y hasta que la investigación esté completa, es prematuro adjudicar una causa específica de muerte».
«Cuando se notifica un acontecimiento adverso grave, como la muerte, al Sistema para Reportar Eventos Adversos a las Vacunas (VAERS) después de la vacunación contra el COVID-19, los CDC solicitan y revisan todos los registros médicos asociados al caso, incluidos los certificados de defunción, y los informes de autopsia», añadió. «Aunque algunos de los acontecimientos adversos notificados pueden ser causados por la vacunación, otros no lo son y pueden haber ocurrido casualmente».
Las autoridades sanitarias del condado de Saginaw, en Michigan, también están investigando el caso y confirmaron que Jacob Clynick, de 13 años, murió mientras dormía después de recibir una dosis de la vacuna, según el doctor Russell Bush, médico forense del condado. Bush no dijo qué vacuna se administró a los niños.
El Detroit Free Press reportó que Clynick había recibido la vacuna Pfizer COVID-19. La causa de la muerte no ha sido confirmada.
«Actualmente estamos examinando la toxicología, los informes sobre los tejidos y los análisis de sangre», dijo Bush, según el Detroit News. «Habrá conversaciones con los CDC y el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Michigan. Obviamente, todo el mundo está preocupado por este caso. Estamos haciendo todo lo que podemos en cuanto a pruebas y buscando posibles problemas relacionados con la muerte del joven».
Los familiares que hablaron con los medios de comunicación describieron cómo murió el chico.
«Falleció en medio de la noche en su casa», dijo la tía de Clynick, Tammy Burages, a Newsweek esta semana. Según Burages, el niño sufría los síntomas habituales tras la vacunación, como fiebre, dolores musculares y fatiga.
En una entrevista con Free Press, su tía describió al niño de 13 años como saludable y dijo que no tenía ninguna condición médica subyacente.
«Debe haber algo que hace que ciertos niños sean más susceptibles de tener una reacción cardíaca grave, y creo que Jacob era uno de esos niños», dijo. «Así que, cualquiera que fuera esa cosa grave, cualquiera que fuera el problema de salud subyacente, es algo que quizá nos diga la autopsia».
Randy Pfau, director del Instituto de Ciencias Forenses y Medicina de Michigan, dijo al periódico que la investigación sobre la muerte del niño podría tardar entre tres y cinco meses en completarse. El instituto es el médico forense contratado por el condado de Saginaw.
En junio, el Comité Asesor sobre Prácticas de Vacunación de los CDC señaló una relación entre las vacunas de ARNm fabricadas por Pfizer y Moderna y el riesgo de que se produzca una inflamación del corazón en niños y adultos jóvenes. Los responsables sanitarios subrayaron que los beneficios de la vacuna superan los riesgos.
The Epoch Times se ha puesto en contacto con los CDC para pedirles comentarios.
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