Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han eliminado decenas de miles de muertes relacionadas con el COVID-19, incluida casi una cuarta parte de las muertes que había registrado sobre menores de 18 años.
La agencia de salud hizo el cambio discretamente en su sitio web de seguimiento de datos el 15 de marzo.
“Los datos de muertes se ajustaron luego de resolver un error de lógica de codificación. Esto resultó en una disminución de los recuentos de muertes en todas las categorías demográficas”, dicen los CDC en el sitio.
Los CDC dependen de los estados y de otras jurisdicciones para informar de las muertes por COVID-19 y reconocen en su sitio web que los datos no son completos.
Pero los médicos y otras personas suelen citar las estadísticas cuando presionan por la vacunación contra el COVID-19, incluidas cifras para incentivar las vacunas a todos los niños. La Dra. Rochelle Walensky, directora de los CDC, citó el total de muertes del rastreador en noviembre de 2021 mientras presionaba para que un panel de expertos aconsejara a su agencia que recomendara la vacunación a todos los niños de 5 a 11 años.
Antes del cambio, los CDC indicaban que 1755 niños murieron a causa de la COVID-19, según Kelley Krohnert, un residente de Georgia que ha estado siguiendo las actualizaciones.
En la actualización, los CDC recortaron 416 muertes entre los niños y más de 71.000 en otros lugares, llegando a un total de algo menos de 780,000.
La agencia se negó a proporcionar un comentario antes de la fecha límite.
El CDC ajustó previamente su recuento de muertes en agosto de 2021 “después de la identificación de una discrepancia de datos”.
“La actualización es una mejora, pero es al menos la tercera corrección de estos datos y aún no resuelve el problema. Simplemente destaca que las personas han estado usando una fuente de datos defectuosa al hablar sobre los niños y el COVID”, dijo Krohnert a The Epoch Times en un correo electrónico.
Algunos periodistas y médicos han estado citando los datos del rastreador, mientras que otros usan un conteo administrado por el Centro Nacional de Estadísticas de Salud (NCHS) de los CDC que ha sido calificado por la agencia como una fuente más confiable.
El recuento de NCHS, que se compila a partir de certificados de defunción, actualmente enumera 921 muertes relacionadas con COVID-19 entre niños y unas 966,000 muertes relacionadas con COVID-19 entre otros grupos de edad.
Las muertes en el recuento incluyen personas que murieron con COVID-19 y personas que murieron a causa de COVID-19, dijo un portavoz de los CDC a The Epoch Times en un correo electrónico en enero. COVID-19 figuraba como la causa subyacente, o la principal causa de muerte, en aproximadamente el 90 por ciento de los certificados de defunción en ese momento.
Algunas de las muertes enumeradas por los CDC parecen no estar relacionadas con el COVID-19. Por ejemplo, varias muertes tienen como causa el ahogamiento; otras fueron catalogadas como resultado de un disparo de arma de fuego, según una revisión de The Epoch Times a los códigos de muerte.
Por ahora, la actualización del rastreador fue descrita como “una gran noticia” por el Dr. Alasdair Munro, investigador clínico de enfermedades infecciosas pediátricas en el Hospital Universitario de Southampton, dado que casi una cuarta parte de las muertes pediátricas por COVID-19 habían desaparecido.
Pero Munro dijo en las redes sociales: Es «ligeramente preocupante que estos datos se usaran ampliamente en EE.UU. para guiar o defender políticas».
Algunas personas pidieron a los CDC que emitan una disculpa pública o al menos anuncien dichas actualizaciones, de manera similar a cómo algunas agencias de nivel inferior han dejado en claro que reducen sus recuentos de muertes.
“Es indignante poner una nota al pie de página en silencio sobre un error tan importante”, dijo en Twitter Jessica Adams, exfuncionaria de revisión regulatoria de la Administración de Alimentos y Medicamentos.
Sin embargo, un antiguo portavoz de los CDC señaló que el sitio web de los CDC describe que los datos son estimados y están sujetos a cambios.
“Hay mucha complejidad involucrada en todos los sistemas que intentan rastrear y resumir los datos de enfermedades y muertes, incluidas las diferencias en cómo se recopilan e informan los datos, la integridad y precisión de los datos, la forma oportuna en que se ingresan los datos en los sistemas de recopilación de datos y se informan a los CDC, y en las suposiciones hechas, y en los procedimientos utilizados para determinar si el COVID-19 fue la causa principal de la muerte, una causa contribuyente de la muerte, o si no es probable que sea un factor que contribuya a la muerte de alguien», dijo Glen Nowak, el antiguo portavoz, que ahora es decano asociado de investigación y estudios de posgrado en la Universidad de Georgia, en un correo electrónico a The Epoch Times.
“Por lo tanto, no sorprende que se realicen ajustes o revisiones, incluso como resultado de problemas relacionados con la codificación (por ejemplo, reconocer, a medida que se brindan más casos e información, que existía una mejor manera de ingresar, analizar y/o interpretar los datos)”.
Nowak dijo que no le sorprendía que los CDC no anunciaran el ajuste, teniendo en cuenta los descargos de responsabilidad, afirmando que los anuncios de las agencias federales «se reservan mejor para eventos o desarrollos que tienen o podrían tener un impacto significativo en las recomendaciones o políticas del gobierno.»
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