Comentario
Después de su viaje a Japón para asistir a la Cumbre del G20, el presidente Donald Trump hizo historia al convertirse en el primer presidente de Estados Unidos en pisar Corea del Norte. Cómo se produjo este evento es un ejemplo perfecto de cómo opera Trump.
Después de observar a Trump durante mucho tiempo, aprendí a tomar muy poco de lo que dice al pie de la letra. La gente que se aferra a cada una de sus palabras como si significara literalmente todo lo que dice, nunca entenderá lo que realmente está haciendo.
Los acontecimientos ocurridos en Asia son otro gran ejemplo de ello.
Primero, Trump fingió que toda la reunión con Kim en la Zona Desmilitarizada (DMZ) coreana era algo improvisado que lanzó en Twitter el 28 de junio:
“Después de algunas reuniones muy importantes, incluyendo mi reunión con el Presidente Xi de China, me iré de Japón a Corea del Sur (con el Presidente Moon). Estando allí, si el Presidente Kim de Corea del Norte ve esto, me reuniría con él en la frontera/DMZ solo para estrecharle la mano y decir Hola (?)!”.
Luego, en un tuit posterior al día siguiente, Trump reveló que su visita a la DMZ había sido “planeada desde hace mucho tiempo”:
“Ahora estoy en Corea del Sur. El Presidente Moon y yo hemos ‘brindado’ por nuestro nuevo Acuerdo Comercial, uno mucho mejor para nosotros que el que se reemplazó. Hoy visitaré y hablaré con nuestras Tropas – y también iré a la DMZ (planeada desde hace mucho tiempo). ¡Mi reunión con el Presidente Moon estuvo muy bien!”.
Por supuesto, Kim Jong Un estuvo allí para la visita de Trump a la DMZ, y su saludo a Trump e invitación a entrar en su país, aunque solo fuera brevemente, se convirtió en la gran noticia de la semana.
A pesar de la increíble naturaleza histórica de esta reunión en la DMZ, y del hecho que las estancadas negociaciones nucleares con Corea del Norte se reiniciaron, los críticos se apresuraron a minimizar o incluso atacar lo que Trump estaba logrando.
Roger Fisk, exfuncionario de la administración Obama, apareció en el programa “Rising With Krystal Ball” de The Hill, donde rápidamente condenó que el acto histórico de Trump no tenía “sustancia”.
“¿Dónde está el progreso aparte de las fotos en Corea del Norte?” preguntó Roger Fisk, que participó en el comité inaugural del presidente Barack Obama en 2013.
“No hay sustancia allí”, agregó. “Todos los demás presidentes (…) tenían condiciones previas antes de sentarse con Kim Jong Un o su padre o el padre de su padre”.
La campaña de Joe Biden publicó una declaración atacando al Presidente por “mimar a los dictadores a expensas de la seguridad nacional”, mientras que la candidata demócrata a la presidencia Elizabeth Warren escribió en Twitter: “Nuestro Presidente no debería malgastar la influencia estadounidense en operaciones fotográficas y en intercambiar cartas de amor con un dictador despiadado. En cambio, deberíamos tratar con Corea del Norte a través de una diplomacia de principios que promueva la seguridad de Estados Unidos, defienda a nuestros aliados y respete los derechos humanos”.
En febrero, Hillary Clinton dijo que cualquier acuerdo que Trump consiguiera con Corea del Norte sería como “ponerle lápiz labial a un cerdo”.
Bueno, es revelador que la misma gente que no pudo hacer nada para desactivar la creciente amenaza de una guerra nuclear en la península coreana cuando Obama estaba a cargo, ahora no está desperdiciando ninguna oportunidad para hablar y sermonear que Trump está haciendo todo mal cuando se trata de su diplomacia con Corea del Norte.
Es increíblemente gracioso que sean las mismas personas que:
1. Se sorprendieron por el aumento de ISIS en Irak y Siria después de retirar las tropas estadounidenses y luego desestimaron al grupo terrorista como “equipo de segunda”, solo para ver cómo se apoderaba de la mayor parte de Irak y luego de parte de Siria.
2. Estropearon la ‘línea roja’ de Obama sobre el uso de armas químicas en Siria.
3. Intentaron un tonto “reinicio ruso” levantando las sanciones que el expresidente George W. Bush había impuesto a Rusia por la invasión de Georgia, y luego observaron con impotencia cómo Putin anexaba Crimea e invadía Ucrania.
4. Persiguieron con desesperación un acuerdo nuclear malo con Irán que culminó con la entrega de miles de millones de dólares al principal patrocinador mundial del terrorismo internacional para que lo firmara.
5. Fallaron tanto en la invasión de Libia como en las consecuencias, revelando que no tenían un plan real de qué hacer después de que el dictador Muammar Gaddhafi fuera removido.
6. Manejaron completamente mal el ataque terrorista de Bengasi del 11 de septiembre de 2012, y luego pasaron años mintiendo sobre lo que sucedió.
7. Apoyaron la “Primavera Árabe” y desempeñaron un rol directo en asegurar que la Hermandad Musulmana asumiera el control de Egipto.
8. Quedaron captado en un micrófono abierto diciéndole a los rusos que habría más ‘flexibilidad’ después de las elecciones estadounidenses para lidiar con la objeción de Rusia a un sistema de defensa antimisiles.
9. Fueron totalmente incapaces de detener el espionaje agresivo de China y el robo de tecnología.
¿Realmente cree usted que alguien que vio su ineptitud en acción durante ocho largos años espera con impaciencia sus críticas de la política exterior actual?
Estos llamados “expertos” tropezaron de un desastre en política exterior a otro, sin embargo los principales medios de comunicación todavía les prestan un megáfono para que griten sus recetas para tratar los problemas actuales a los que se enfrenta Trump.
Trump hizo que Corea del Norte tomara medidas sin precedentes para empezar a abrir el país y que comenzara la reconciliación con Corea del Sur después de que todos los demás fracasaran. ¿Cómo logró esto?
Trump entendió y actuó sobre el concepto asiático de “cara” de una manera que ningún Presidente anterior lo había hecho.
No se puede llegar a ninguna parte con los asiáticos, en Corea, China o Japón, sin entender su concepto de “cara”. La cara es la posición social de la otra persona y está estrechamente ligada al sentido del honor de la persona, con lo cual, si se desea avanzar en cualquier tipo de negociación con ellos, uno debe proteger la de ellos con tanto cuidado como la de uno. Muchos occidentales no entienden esto, ya que ven las negociaciones desde el punto de vista de “yo gano, tú pierdes”.
Fisk se equivoca en todo esto. Las administraciones estadounidenses anteriores nunca llegaron a nada con Corea del Norte precisamente porque se acercaban a los norcoreanos como si fueran inferiores, exigiéndoles que se sentaran a la mesa con un rango menor que aquellos del otro lado. Para la mente asiática, este tipo de actitud es inaceptable. Es a la vez insultante y degradante.
Obama y su equipo nunca entendieron la “cara” o la desestimaron, lo que explica en gran medida los resultados que obtuvieron al tratar con Corea del Norte y China. Ofrecer negociaciones con condiciones previas es decir “Yo estoy a cargo aquí, yo estoy por encima de ti, tú eres inferior a mí y tendrás que saltar a través de mis obstáculos incluso para llegar a la mesa a negociar conmigo”.
La diferencia con Trump es que él comprendió que tenía que encontrar una manera de negociar con Kim, no como un jefe que regaña a un inferior, sino como un igual. Tenía que encontrar una manera de iniciar el proceso que le permitiera a Kim no solo no perder la cara, sino también ganarla.
¿Recuerdas cuando, de repente en 2018, se supo que el entonces director de la CIA, Mike Pompeo, había hecho un viaje secreto a Corea del Norte?
Trump encontró una manera de abrir Corea del Norte después de que nadie más pudiera hacerlo porque solo él se dio cuenta de que tenía que encontrar una manera de llegar a Kim que le permitiera salvar su cara.
Todavía está abierta la cuestión de si se llegará a un acuerdo o no, pero lo que no se puede negar es que los métodos de Trump fueron mucho más efectivos para poner a los norcoreanos en la mesa de negociaciones que cualquier otra cosa que los “expertos” intentaron en el pasado.
Brian Cates es un experto en política y escritor radicado en el sur de Texas y autor de “Nadie me pidió mi opinión… pero aquí está”
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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