Centenares de residencias de ancianos en el estado de Nueva York, el gran epicentro en EE.UU de la pandemia del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como nuevo coronavirus, han informado a las autoridades de múltiples fallecimientos de pacientes en sus instalaciones, con cifras que en conjunto superan las 3000 personas y con casos graves como los 55 muertos en el Cobble Hill Health Center, en el distrito neoyorquino de Brooklyn.
Un informe oficial publicado este viernes ofrece un recuento de 1145 fallecidos, según cifras proporcionadas hasta el miércoles por los propios centros geriátricos del estado y que son incompletas. Todas ellas están sufriendo el azote de la pandemia y en la mayoría de casos registran más de 10 muertos.
El Cobble Hill Health Center de Brooklyn es el registrado con mayor número de fallecidos en una lista que se asume incompleta, ya que solo incluye los geriátricos con cinco muertes o más, pero que indica una crisis sanitaria en la población más vulnerable de zonas densamente pobladas de clase trabajadora, como los barrios de Bronx y Queens en la ciudad de Nueva York.
En ese millar de muertes contabilizadas por los hogares de ancianos se incluyen las de aquellos que dieron positivo por COVID-19 y los que se asume que lo sufrieron, pero en todo caso representan un tercio de los más de 3000 fallecimientos por casos confirmados o sospechosos que se atribuyen a este tipo de centros, según informaron las autoridades el miércoles.
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Ni en el centro Cobble Hill de Brooklyn ni en el Franklin de Queens, otro de los más afectados con 44 pacientes fallecidos, atendían este viernes las llamadas, pero en cambio están obligados a tomar el teléfono para informar a los familiares de los pacientes que den positivo por COVID-19 o perezcan por su causa, según ordenó ayer el gobernador Andrew Cuomo.
Cuomo tomó esa medida tras la noticia de que una residencia de la tercera edad en la vecina Nueva Jersey tenía 17 cuerpos apiñados en una morgue con capacidad para 4 cadáveres y un total de 68 residentes fallecidos, 26 de ellos con COVID-19, mientras sus familiares tenían dificultades para obtener información sobre sus seres queridos.
Este viernes, medios locales informaron que en un centro del barrio de Queens llamado Shappire habían fallecido 29 ancianos, sin concretar cuántos de ellos contagiados por el brote, y los familiares tampoco lograban ponerse en contacto. En la lista de las autoridades se indica que hay 26 muertos, lo que constata la desactualización de las cifras.
Las residencias deben ahora informar a los familiares en un plazo de 24 horas si hay un positivo o una muerte de acuerdo a la orden de Cuomo, que hoy, preguntado sobre por qué no se había informado antes al público sobre el impacto del coronavirus en los geriátricos, dijo: «Solo sabemos lo que ellos nos dicen».
Cuomo reconoció que los ancianos son «la población más vulnerable» y que se han tomado «medidas radicales» para protegerlos, entre ellas la prohibición de visitas, los tests para empleados y el incremento de la higiene.
En total, la pandemia se ha cobrado hasta ahora 12822 vidas y hay más de 12300 hospitalizados en el estado de Nueva York, el más golpeado en todo Estados Unidos.
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